Llegó hace 20 años con la idea de publicar a clásicos extranjeros y se estrenó con dos rescates: A la caza del amor, de Nancy Mitford y En busca del barón Corvo de A. J. A. Symons. Hoy lleva 11 reediciones del primero y tres del segundo, y otros 360 títulos publicados. La lista de éxitos de Libros del Asteroide no ha dejado de crecer sin perder ese aire de sello boutique. De clásicos extranjeros al español Manuel Chaves Nogales, sin olvidar a contemporáneos como Rachel Cusk, Pedro Mairal o Hamnet de Maggie O’Farrell.
La cita con Luis Solano (Santiago de Compostela, 53 años) una mañana de finales de junio es en el Real Observatorio Astronómico de Madrid. Él llega de Zaragoza, donde ha tenido un encuentro con lectores en la librería Cálamo, y alguno le ha confesado que lleva más de 180 títulos de su catálogo leídos.
Pregunta. ¿Por qué llegó a la edición?
Respuesta. Por vocación, por intentar hacer algo que me gustara, cosa que no ocurría en la consultoría. Antes de Libros del Asteroide también trabajé en una distribuidora de libro electrónico de un gran grupo.
P. ¿De Planeta a su Asteroide?
R. Bueno, estaba El principito y también pensé que si el nombre Planeta había funcionado, y estaba muy implantado en el imaginario editorial español, otro cuerpo celeste que tuviera más independencia y con menor tamaño, podía funcionar.
P. ¿Cuál fue el primer éxito?
R. Tardó un año y medio, fue El quinto en discordia de Robertson Davies, que ganó el premio Llibreter y estuvo en la lista de los mejores de 2006. Vendimos 15.000 ejemplares y con eso se terminó la duda de si debía meter más socios. Pude seguir solo.
P. ¿Su mayor acierto?
R. Cuando empecé publicaba 10 títulos al año y ahora 23. No quiero hacer más. Esa es la clave. Tienes que descartar mucho, pero el nivel de calidad que te marcas es muy alto. Si tienes que publicar 50 libros al año es complicado que todos sean igual de buenos.
P. ¿Hay hiperinflación de libros?
R. El mercado sabe poner las cosas en su sitio. Que haya mucha producción no es muy eficiente, hay devoluciones, llegan muchos libros a las librerías, pero hay mucha riqueza editorial en España y los lectores tienen una oferta relevante.
P. Se ha retirado El odio, de Luisgé Martín. ¿Qué opina?
R. A mí no me hubieran pillado en eso, no porque hubiera sido más listo, sino porque el tema no me hubiera llamado. De los más de 300 que hemos publicado no hay ninguno que trate algo tan escabroso. Comprendo que haya gente que quiera explorar esos temas.
A mí no me hubieran pillado editando [‘El odio’, de Luige Martín], no porque hubiera sido más listo, sino porque el tema no me hubiera llamado»
P. Hoy se revisita y juzga el canon con nuevos ojos. ¿Qué piensa?
R. Trato de huir de libros muy pegados al presente. La voluntad al volver sobre el canon no es cancelar a nadie, sino buscar cosas que se seguirán leyendo dentro de 25 años. Hemos recuperado a muchas mujeres, porque tuvieron menos valedores. Ahora soy más consciente de cosas que quedaron silenciadas. Se trata de incluir más que excluir. Y un editor no se tiene que autocensurar.
P. ¿Quiénes son sus referentes?
R. Crecí con Tusquets y Anagrama y del primero me gustaba mucho la colección Andanzas porque originalmente ahí cabía todo. Y esa es la misma idea de Asteroide con novelas, no ficción, memorias, viajes o cuentos. Otro referente es Acantilado, que nació seis años antes que nosotros aunque Vallcorba llevara muchos años con Quaderns Crema en catalán.
P. Asteroide forma parte de un grupo de sellos que tomó el relevo en el siglo XXI.
R. Nuestra generación es muy profesional, teníamos nuevas tecnologías, vuelos más baratos, y muchas cosas que nos permitían establecer relaciones fuera. Y supimos tejer una red de complicidades entre nosotros y con las librerías independientes que nos permitió tener una buena entrada comercial.
