Crítica de teatro ‘Maria Stuarda’ Música Gaetano Donizetti Libreto Giuseppe Bardari Reparto Lisette Oropesa (Maria Stuarda), Ismael Jordi (Roberto, conde de Leicester), Aigul Akhmetshina (Elisabetta), Roberto Tagliavini (Giorgio Talbot), Andrzej Filonczyk (Lord Guglielmo Cecil), Elissa Pfaender (Anna Kennedy) Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real Dirección de escena David McVicar Dirección musical José Miguel Pérez-Sierra Lugar Teatro Real, Madrid 4La oscuridad general como espacio de sospecha. La presencia de un gigantesco globo crucífero que domina el escenario desde la altura. El suelo inclinado, en realidad una plataforma elevada que hace evidente la tragedia. La presencia en bajorrelieve de ojos y orejas que escrutan la escena. El rojo sanguíneo que perfila el bosque y tiñe el vestido final de la condenada. Hay un profundo desasosiego en la reunión de elementos que conforman la escena que David McVicar ha inventado para ‘Maria Stuarda’ y que anoche se estrenó en el Teatro Real. Un espacio de naturaleza fúnebre que dice mucho sobre la ópera de Donizetti y sobre el orgulloso encuentro de dos reinas: Maria Stuarda (María Estuardo), reina católica de Escocia, y Elisabetta (Isabel I), reina protestante de Inglaterra.Con más propiedad debería hablarse de Lisette Oropesa y Aigul Akhmetshina que anoche pusieron en pie el teatro tras una primera representación cargada de intensidad dramática, muy en línea con aquel y formidable duelo que abrió la temporada con Ermonela Jaho y Elīna Garanča, en ‘Adriana Lecouvreur’. Ahora los matices se centran en la voz sólida, enjundiosa, de potente metal, inalterable de Akhmetshina. Desde la tremenda cavatina inicial de Elisabetta que la mezzosoprano rusa presentó sin concesiones, a la imagen de cierre de una reina victoriosa, dominadora y manipuladora, y sin duda atormentada tras firmar la sentencia de muerte de Maria Stuarda. Akhmetshina lo transmite con una profundidad realmente sobrecogedora llegando a un punto culminante en el encuentro con su contraria, Maria Stuarda.Noticia Relacionada estandar Si ‘Maria Stuarda’, una ópera maldita sobre la lucha inevitable de dos Reinas Julio Bravo El Teatro Real presenta una nueva producción de la obra de Donizetti que firma David McVicar y que dirige José Miguel Pérez SierraEn realidad todo corre a favor de esa última. En la obra porque el personaje asume perfiles muy distintos y en esta puesta en escena porque el punto de fuga de cualquier gesto es su muerte: la llegada al patíbulo vestida de rojo en medio de la negritud ambiental. Es entonces cuando la soprano estadounidense de origen cubano Lisette Oropesa coloca al personaje en una posición vocalmente indiscutible, grande, también orgullosa en su propia seguridad. Las irisaciones abundan desde la primera escena en la que se muestra reflexiva y frágil. Oropesa ofrece ahí una voz todavía luminosa que hace muy difícil adivinar la transformación posterior: la humillación durante el encuentro con Elisabetta; la resignación y la convicción que logra en la gran y siniestra última escena. El sentido poliédrico que implica la interpretación de Oropesa tiene mucho que ver con el proyecto escénico de McVicar quien vuelve a demostrar sus cualidades de ilusionista reinventando el tiempo histórico gracias a la especulación que propone el estupendo vestuario hecho en colaboración con Brigitte Reiffenstuel y la minuciosa iluminación de Lizzie Powell.Hay otros elementos en juego que anoche ayudaron a redondear el espectáculo. Entre los intérpretes está Ismael Jordi, un veterano Roberto Leicester que puso amalgama a la historia y dijo con verdadero encanto el ‘duetto’ del primer acto con Maria Stuarda. En una dimensión parecida estuvo Roberto Tagliavini, cuya interpretación de Giorgio Talbot colaboró a realzar el tono crepuscular de su escena con la misma reina. Y ante todos ellos estuvo José Miguel Pérez Sierra proponiendo un dirección musical a favor de las voces, de incesante ritmo en las dos escenas finales. El contraste dominó la versión musical llevada con agilidad y tensión. Se dice que ‘Maria Stuarda’ es uno de los textos más vivos de Donizetti, quien junto con el libretista Giuseppe Bardari dio forma al original literario de Schiller. Sobre la supuesta veracidad de lo que se cuenta se ha escrito mucho. Pero cualquier observación que se haga ahora queda en un segundo plano ante la verdad indiscutible de una escenificación muy emocionante. Crítica de teatro ‘Maria Stuarda’ Música Gaetano Donizetti Libreto Giuseppe Bardari Reparto Lisette Oropesa (Maria Stuarda), Ismael Jordi (Roberto, conde de Leicester), Aigul Akhmetshina (Elisabetta), Roberto Tagliavini (Giorgio Talbot), Andrzej Filonczyk (Lord Guglielmo Cecil), Elissa Pfaender (Anna Kennedy) Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real Dirección de escena David McVicar Dirección musical José Miguel Pérez-Sierra Lugar Teatro Real, Madrid 4La oscuridad general como espacio de sospecha. La presencia de un gigantesco globo crucífero que domina el escenario desde la altura. El suelo inclinado, en realidad una plataforma elevada que hace evidente la tragedia. La presencia en bajorrelieve de ojos y orejas que escrutan la escena. El rojo sanguíneo que perfila el bosque y tiñe el vestido final de la condenada. Hay un profundo desasosiego en la reunión de elementos que conforman la escena que David McVicar ha inventado para ‘Maria Stuarda’ y que anoche se estrenó en el Teatro Real. Un espacio de naturaleza fúnebre que dice mucho sobre la ópera de Donizetti y sobre el orgulloso encuentro de dos reinas: Maria Stuarda (María Estuardo), reina católica de Escocia, y Elisabetta (Isabel I), reina protestante de Inglaterra.Con más propiedad debería hablarse de Lisette Oropesa y Aigul Akhmetshina que anoche pusieron en pie el teatro tras una primera representación cargada de intensidad dramática, muy en línea con aquel y formidable duelo que abrió la temporada con Ermonela Jaho y Elīna Garanča, en ‘Adriana Lecouvreur’. Ahora los matices se centran en la voz sólida, enjundiosa, de potente metal, inalterable de Akhmetshina. Desde la tremenda cavatina inicial de Elisabetta que la mezzosoprano rusa presentó sin concesiones, a la imagen de cierre de una reina victoriosa, dominadora y manipuladora, y sin duda atormentada tras firmar la sentencia de muerte de Maria Stuarda. Akhmetshina lo transmite con una profundidad realmente sobrecogedora llegando a un punto culminante en el encuentro con su contraria, Maria Stuarda.Noticia Relacionada estandar Si ‘Maria Stuarda’, una ópera maldita sobre la lucha inevitable de dos Reinas Julio Bravo El Teatro Real presenta una nueva producción de la obra de Donizetti que firma David McVicar y que dirige José Miguel Pérez SierraEn realidad todo corre a favor de esa última. En la obra porque el personaje asume perfiles muy distintos y en esta puesta en escena porque el punto de fuga de cualquier gesto es su muerte: la llegada al patíbulo vestida de rojo en medio de la negritud ambiental. Es entonces cuando la soprano estadounidense de origen cubano Lisette Oropesa coloca al personaje en una posición vocalmente indiscutible, grande, también orgullosa en su propia seguridad. Las irisaciones abundan desde la primera escena en la que se muestra reflexiva y frágil. Oropesa ofrece ahí una voz todavía luminosa que hace muy difícil adivinar la transformación posterior: la humillación durante el encuentro con Elisabetta; la resignación y la convicción que logra en la gran y siniestra última escena. El sentido poliédrico que implica la interpretación de Oropesa tiene mucho que ver con el proyecto escénico de McVicar quien vuelve a demostrar sus cualidades de ilusionista reinventando el tiempo histórico gracias a la especulación que propone el estupendo vestuario hecho en colaboración con Brigitte Reiffenstuel y la minuciosa iluminación de Lizzie Powell.Hay otros elementos en juego que anoche ayudaron a redondear el espectáculo. Entre los intérpretes está Ismael Jordi, un veterano Roberto Leicester que puso amalgama a la historia y dijo con verdadero encanto el ‘duetto’ del primer acto con Maria Stuarda. En una dimensión parecida estuvo Roberto Tagliavini, cuya interpretación de Giorgio Talbot colaboró a realzar el tono crepuscular de su escena con la misma reina. Y ante todos ellos estuvo José Miguel Pérez Sierra proponiendo un dirección musical a favor de las voces, de incesante ritmo en las dos escenas finales. El contraste dominó la versión musical llevada con agilidad y tensión. Se dice que ‘Maria Stuarda’ es uno de los textos más vivos de Donizetti, quien junto con el libretista Giuseppe Bardari dio forma al original literario de Schiller. Sobre la supuesta veracidad de lo que se cuenta se ha escrito mucho. Pero cualquier observación que se haga ahora queda en un segundo plano ante la verdad indiscutible de una escenificación muy emocionante.
Crítica de teatro
Lisette Oropesa coloca al personaje de Maria en la escena del patíbulo en una posición vocalmente indiscutible, grande, también orgullosa en su propia seguridad
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Música
Gaetano Donizetti -
Libreto
Giuseppe Bardari -
Reparto
Lisette Oropesa (Maria Stuarda), Ismael Jordi (Roberto, conde de Leicester), Aigul Akhmetshina (Elisabetta), Roberto Tagliavini (Giorgio Talbot), Andrzej Filonczyk (Lord Guglielmo Cecil), Elissa Pfaender (Anna Kennedy) -
Coro y Orquesta
Titulares del Teatro Real -
Dirección de escena
David McVicar -
Dirección musical
José Miguel Pérez-Sierra -
Lugar
Teatro Real, Madrid
La oscuridad general como espacio de sospecha. La presencia de un gigantesco globo crucífero que domina el escenario desde la altura. El suelo inclinado, en realidad una plataforma elevada que hace evidente la tragedia. La presencia en bajorrelieve de ojos y orejas que escrutan la …
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