La fecha del 13 de abril de 2025 quedará grabada en la memoria de los aficionados taurinos de Baleares. Ese domingo, la plaza de toros de Inca vivirá una jornada de reencuentro con su futuro, con la asistencia confirmada de 700 niños y jóvenes tras la reciente modificación de la Ley de Corridas de Toros y Protección de los Animales, que permite de nuevo el acceso de menores a los espectáculos taurinos.
Tras 32 años de restricciones, la reapertura de las puertas a las nuevas generaciones no solo supone una corrección legal, sino una recuperación simbólica de la continuidad cultural. La respuesta ha sido tan contundente como ilusionante: más de 200 entradas han sido retiradas por niños y otras 500 por jóvenes menores de 25 años, en un gesto que confirma el interés, el arraigo y la vigencia del toreo en el corazón de las islas.
Para esta tarde tan señalada, la plaza de Inca ha preparado un cartel de alto nivel, con la presencia de la rejoneadora Lea Vicens y los matadores Manuel Escribano y Jesús Enrique Colombo, quienes lidiarán astados de la mítica ganadería de Miura, garantía de emoción y bravura.
El festejo adquiere así una dimensión que trasciende lo artístico. Es también un acto de reafirmación de derechos culturales, de libertad individual y de apertura de espacios intergeneracionales. El regreso de los menores es, en palabras de muchos aficionados, “el primer paso para recuperar una afición viva, que solo necesitaba ser escuchada”.
La plaza de Inca, una de las más emblemáticas del archipiélago, será testigo de un acontecimiento que marca un antes y un después en la tauromaquia balear. El toreo, con su liturgia, su arte y su historia, vuelve a ser un lenguaje compartido por padres e hijos, nietos y abuelos, en una tarde donde la tradición mira hacia el porvenir.
Porque si la fiesta tiene futuro, empieza por aquí: con niños en los tendidos.
El regreso de los menores a la plaza marca un hito histórico para la tauromaquia balear, tras más de tres décadas de restricciones
La fecha del 13 de abril de 2025 quedará grabada en la memoria de los aficionados taurinos de Baleares. Ese domingo, la plaza de toros de Inca vivirá una jornada de reencuentro con su futuro, con la asistencia confirmada de 700 niños y jóvenes tras la reciente modificación de la Ley de Corridas de Toros y Protección de los Animales, que permite de nuevo el acceso de menores a los espectáculos taurinos.
Tras 32 años de restricciones, la reapertura de las puertas a las nuevas generaciones no solo supone una corrección legal, sino una recuperación simbólica de la continuidad cultural. La respuesta ha sido tan contundente como ilusionante: más de 200 entradas han sido retiradas por niños y otras 500 por jóvenes menores de 25 años, en un gesto que confirma el interés, el arraigo y la vigencia del toreo en el corazón de las islas.
Para esta tarde tan señalada, la plaza de Inca ha preparado un cartel de alto nivel, con la presencia de la rejoneadora Lea Vicens y los matadores Manuel Escribano y Jesús Enrique Colombo, quienes lidiarán astados de la mítica ganadería de Miura, garantía de emoción y bravura.
El festejo adquiere así una dimensión que trasciende lo artístico. Es también un acto de reafirmación de derechos culturales, de libertad individual y de apertura de espacios intergeneracionales. El regreso de los menores es, en palabras de muchos aficionados, “el primer paso para recuperar una afición viva, que solo necesitaba ser escuchada”.
La plaza de Inca, una de las más emblemáticas del archipiélago, será testigo de un acontecimiento que marca un antes y un después en la tauromaquia balear. El toreo, con su liturgia, su arte y su historia, vuelve a ser un lenguaje compartido por padres e hijos, nietos y abuelos, en una tarde donde la tradición mira hacia el porvenir.
Porque si la fiesta tiene futuro, empieza por aquí: con niños en los tendidos.
Toros y actualidad taurina en La Razón