A Lucía Lacarra el confinamiento provocado por la pandemia hace cinco años le pilló en su localidad natal, Zumaia (Guipúzcoa), y a su pareja, el también bailarín Matthew Golding , en Amsterdam. Por entonces ya llevaban algún tiempo detrás de la posibilidad de crear algo juntos; la distancia obligada de aquellos meses y la extraña situación que vivía el mundo fueron el motor que les llevó a crear ‘ Fordlandia ‘, un espectáculo en el que se combina danza, música y audiovisuales y en el que los dos bailan coreografías de Anna Hop, Yuri Possokhov, Juanjo Arqués y Christopher Wheeldon . ‘Fordlandia’ visitó Madrid en enero de 2021, pero las restricciones de aforo hicieron que muy poca gente pudiera verlo. Ahora vuelve a la capital, esta vez al Centro Danza Matadero , donde estará del 11 al 15 de junio.«Nosotros queríamos hacer algo juntos, un espectáculo -dice Lucía Lacarra-. No sabíamos cómo; teníamos ideas, pero eran difíciles de materializar». Fue Tobias Ehinger , intendente de la Ópera de Dortmund -en cuyo ballet trabajaron varios años, y donde se encontraban antes del confinamiento-, quien les dio el impulso. Y nació ‘Fordlandia’. «A mí se me vino el mundo encima cuando nos confinaron, y ponernos Matthew y yo a crear un espectáculo supuso para mí oxígeno mental; supuso llenar todo ese tiempo muerto que tenía haciendo algo que me llenaba de motivación y de ilusión». Lo crearon a distancia . «Todas las noches, cuando mi hija se dormía, nos poníamos al teléfono y estábamos hasta las tres o las cuatro de la mañana hablando, intercambiando ideas, eligiendo músicas… Y finalmente, sin querer, porque no teníamos más pretensión que hacer algo, decidimos plasmar lo que estábamos viviendo alrededor. Teníamos claro que queríamos utilizar las artes audiovisuales, y filmamos una película que era el hilo conductor y nos permitía además respirar y cambiarnos entre las coreografías».’Fordlandia’, cuenta la artista donostiarra, «empieza con dos bailarines que se separan en un teatro vacío. Y surge un sueño: el reencuentro de esa pareja. Para nosotros el espectáculo es el símbolo del regreso a la normalidad , porque entonces no hablábamos de otra cosa que no fuera la vuelta a la normalidad, que para nosotros no era otra cosa que encontrarnos y volver a bailar en un escenario».Unir lo audiovisual a la danza no fue simplemente una cuestión práctica. «Tanto a Matthew como a mí nos encanta el cine, pero él además tiene un ojo increíble para la dirección. Todo lo que aparece en pantalla lo ha dirigido él. Cuando vamos a ver una película, yo soy la emocional, la que está dentro de la trama, pero él está viendo las imágenes. Y la película le da al público la oportunidad de entender el contexto y de transportarse a un lugar distinto y a su atmósfera».Noticia Relacionada estandar No ‘Lost letters’, la melancolía de la danza Julio Bravo Lucía Lacarra presenta su nueva compañía en los Teatros del Canal de MadridLas circunstancias del nacimiento de ‘Fordlandia’ hacen que, confiesa Lucía Lacarra, «sea siempre especial para nosotros. Es un poco como tu primer hijo . Cuando vives un proceso de creación desde la primera idea, desde el primer concepto -las músicas, el vestuario, la historia…- es como un periodo de gestación. Y antes de que ese espectáculo llegue a escena es ya parte tuya. Eso yo no lo había experimentado antes. He tenido la suerte de haber bailado las obras más maravillosas que existen en el repertorio, pero mi trabajo era bailarlas bien. Con ‘Fordlandia’ la responsabilidad es mayor… Es toda, y eso te enriquece muchísimo; al llegar al escenario y bailar, el nivel de satisfacción es inmenso e incomparable».Después de ‘Fordlandia’ e ‘In the still of the night’, su siguiente trabajo, Lucía Lacarra se lanzó a la aventura de crear compañía. Se estrenó con ‘Lost letters’, todavía en gira, y ya preparan un nuevo trabajo que va a fusionar «un concepto tan actual como la inteligencia artificial con la mitología vasca y su diosa Amalur , que significa ‘tierra madre’. A través de la naturaleza, de esa mitología, queremos hacer una crítica de hacia dónde avanza la civilización con la inteligencia artificial, que es maravillosa y va a ser muy útil para muchísimas cosas porque da respuestas en minutos a cosas que un ser humano necesitaría años para conseguir… Pero pero que, por otro lado, se está utilizando también de una forma extrema en el arte o la cultura: se está componiendo con inteligencia artificial, se están haciendo coreografías, diseños de moda… Y son increíbles, pero en las artes, y entre ellas las artes escénicas, ha de haber emociones, y sinceramente no creo que la inteligencia artificial pueda ofrecerlas. La emoción de un bailarín no la puede dar un algoritmo». A