«Soy Juan Martínez . Hace muchos años era un mocito chulapo de pañuelo de seda al cuello. Bailarín, hijo de bailarín, granujilla madrileño nacido en Burgos y castizo. Me había casado con Sole y nos fuimos a París de Francia. Le enseñé a bailar aquel flamenco litúrgico con bata de cola y enagua almidonada. Ella bailaba mejor una jota trepidante de aldea celtíbera, cuyo sprint final le arrebolaba las mejillas tersas y le hacía palpitar los pechos, muy levantados y oprimidos por el alto corsé de ballenas. Bajo la rúbrica imperial de ‘Los Martínez’ nos ganábamos la vida bailando por los cabarets de Montmartre entre ‘maquereaux’, apaches, pederastas, traficantes de ‘neige’, policías que les chantajeaban y honestos y sencillos ladrones».Así comienza ‘ El maestro Juan Martínez que estaba allí ‘, adaptación teatral de la novela de Manuel Chaves Nogales (1897-1944) que ha realizado, y dirige, Xavier Albertí , e interpreta Miguel Rellán . El espectáculo levantará el telón en el Teatro de La Abadía el próximo jueves 28 y estará en cartel hasta el 22 de diciembre. Albertí conecta al personaje retratado por Chaves Nogales «con la gran tradición de la picaresca española. Los ecos del ‘Lazarillo’, los de las novelas ejemplares de Cervantes, de Quevedo… siguen alimentando una maravillada mirada a la historia y a la capacidad de supervivencia de los protagonistas indirectos que sufren los dictámenes de los poderosos». «Juan Martínez es un superviviente -coincide Miguel Rellán-. No se rinde. Que pierdo este tren, ya cogeré el siguiente. Que no me dejan salir porque tengo no sé qué con el pasaporte, pues falsifico el que le robé a un italiano y me hago pasar por él. El caso es salir adelante como sea. Que quieren que baile un tango argentino, pues bailo un tango argentino. Supervivencia, en primer lugar, y con optimismo. No puedo ya con la gente que utiliza esa frase ‘yo ya no’: ‘Yo ya no quiero conocer a nadie’., ‘yo ya no salgo de noche’, ‘yo ya no me voy a poner a estudiar un idioma’. ¿Por qué no? ¿Por qué no voy a aprender alemán? Hay que vivir como si se fuera a ser inmortal».En los cabarets de MontmartreJuan Martínez es un personaje real. Nació en Burgos en 1896. Junto a su mujer, Sole, obtuvo cierta notoriedad en España como bailaor, pero la pareja decidió probar suerte en París, adonde llegaron en 1914; su peripecia le llevaría después a Constantinopla, Bulgaria o a los albores de la Rusia bolchevique. En la capital francesa actuaron con cierto éxito en los cabarets de Montmartre e incluso ganaron un concurso internacional de tango. Allí conoció Chaves Nogales al bailaor, y contó su historia en un relato publicado en 1934, por entregas, en el semanario ‘ Estampa ‘ -no está claro cuánto había de realidad y cuánto de fantasía en aquella narración-. «Martínez es flamenco, de Burgos, bailarín -le describió Manuel Chaves Nogales-. Tiene cuarenta y tres años, una nariz desvergonzadamente judía, unos ojos grandes y negros de jaca jerezana, una frente atormentada de flamenco, un pelo requetepeinado de madera charolada, unos huesos que encajan mal, porque, indudablemente, son de muy distintas procedencias -arios, semitas, mongoles-, y un pellejo duro y curtido como el cordobán».¿Qué es lo que más le ha interesado a Miguel Rellán de este Juan Martínez y sus andanzas? «Los valores -dice seguro el actor-. ¿Qué pasa con nuestra moral cuando el destino nos coloca en una situación límite? Que no nos pongan los dioses en esa situación. Aquí vivimos muy confortablemente, pero en cualquier momento hay un derrumbe, un incendio, y ahí se ve lo que somos. Mónica García Prieto me decía, cuando dirigí ‘ Contarlo para no olvida r’, que yo era buena persona, y yo le decía que intentaba serlo, pero que el destino no te ponga en la tesitura de elegir, por ejemplo, entre la vida de un niño y la tuya…»Ser pesimista es reaccionarioLos actores -los inteligentes- extraen enseñanzas de todos los personajes que interpretan. Las que le ha proporcionado Juan Martínez a Miguel Rellán no son nuevas -«yo ya voy siendo mayor y no descubro ninguna de estas dos cosas, lo hice hace tiempo»-, pero se las ha reforzado. «Una, que hay que ser optimista; como dice mi amigo Garrigues Walker , ser pesimista es reaccionario: ‘No hay nada que hacer, no se puede acabar con el hambre en el mundo… ¡Otra de gambas!’ ¡No! ¡Vamos a intentarlo!» La segunda enseñanza es que el ser humano puede cometer «las mayores heroicidades y al mismo tiempo las mayores bestialidades cuando se le coloca en una situación límite».En sus últimos trabajos -especialmente en los monólogos que ha dirigido-, Xavier Albertí ha buscado la esencia. ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’ también la busca. «Menos es más -dice Rellán-. Si algo no hace falta, ¿para qué? Cuando hice ‘ Novecento ‘ -otro monólogo basado en un relato de Alessandro Baricco que interpretó el actor-, lo único que faltaba es que yo no saliera al escenario. Empezamos a ensayar con una maleta, una gabardina, un perchero, un banco, y poco a poco se fue quitando. ¿Qué falta hacen esas cosas? Si lo importante es que salga un señor y cuente la historia. Aquí ocurre poco más o menos lo mismo. Sí, claro, cuenta su historia y se terminó. No hace falta más».MelancólicoMiguel Rellán disfruta siempre -«o lo intento», aclara- sobre un escenario. «Pero el monólogo tiene una cosa melancólica, sobre todo cuando llega el momento de la gira. Estoy acostumbrado a viajar con otros compañeros -últimamente Secun de la Rosa o Julia Gutiérrez Caba , por ejemplo- y pasarlo bomba. Y ahora voy solo -bueno, con dos técnicos-… Prefiero ir con cuatro o cinco. A ‘ El brujo ‘, que solo hace monólogos, le he preguntado alguna vez si no le apetece hacer una obra con tres o cuatro actores más; y siempre me dice: ‘Miguel, ¿tú sabes lo bueno que es no tener que decir al compañero: ¿me quieres dejar la taza aquí a la izquierda?’ Eso va en el carácter de cada uno…»MÁS INFORMACIÓN noticia No Homenaje al actor Miguel Rellán y la proyección de 40 cortos, en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava noticia Si Rellán, manirroto de talentos noticia No Harold Pinter llega al Rojas con ‘Retorno al hogar’, interpretada por Miguel Rellán y Fran Perea noticia Si El inesperado Londres ‘españolado’ de Chaves NogalesLeyendo e interpretando a Chaves Nogales, Miguel Rellán se ha reafirmado en que cualquier tiempo pasado fue peor. «Esa es también una lección que tenemos que extraer. Karl Popper , el filósofo alemán, tenía una frase que a mí me impresionó. Decía: ‘El mundo, objetivamente, está muy mal, pero estamos mejor que nunca’. Esa es una paradoja curiosa. Y mi amigo Javier Gomá dice que si al ser más marginal le preguntamos a qué época quiere irse, te dirá que en ninguna estaría mejor que en ésta». «Soy Juan Martínez . Hace muchos años era un mocito chulapo de pañuelo de seda al cuello. Bailarín, hijo de bailarín, granujilla madrileño nacido en Burgos y castizo. Me había casado con Sole y nos fuimos a París de Francia. Le enseñé a bailar aquel flamenco litúrgico con bata de cola y enagua almidonada. Ella bailaba mejor una jota trepidante de aldea celtíbera, cuyo sprint final le arrebolaba las mejillas tersas y le hacía palpitar los pechos, muy levantados y oprimidos por el alto corsé de ballenas. Bajo la rúbrica imperial de ‘Los Martínez’ nos ganábamos la vida bailando por los cabarets de Montmartre entre ‘maquereaux’, apaches, pederastas, traficantes de ‘neige’, policías que les chantajeaban y honestos y sencillos ladrones».Así comienza ‘ El maestro Juan Martínez que estaba allí ‘, adaptación teatral de la novela de Manuel Chaves Nogales (1897-1944) que ha realizado, y dirige, Xavier Albertí , e interpreta Miguel Rellán . El espectáculo levantará el telón en el Teatro de La Abadía el próximo jueves 28 y estará en cartel hasta el 22 de diciembre. Albertí conecta al personaje retratado por Chaves Nogales «con la gran tradición de la picaresca española. Los ecos del ‘Lazarillo’, los de las novelas ejemplares de Cervantes, de Quevedo… siguen alimentando una maravillada mirada a la historia y a la capacidad de supervivencia de los protagonistas indirectos que sufren los dictámenes de los poderosos». «Juan Martínez es un superviviente -coincide Miguel Rellán-. No se rinde. Que pierdo este tren, ya cogeré el siguiente. Que no me dejan salir porque tengo no sé qué con el pasaporte, pues falsifico el que le robé a un italiano y me hago pasar por él. El caso es salir adelante como sea. Que quieren que baile un tango argentino, pues bailo un tango argentino. Supervivencia, en primer lugar, y con optimismo. No puedo ya con la gente que utiliza esa frase ‘yo ya no’: ‘Yo ya no quiero conocer a nadie’., ‘yo ya no salgo de noche’, ‘yo ya no me voy a poner a estudiar un idioma’. ¿Por qué no? ¿Por qué no voy a aprender alemán? Hay que vivir como si se fuera a ser inmortal».En los cabarets de MontmartreJuan Martínez es un personaje real. Nació en Burgos en 1896. Junto a su mujer, Sole, obtuvo cierta notoriedad en España como bailaor, pero la pareja decidió probar suerte en París, adonde llegaron en 1914; su peripecia le llevaría después a Constantinopla, Bulgaria o a los albores de la Rusia bolchevique. En la capital francesa actuaron con cierto éxito en los cabarets de Montmartre e incluso ganaron un concurso internacional de tango. Allí conoció Chaves Nogales al bailaor, y contó su historia en un relato publicado en 1934, por entregas, en el semanario ‘ Estampa ‘ -no está claro cuánto había de realidad y cuánto de fantasía en aquella narración-. «Martínez es flamenco, de Burgos, bailarín -le describió Manuel Chaves Nogales-. Tiene cuarenta y tres años, una nariz desvergonzadamente judía, unos ojos grandes y negros de jaca jerezana, una frente atormentada de flamenco, un pelo requetepeinado de madera charolada, unos huesos que encajan mal, porque, indudablemente, son de muy distintas procedencias -arios, semitas, mongoles-, y un pellejo duro y curtido como el cordobán».¿Qué es lo que más le ha interesado a Miguel Rellán de este Juan Martínez y sus andanzas? «Los valores -dice seguro el actor-. ¿Qué pasa con nuestra moral cuando el destino nos coloca en una situación límite? Que no nos pongan los dioses en esa situación. Aquí vivimos muy confortablemente, pero en cualquier momento hay un derrumbe, un incendio, y ahí se ve lo que somos. Mónica García Prieto me decía, cuando dirigí ‘ Contarlo para no olvida r’, que yo era buena persona, y yo le decía que intentaba serlo, pero que el destino no te ponga en la tesitura de elegir, por ejemplo, entre la vida de un niño y la tuya…»Ser pesimista es reaccionarioLos actores -los inteligentes- extraen enseñanzas de todos los personajes que interpretan. Las que le ha proporcionado Juan Martínez a Miguel Rellán no son nuevas -«yo ya voy siendo mayor y no descubro ninguna de estas dos cosas, lo hice hace tiempo»-, pero se las ha reforzado. «Una, que hay que ser optimista; como dice mi amigo Garrigues Walker , ser pesimista es reaccionario: ‘No hay nada que hacer, no se puede acabar con el hambre en el mundo… ¡Otra de gambas!’ ¡No! ¡Vamos a intentarlo!» La segunda enseñanza es que el ser humano puede cometer «las mayores heroicidades y al mismo tiempo las mayores bestialidades cuando se le coloca en una situación límite».En sus últimos trabajos -especialmente en los monólogos que ha dirigido-, Xavier Albertí ha buscado la esencia. ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’ también la busca. «Menos es más -dice Rellán-. Si algo no hace falta, ¿para qué? Cuando hice ‘ Novecento ‘ -otro monólogo basado en un relato de Alessandro Baricco que interpretó el actor-, lo único que faltaba es que yo no saliera al escenario. Empezamos a ensayar con una maleta, una gabardina, un perchero, un banco, y poco a poco se fue quitando. ¿Qué falta hacen esas cosas? Si lo importante es que salga un señor y cuente la historia. Aquí ocurre poco más o menos lo mismo. Sí, claro, cuenta su historia y se terminó. No hace falta más».MelancólicoMiguel Rellán disfruta siempre -«o lo intento», aclara- sobre un escenario. «Pero el monólogo tiene una cosa melancólica, sobre todo cuando llega el momento de la gira. Estoy acostumbrado a viajar con otros compañeros -últimamente Secun de la Rosa o Julia Gutiérrez Caba , por ejemplo- y pasarlo bomba. Y ahora voy solo -bueno, con dos técnicos-… Prefiero ir con cuatro o cinco. A ‘ El brujo ‘, que solo hace monólogos, le he preguntado alguna vez si no le apetece hacer una obra con tres o cuatro actores más; y siempre me dice: ‘Miguel, ¿tú sabes lo bueno que es no tener que decir al compañero: ¿me quieres dejar la taza aquí a la izquierda?’ Eso va en el carácter de cada uno…»MÁS INFORMACIÓN noticia No Homenaje al actor Miguel Rellán y la proyección de 40 cortos, en el Festival de Cine de Calzada de Calatrava noticia Si Rellán, manirroto de talentos noticia No Harold Pinter llega al Rojas con ‘Retorno al hogar’, interpretada por Miguel Rellán y Fran Perea noticia Si El inesperado Londres ‘españolado’ de Chaves NogalesLeyendo e interpretando a Chaves Nogales, Miguel Rellán se ha reafirmado en que cualquier tiempo pasado fue peor. «Esa es también una lección que tenemos que extraer. Karl Popper , el filósofo alemán, tenía una frase que a mí me impresionó. Decía: ‘El mundo, objetivamente, está muy mal, pero estamos mejor que nunca’. Esa es una paradoja curiosa. Y mi amigo Javier Gomá dice que si al ser más marginal le preguntamos a qué época quiere irse, te dirá que en ninguna estaría mejor que en ésta».
El actor interpreta ‘El maestro Juan Martínez que estaba allí’, basado en el libro de Manuel Chaves Nogales, bajo la dirección de Xavier Albertí
«Soy Juan Martínez. Hace muchos años era un mocito chulapo de pañuelo de seda al cuello. Bailarín, hijo de bailarín, granujilla madrileño nacido en Burgos y castizo. Me había casado con Sole y nos fuimos a París de Francia. Le enseñé a bailar …
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