P. Muchos de sus contemporáneos han apostado por Latinoamérica. ¿Esa es una asignatura pendiente?
R. Hemos publicado a dos autores importantes: Pedro Mairal y Eduardo Halfon, pero no encontramos más. A nivel comercial, Argentina es nuestro segundo mercado. Tenemos distribución nacional en Chile, en Colombia, en México y Uruguay.
P. España ha sido país invitado en muchas ferias. ¿Cómo mejorar la proyección de autores españoles?
R. Esas actividades de promoción tienen como objetivo un público generalista más que uno profesional. Hay que ayudar a las empresas, editoriales o agencias, que venden derechos, porque es mucho más efectivo que hacer unas jornadas literarias en las que hablan autores.
P. ¿A los editores les falla la parte empresarial?
R. A los pequeños a veces sí. Jaume Vallcorba decía que una editorial independiente tiene que tener dos éxitos: el editorial y el comercial. Si vendes mucho pero los libros son una mierda pues no haces una gran labor. Luego hay otros con buenos títulos a quienes les falla la comercialización. Un buen editor publica buenos libros y los sabe vender bien
P. Desde la pandemia suben las ventas.
R. No nos podemos quejar, pero hay que trabajar más en aumentar los índices de lectura que aún son bajos, comparados con otros países europeos.
P. ¿Qué libro se le escapó?
R. Muchos, uno de Eric Vuillard, otro de María Gainza. Cuando pierdo un libro que me emociona lo llevo fatal.
P. ¿Vendería su sello?
R. No he tenido ofertas directas, pero no. Me lo paso estupendamente y me gano bien la vida. Cuando me tenga que retirar me gustaría que la editorial continuara su misión.
P. ¿La situación perfecta para leer?
R. No me gusta hacerlo en la mesa de trabajo, prefiero una buena butaca. Si tuviera que elegir una hora, lo ideal sería empezar el día leyendo.
P. ¿Qué consejo daría a quien quisiera montar una editorial?
R. Que mire bien con cuánto capital cuenta, porque a veces los proyectos terminan antes de tiempo por esto. Y que no escatime en diseño.
Al cumplirse 20 años del nacimiento de Libros del Asteroide, su fundador reflexiona sobre su oficio
Llegó hace 20 años con la idea de publicar a clásicos extranjeros y se estrenó con dos rescates: A la caza del amor, de Nancy Mitford y En busca del barón Corvo de A. J. A. Symons. Hoy lleva 11 reediciones del primero y tres del segundo, y otros 360 títulos publicados. La lista de éxitos de Libros del Asteroide no ha dejado de crecer sin perder ese aire de sello boutique. De clásicos extranjeros al español Manuel Chaves Nogales, sin olvidar a contemporáneos como Rachel Cusk, Pedro Mairal o Hamnet de Maggie O’Farrell.
La cita con Luis Solano (Santiago de Compostela, 53 años) una mañana de finales de junio es en el Real Observatorio Astronómico de Madrid. Él llega de Zaragoza, donde ha tenido un encuentro con lectores en la librería Cálamo, y alguno le ha confesado que lleva más de 180 títulos de su catálogo leídos.

Pregunta. ¿Por qué llegó a la edición?
Respuesta. Por vocación, por intentar hacer algo que me gustara, cosa que no ocurría en la consultoría. Antes de Libros del Asteroide también trabajé en una distribuidora de libro electrónico de un gran grupo.
P. ¿De Planeta a su Asteroide?
R. Bueno, estaba El principito y también pensé que si el nombre Planeta había funcionado, y estaba muy implantado en el imaginario editorial español, otro cuerpo celeste que tuviera más independencia y con menor tamaño, podía funcionar.
P. ¿Cuál fue el primer éxito?
R. Tardó un año y medio, fue El quinto en discordia de Robertson Davies, que ganó el premio Llibreter y estuvo en la lista de los mejores de 2006. Vendimos 15.000 ejemplares y con eso se terminó la duda de si debía meter más socios. Pude seguir solo.
P. ¿Su mayor acierto?
R. Cuando empecé publicaba 10 títulos al año y ahora 23. No quiero hacer más. Esa es la clave. Tienes que descartar mucho, pero el nivel de calidad que te marcas es muy alto. Si tienes que publicar 50 libros al año es complicado que todos sean igual de buenos.
P. ¿Hay hiperinflación de libros?
R. El mercado sabe poner las cosas en su sitio. Que haya mucha producción no es muy eficiente, hay devoluciones, llegan muchos libros a las librerías, pero hay mucha riqueza editorial en España y los lectores tienen una oferta relevante.
P.Se ha retirado El odio, de Luisgé Martín. ¿Qué opina?
R. A mí no me hubieran pillado en eso, no porque hubiera sido más listo, sino porque el tema no me hubiera llamado. De los más de 300 que hemos publicado no hay ninguno que trate algo tan escabroso. Comprendo que haya gente que quiera explorar esos temas.
A mí no me hubieran pillado editando [‘El odio’, de Luige Martín], no porque hubiera sido más listo, sino porque el tema no me hubiera llamado»
P. Hoy se revisita y juzga el canon con nuevos ojos. ¿Qué piensa?
R. Trato de huir de libros muy pegados al presente. La voluntad al volver sobre el canon no es cancelar a nadie, sino buscar cosas que se seguirán leyendo dentro de 25 años. Hemos recuperado a muchas mujeres, porque tuvieron menos valedores. Ahora soy más consciente de cosas que quedaron silenciadas. Se trata de incluir más que excluir. Y un editor no se tiene que autocensurar.
P. ¿Quiénes son sus referentes?
R. Crecí con Tusquets y Anagrama y del primero me gustaba mucho la colección Andanzas porque originalmente ahí cabía todo. Y esa es la misma idea de Asteroide con novelas, no ficción, memorias, viajes o cuentos. Otro referente es Acantilado, que nació seis años antes que nosotros aunque Vallcorba llevara muchos años con Quaderns Crema en catalán.
P. Asteroide forma parte de un grupo de sellos que tomó el relevo en el siglo XXI.
R. Nuestra generación es muy profesional, teníamos nuevas tecnologías, vuelos más baratos, y muchas cosas que nos permitían establecer relaciones fuera. Y supimos tejer una red de complicidades entre nosotros y con las librerías independientes que nos permitió tener una buena entrada comercial.
P. Muchos de sus contemporáneos han apostado por Latinoamérica. ¿Esa es una asignatura pendiente?
R. Hemos publicado a dos autores importantes: Pedro Mairal y Eduardo Halfon, pero no encontramos más. A nivel comercial, Argentina es nuestro segundo mercado. Tenemos distribución nacional en Chile, en Colombia, en México y Uruguay.
P. España ha sido país invitado en muchas ferias. ¿Cómo mejorar la proyección de autores españoles?
R. Esas actividades de promoción tienen como objetivo un público generalista más que uno profesional. Hay que ayudar a las empresas, editoriales o agencias, que venden derechos, porque es mucho más efectivo que hacer unas jornadas literarias en las que hablan autores.
P. ¿A los editores les falla la parte empresarial?
R. A los pequeños a veces sí. Jaume Vallcorba decía que una editorial independiente tiene que tener dos éxitos: el editorial y el comercial. Si vendes mucho pero los libros son una mierda pues no haces una gran labor. Luego hay otros con buenos títulos a quienes les falla la comercialización. Un buen editor publica buenos libros y los sabe vender bien
P. Desde la pandemia suben las ventas.
R. No nos podemos quejar, pero hay que trabajar más en aumentar los índices de lectura que aún son bajos, comparados con otros países europeos.
P. ¿Qué libro se le escapó?
R. Muchos, uno de Eric Vuillard, otro de María Gainza. Cuando pierdo un libro que me emociona lo llevo fatal.
P. ¿Vendería su sello?
R. No he tenido ofertas directas, pero no. Me lo paso estupendamente y me gano bien la vida. Cuando me tenga que retirar me gustaría que la editorial continuara su misión.
P. ¿La situación perfecta para leer?
R. No me gusta hacerlo en la mesa de trabajo, prefiero una buena butaca. Si tuviera que elegir una hora, lo ideal sería empezar el día leyendo.
P. ¿Qué consejo daría a quien quisiera montar una editorial?
R. Que mire bien con cuánto capital cuenta, porque a veces los proyectos terminan antes de tiempo por esto. Y que no escatime en diseño.
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