Lucía Lacarra el confinamiento provocado por la pandemia hace cinco años le pilló en su localidad natal, Zumaia (Guipúzcoa), y a su pareja, el también bailarín Matthew Golding , en Amsterdam. Por entonces ya llevaban algún tiempo detrás de la posibilidad de crear algo juntos; la distancia obligada de aquellos meses y la extraña situación que vivía el mundo fueron el motor que les llevó a crear ‘ Fordlandia ‘, un espectáculo en el que se combina danza, música y audiovisuales y en el que los dos bailan coreografías de Anna Hop, Yuri Possokhov, Juanjo Arqués y Christopher Wheeldon . ‘Fordlandia’ visitó Madrid en enero de 2021, pero las restricciones de aforo hicieron que muy poca gente pudiera verlo. Ahora vuelve a la capital, esta vez al Centro Danza Matadero , donde estará del 11 al 15 de junio.«Nosotros queríamos hacer algo juntos, un espectáculo -dice Lucía Lacarra-. No sabíamos cómo; teníamos ideas, pero eran difíciles de materializar». Fue Tobias Ehinger , intendente de la Ópera de Dortmund -en cuyo ballet trabajaron varios años, y donde se encontraban antes del confinamiento-, quien les dio el impulso. Y nació ‘Fordlandia’. «A mí se me vino el mundo encima cuando nos confinaron, y ponernos Matthew y yo a crear un espectáculo supuso para mí oxígeno mental; supuso llenar todo ese tiempo muerto que tenía haciendo algo que me llenaba de motivación y de ilusión». Lo crearon a distancia . «Todas las noches, cuando mi hija se dormía, nos poníamos al teléfono y estábamos hasta las tres o las cuatro de la mañana hablando, intercambiando ideas, eligiendo músicas… Y finalmente, sin querer, porque no teníamos más pretensión que hacer algo, decidimos plasmar lo que estábamos viviendo alrededor. Teníamos claro que queríamos utilizar las artes audiovisuales, y filmamos una película que era el hilo conductor y nos permitía además respirar y cambiarnos entre las coreografías».’Fordlandia’, cuenta la artista donostiarra, «empieza con dos bailarines que se separan en un teatro vacío. Y surge un sueño: el reencuentro de esa pareja. Para nosotros el espectáculo es el símbolo del regreso a la normalidad , porque entonces no hablábamos de otra cosa que no fuera la vuelta a la normalidad, que para nosotros no era otra cosa que encontrarnos y volver a bailar en un escenario».Unir lo audiovisual a la danza no fue simplemente una cuestión práctica. «Tanto a Matthew como a mí nos encanta el cine, pero él además tiene un ojo increíble para la dirección. Todo lo que aparece en pantalla lo ha dirigido él. Cuando vamos a ver una película, yo soy la emocional, la que está dentro de la trama, pero él está viendo las imágenes. Y la película le da al público la oportunidad de entender el contexto y de transportarse a un lugar distinto y a su atmósfera».Noticia Relacionada estandar No ‘Lost letters’, la melancolía de la danza Julio Bravo Lucía Lacarra presenta su nueva compañía en los Teatros del Canal de MadridLas circunstancias del nacimiento de ‘Fordlandia’ hacen que, confiesa Lucía Lacarra, «sea siempre especial para nosotros. Es un poco como tu primer hijo . Cuando vives un proceso de creación desde la primera idea, desde el primer concepto -las músicas, el vestuario, la historia…- es como un periodo de gestación. Y antes de que ese espectáculo llegue a escena es ya parte tuya. Eso yo no lo había experimentado antes. He tenido la suerte de haber bailado las obras más maravillosas que existen en el repertorio, pero mi trabajo era bailarlas bien. Con ‘Fordlandia’ la responsabilidad es mayor… Es toda, y eso te enriquece muchísimo; al llegar al escenario y bailar, el nivel de satisfacción es inmenso e incomparable».Después de ‘Fordlandia’ e ‘In the still of the night’, su siguiente trabajo, Lucía Lacarra se lanzó a la aventura de crear compañía. Se estrenó con ‘Lost letters’, todavía en gira, y ya preparan un nuevo trabajo que va a fusionar «un concepto tan actual como la inteligencia artificial con la mitología vasca y su diosa Amalur , que significa ‘tierra madre’. A través de la naturaleza, de esa mitología, queremos hacer una crítica de hacia dónde avanza la civilización con la inteligencia artificial, que es maravillosa y va a ser muy útil para muchísimas cosas porque da respuestas en minutos a cosas que un ser humano necesitaría años para conseguir… Pero pero que, por otro lado, se está utilizando también de una forma extrema en el arte o la cultura: se está componiendo con inteligencia artificial, se están haciendo coreografías, diseños de moda… Y son increíbles, pero en las artes, y entre ellas las artes escénicas, ha de haber emociones, y sinceramente no creo que la inteligencia artificial pueda ofrecerlas. La emoción de un bailarín no la puede dar un algoritmo».
