La coreógrafa alumbra el primer centro público en España dedicado a todas las danzas, en la estela de los teatros europeos, que salde las deudas con este arte y como «el ideal» que siempre soñó Leer La coreógrafa alumbra el primer centro público en España dedicado a todas las danzas, en la estela de los teatros europeos, que salde las deudas con este arte y como «el ideal» que siempre soñó Leer
Cerca de 40 bailarines han estado desde las 9.00 horas afinando movimientos y zapateando en el último ensayo antes de la presentación. Casi pasaron 12 horas cuando se detiene, tras revisar las luces del espectáculo, para ser alumbrada en la rotundidad del escenario y del mito, del arte y, en lo concreto, de la danza. Viene de un Premio Nacional de Danza (2002), de la Medalla al Mérito en las Artes (2014), del Premio Princesa de Asturias hace dos años y, perdonen en Zarzuela, aquí tiene un orgullo mayor. Madrid tiene ya un Centro para la Danza, España tiene el centro que siempre añoró. Ya a la estela de Londres, que atesora el Sadler’s Wells, o de París, con el Chaillot. Porque María Pagés, al igual que exprime horas, al elenco y a los técnicos para engrandecer esa mínima coreografía de sólo 7 minutos que será puesta de largo, ha decidido empujar los máximos y «hacer historia de verdad». Esta señora rompe la oscuridad.
- Centro Danza Matadero. ¿Por qué?
- Porque nos llaman, y como artistas, creadores [los plurales son compartidos con su director artístico adjunto y pareja, El Arbi El Harti], tenemos un compromiso y militancia demostrada en toda nuestra vida. Nos proponen programar. Y eso representaba ya un paso importantísimo ante la necesidad de que exista un espacio donde se programe danza, un arte cada vez más mermado en todas las programaciones, que no está en su mejor momento. Y entonces pensamos que había que aspirar a más, visto que hay este esfuerzo enorme. De verdad, para la danza esto es un proyecto histórico, absolutamente.
- Un hogar, para empezar.
- Llevamos años quejándonos de que no hay un teatro de la danza. Las compañías nacionales de teatro tienen el Centro Dramático Nacional, tenemos un Auditorio Nacional, tenemos un Circo Price… Pero los ballets nacionales no tenemos, no tienen, un teatro. Y llevamos toda la vida diciendo: ‘¿Cómo es posible que no se dé el paso, con el talento a borbotones que hay en España?’. No había un lugar de la danza, ¿por qué? Se ha dado el paso. ¿Cómo no va a ser histórico?
- ¿Por qué será singular?
- Primero, Madrid ha creado un teatro dedicado a la danza. No los había en España. Eso hay que reivindicarlo, porque es pionero. Se le puede comparar con el Mercat de les Flors de Barcelona, dedicado sólo a la danza contemporánea. Hace una labor maravillosa, y además colaboramos. Pero este es el primero en España de clásica, flamenca, contemporánea… La danza será plural, transversal, inclusiva; va a prevalecer la excelencia y vamos a dar un lugar a los emergentes, que necesitan ese hogar donde crear, asociarse, donde se les apoye… Habrá residencias artísticas, ya hay 8 coproducciones, 6 nacionales y 2 internacionales. Todo eso lo hace especial, particular.
- ¿Cuál será el éxito?
- Es importante que todo este esfuerzo, esta inversión, enorme [superior a dos millones de euros], histórica, de verdad, sea modelo y ejemplo, avanzadilla, para que en otros lugares también haya teatros que den un lugar a la danza. Imaginemos un futuro en el que España tenga centros así en más ciudades, como en Francia, en Alemania… A nosotros nos han encargado esto porque tenemos una capacidad, pero luego vendrán otras personas y el proyecto tiene que seguir. Esa es la gran diferencia respecto a la Fundación María Pagés de Fuenlabrada. Nosotros estamos aquí para poner en pie este proyecto. Y en un tiempo ya no estaremos, porque es lo natural.
Sin preguntarle, desmiente ese personalismo que se le ha atribuido a la iniciativa. Convierte en argumento un común de la danza, que andaba ya «en la menudencia». Centro Danza Matadero será un lugar donde los jóvenes podrán «huir de la precariedad» y donde «por trabajar no va a ser». Este proyecto fue embrión hace ocho años. «Se le presentó al Ayuntamiento de Madrid, en otra época, no lo entendieron y justo surgió Fuenlabrada. Dijimos: ‘Adelante’». Así nació el Centro Coreográfico María Pagés, al sur de la capital.
Pero Madrid es brújula casi de cuna. María Jesús Pagés Madrigal es catalana de origen. Nace en Sevilla por accidente (1963) y ese accidente existencial la hace flamenca. No tiene estirpe previa. A los 15 años, los padres la traen a Madrid. Se dice «madrileña por adopción y convicción», con «un ideal: crear un centro coreográfico en Madrid». A los 61 años, la bailaora siente que «es el momento de dejar legado». El Arbi El Harti va y viene también en la entrevista con GRAN MADRID y, aunque ha pedido no ser citado, perdonará esta pequeña licencia, pues conviene subrayar cómo se ve: «Estoy para ayudar a que mi mujer deje un legado a un país al que adoro. El legado es que se crea un espacio. Ya está. Que se consolide, que de aquí no lo mueva nadie y que crezca y ayude a esta profesión, a la sociedad y a que el público sea escuchado».
El idilio tiene, como todos, sus espinas. El Periódico de España adelantó esta semana detalles del proyecto. Alguno conflictivo, aunque no insólito en el sector, como que la gestora pueda dirigir dos veces al año (cobraría una) o pueda actuar (una vez por temporada, al caché marcado por Madrid Destino).
La Comunidad de Madrid ha hecho de su Ballet Español, con Jesús Carmona, un discurso cultural de legislatura. Marta Rivera de la Cruz, desde el Ayuntamiento, amadrina el Centro Danza Matadero (CDM), maná en el país donde «las compañías de iniciativa privada casi desaparecieron», con excepciones con Pagés o Sara Baras, y donde la iniciativa institucional se acotó a la Compañía Nacional o el Ballet Flamenco de Andalucía, que abrirá aquí temporada en febrero con Pineda. Tanto interés, de Ayuso a Almeida… ¿Temen la apropiación política?
Desde la reivindicación del flamenco como «la mejor expresión de la contemporaneidad española, con la que los españoles se identifican, mucho», y que «probablemente es la que crea mejor hispanofilia en el mundo», dicen, «no nos preocupa la apropiación desde la política». Sirva un ejemplo: «Si la ópera está donde está es porque alguien se lo ha apropiado. Que se apropien de nosotros, lo necesitamos para hacer grande la danza. La creación necesita medios. Lo que el público va a ver necesita tiempo y recursos. Si la apropiación es creer en el arte flamenco para hacerlo grande, bienvenida sea la apropiación».
Frente a un espíritu «provinciano», a una pureza tan flamenca, elevan la danza como pegamento social, más allá «de derechas e izquierdas». «Esto es una casa de la danza, pertenece a una institución pública y nace también de la visión política de un ayuntamiento. ¿Acaso no se debe reconocer? Pero la danza forma parte de la esencia de un país. La danza no tiene color político. Si este color político ha decidido apoyar un proyecto de danza, bienvenido sea. Pero como modelo, en fin, es mucho más abierto y libre que la ideología. Estamos hablando de la universalización de un país. Y el que lo compre, pues bienvenido. Este centro es hoy de este color y mañana puede ser de otro, porque este centro es de Madrid». En el requiebro más reflexivo, se cuela esta frase del codirector: «La danza, en general, y la danza flamenca, en especial, es invertir en la plusvalía simbólica que necesitan los países para cohesionarse. La danza puede jugar ese papel. Esa es nuestra batalla».
- ¿Verá Madrid el autobiográfico Amor de Dios o un espectáculo nuevo suyo?
- Esto hay que parirlo, lo vamos a parir y luego ya veremos.
Presentado este jueves por José Luis Martínez-Almeida tras su adecuación (con 1.200 metros2 de sala de exhibición y 643 butacas y también la Nave 16.1 para ensayos, residencias artísticas y seminarios), el Centro Danza Matadero (CDM) se estrenará el 6 de febrero, con el Ballet Flamenco de Andalucía, para dar paso a 66 espectáculos y 140 funciones en 2025.
Lejos de la festivalización -«un día y te vas»- se buscará extender la permanencia en cartel, en memoria de aquel 2010 en el que la propia Pagés estuvo cuatro semanas en Matadero. En esa línea, se programarán monográficos como el de Daniel Abreu -4 funciones distintas sobre sus 20 años-, a Eva Yerbabuena o Farruquito, y con visitas ilustres como la de la Martha Graham Dance -en su centenario- o del Théâtre Nacional Chaillot.
«Con este proyecto, Madrid cubre un espacio que estaba vacío y lo hace de la mano de una gran figura como es María Pagés», explica Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. Justifica su fichaje en que la bailaora «tiene la experiencia, el talento y la fe y confianza en el proyecto. Y no podemos olvidar que tiene un prestigio internacional que será de mucha ayuda». Y añade sobre las concesiones de exhibir espectáculos propios: «Cuando contratamos a una creadora es porque queremos que siga creando y no vamos a limitar ese proceso creativo, como no lo hemos limitado en el resto de las direcciones artísticas. Lo que esperamos de ella es lo mismo que ha hecho durante toda su trayectoria: que sorprenda al público y que se supere cada día»
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