A Lucía Lacarra el confinamiento provocado por la pandemia hace cinco años le pilló en su localidad natal, Zumaia (Guipúzcoa), y a su pareja, el también bailarín Matthew Golding, en Amsterdam. Por entonces ya llevaban algún tiempo detrás de la posibilidad de crear … algo juntos; la distancia obligada de aquellos meses y la extraña situación que vivía el mundo fueron el motor que les llevó a crear ‘Fordlandia‘, un espectáculo en el que se combina danza, música y audiovisuales y en el que los dos bailan coreografías de Anna Hop, Yuri Possokhov, Juanjo Arqués y Christopher Wheeldon. ‘Fordlandia’ visitó Madrid en enero de 2021, pero las restricciones de aforo hicieron que muy poca gente pudiera verlo. Ahora vuelve a la capital, esta vez al Centro Danza Matadero, donde estará del 11 al 15 de junio.
«Nosotros queríamos hacer algo juntos, un espectáculo -dice Lucía Lacarra-. No sabíamos cómo; teníamos ideas, pero eran difíciles de materializar». Fue Tobias Ehinger, intendente de la Ópera de Dortmund -en cuyo ballet trabajaron varios años, y donde se encontraban antes del confinamiento-, quien les dio el impulso. Y nació ‘Fordlandia’. «A mí se me vino el mundo encima cuando nos confinaron, y ponernos Matthew y yo a crear un espectáculo supuso para mí oxígeno mental; supuso llenar todo ese tiempo muerto que tenía haciendo algo que me llenaba de motivación y de ilusión». Lo crearon a distancia. «Todas las noches, cuando mi hija se dormía, nos poníamos al teléfono y estábamos hasta las tres o las cuatro de la mañana hablando, intercambiando ideas, eligiendo músicas… Y finalmente, sin querer, porque no teníamos más pretensión que hacer algo, decidimos plasmar lo que estábamos viviendo alrededor. Teníamos claro que queríamos utilizar las artes audiovisuales, y filmamos una película que era el hilo conductor y nos permitía además respirar y cambiarnos entre las coreografías».
‘Fordlandia’, cuenta la artista donostiarra, «empieza con dos bailarines que se separan en un teatro vacío. Y surge un sueño: el reencuentro de esa pareja. Para nosotros el espectáculo es el símbolo del regreso a la normalidad, porque entonces no hablábamos de otra cosa que no fuera la vuelta a la normalidad, que para nosotros no era otra cosa que encontrarnos y volver a bailar en un escenario».
Unir lo audiovisual a la danza no fue simplemente una cuestión práctica. «Tanto a Matthew como a mí nos encanta el cine, pero él además tiene un ojo increíble para la dirección. Todo lo que aparece en pantalla lo ha dirigido él. Cuando vamos a ver una película, yo soy la emocional, la que está dentro de la trama, pero él está viendo las imágenes. Y la película le da al público la oportunidad de entender el contexto y de transportarse a un lugar distinto y a su atmósfera».
Las circunstancias del nacimiento de ‘Fordlandia’ hacen que, confiesa Lucía Lacarra, «sea siempre especial para nosotros. Es un poco como tu primer hijo. Cuando vives un proceso de creación desde la primera idea, desde el primer concepto -las músicas, el vestuario, la historia…- es como un periodo de gestación. Y antes de que ese espectáculo llegue a escena es ya parte tuya. Eso yo no lo había experimentado antes. He tenido la suerte de haber bailado las obras más maravillosas que existen en el repertorio, pero mi trabajo era bailarlas bien. Con ‘Fordlandia’ la responsabilidad es mayor… Es toda, y eso te enriquece muchísimo; al llegar al escenario y bailar, el nivel de satisfacción es inmenso e incomparable».
Después de ‘Fordlandia’ e ‘In the still of the night’, su siguiente trabajo, Lucía Lacarra se lanzó a la aventura de crear compañía. Se estrenó con ‘Lost letters’, todavía en gira, y ya preparan un nuevo trabajo que va a fusionar «un concepto tan actual como la inteligencia artificial con la mitología vasca y su diosa Amalur, que significa ‘tierra madre’. A través de la naturaleza, de esa mitología, queremos hacer una crítica de hacia dónde avanza la civilización con la inteligencia artificial, que es maravillosa y va a ser muy útil para muchísimas cosas porque da respuestas en minutos a cosas que un ser humano necesitaría años para conseguir… Pero pero que, por otro lado, se está utilizando también de una forma extrema en el arte o la cultura: se está componiendo con inteligencia artificial, se están haciendo coreografías, diseños de moda… Y son increíbles, pero en las artes, y entre ellas las artes escénicas, ha de haber emociones, y sinceramente no creo que la inteligencia artificial pueda ofrecerlas. La emoción de un bailarín no la puede dar un algoritmo».
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura