Los problemas del exterior parecen tener una pausa dentro del Kit Kat Club, un local de mala muerte que permea la trama de Cabaret, un clásico musical de Broadway. “Tal vez tengan problemas, pero olvídenlos. Aquí la vida es bellísima”, asegura Emcee, el maestro de ceremonias del lugar, interpretado por Flavio Medina. Unos instantes después, cuando el público ya ha dejado de lado la timidez, entra en escena la protagonista, Sally Bowles, interpretada por la cantante chilena-mexicana Mon Laferte. La reacción de los aplausos es inmediata. Laferte, que también se ha adentrado en la pintura desde unos años atrás, busca ahora expandir su frontera artística en una nueva adaptación musical, que prevé mantener sus actuaciones todos los fines de semana hasta el 6 de septiembre en el Teatro de los Insurgentes, en Ciudad de México.
Sobre el escenario es el Berlín de 1929, una ciudad algo bohemia donde los personajes tratan de no hablar de política en un momento en el que el nazismo comienza a borbotear en las calles. Es allí donde el escritor estadounidense Cliff Bradshaw (Julián Segura) buscará inspiración, viviendo en un pequeño cuarto junto al metro y enamorándose poco a poco de Sally Bowles, una especie de femme fatale capaz de atraer a todos los visitantes del antro en el que trabaja. Todo será maravilloso, (“una vida bellísima”, como sentencia Emcee): humor, baile, música, sexualidad. Hasta que la política dé un giro a la aparente calma de la trama. La obra reproduce los diálogos escritos por el dramaturgo estadounidense Joe Masteroff, basados en las obras de Goodbye to Berlin, de Christopher Isherwood, y I Am a Camera, de John Van Druten. La primera función de la obra se realizó en 1966, en el Broadhurst Theatre de Nueva York.
Mon Laferte dice que se topó con el espectáculo en Londres cuando estaba de gira por Europa. “Vi Cabaret y pensé que sería increíble algún día hacer teatro y especialmente ser Sally Bowles”, escribió el mes pasado en sus redes, cuando anunció que encarnaría a la protagonista. “Las vueltas que da la vida, un año después, puedo por fin darles la hermosa noticia, ¡seré Sally!”. La cantante naturalizada mexicana se unía así al musical que llevaba en cartelera desde el año pasado. “Espero estar a la altura de tan maravillosa producción”, escribía en su publicación. En la actuación de 18 de julio, Laferte salía entre aplausos del escenario capitalino. “Gracias por esta oportunidad y por confiar en mí. Pudo haber sido un desastre, pero creo que ahí, más o menos”, comentó entonces.
Cabaret, dividido en dos actos, dura algo más de dos horas. Es la última muestra de una intérprete que ha tratado de abrir diferentes puertas del arte y que en febrero lanzaba una pregunta al aire: “¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras?”. En un escrito en el que narraba las duras experiencias por las que había pasado: violencia sexual, problemas con drogas y trabajos precarios para poder ayudar en casa. Justo a esa publicación aparecían algunas de sus pinturas. En 2023, Laferte se hacía un hueco con la exposición Te Amo. Mon Laferte Visual, inaugurada en el Festival de Teatro Mil, en Chile.
Aunque durante esos momentos experimentales no se ha despegado de la música. Fue con Tu falta de querer (2015), un tema de despecho, cuando conectó con el público mexicano, y hace tan solo dos meses lanzaba Otra Noche de Llorar, una canción que daba avisos de la dirección que tomará su próximo álbum, con tintes más oscuros, y que daba una muestra de la emocionalidad de su discografía. “Siento que hay que ser muy fuerte para atreverse a conectar con eso [con mi cuerpo, con lo más ancestral]. Entonces, creo que ahí está un espacio que yo he ido ocupando con los años, que es ese de permitirte sentir”, decía entonces en entrevista con este diario.
La cantante chilena protagoniza la adaptación del clásico de Broadway, donde la trama refleja el auge del nazismo en el entorno del Kit Kat Club, un decadente local del Berlín de 1929
Los problemas del exterior parecen tener una pausa dentro del Kit Kat Club, un local de mala muerte que permea la trama de Cabaret, un clásico musical de Broadway. “Tal vez tengan problemas, pero olvídenlos. Aquí la vida es bellísima”, asegura Emcee, el maestro de ceremonias del lugar, interpretado por Flavio Medina. Unos instantes después, cuando el público ya ha dejado de lado la timidez, entra en escena la protagonista, Sally Bowles, interpretada por la cantante chilena-mexicana Mon Laferte. La reacción de los aplausos es inmediata. Laferte, que también se ha adentrado en la pintura desde unos años atrás, busca ahora expandir su frontera artística en una nueva adaptación musical, que prevé mantener sus actuaciones todos los fines de semana hasta el 6 de septiembre en el Teatro de los Insurgentes, en Ciudad de México.
Sobre el escenario es el Berlín de 1929, una ciudad algo bohemia donde los personajes tratan de no hablar de política en un momento en el que el nazismo comienza a borbotear en las calles. Es allí donde el escritor estadounidense Cliff Bradshaw (Julián Segura) buscará inspiración, viviendo en un pequeño cuarto junto al metro y enamorándose poco a poco de Sally Bowles, una especie de femme fatale capaz de atraer a todos los visitantes del antro en el que trabaja. Todo será maravilloso, (“una vida bellísima”, como sentencia Emcee): humor, baile, música, sexualidad. Hasta que la política dé un giro a la aparente calma de la trama. La obra reproduce los diálogos escritos por el dramaturgo estadounidense Joe Masteroff, basados en las obras de Goodbye to Berlin, de Christopher Isherwood, y I Am a Camera, de John Van Druten. La primera función de la obra se realizó en 1966, en el Broadhurst Theatre de Nueva York.
Mon Laferte dice que se topó con el espectáculo en Londres cuando estaba de gira por Europa. “Vi Cabaret y pensé que sería increíble algún día hacer teatro y especialmente ser Sally Bowles”, escribió el mes pasado en sus redes, cuando anunció que encarnaría a la protagonista. “Las vueltas que da la vida, un año después, puedo por fin darles la hermosa noticia, ¡seré Sally!”. La cantante naturalizada mexicana se unía así al musical que llevaba en cartelera desde el año pasado. “Espero estar a la altura de tan maravillosa producción”, escribía en su publicación. En la actuación de 18 de julio, Laferte salía entre aplausos del escenario capitalino. “Gracias por esta oportunidad y por confiar en mí. Pudo haber sido un desastre, pero creo que ahí, más o menos”, comentó entonces.
Cabaret, dividido en dos actos, dura algo más de dos horas. Es la última muestra de una intérprete que ha tratado de abrir diferentes puertas del arte y que en febrero lanzaba una pregunta al aire: “¿Cómo se gana una el derecho de llamarse artista? ¿Naces, te haces, lo compras?”. En un escrito en el que narraba las duras experiencias por las que había pasado: violencia sexual, problemas con drogas y trabajos precarios para poder ayudar en casa. Justo a esa publicación aparecían algunas de sus pinturas. En 2023, Laferte se hacía un hueco con la exposición Te Amo. Mon Laferte Visual, inaugurada en el Festival de Teatro Mil, en Chile.
Aunque durante esos momentos experimentales no se ha despegado de la música. Fue con Tu falta de querer (2015), un tema de despecho, cuando conectó con el público mexicano, y hace tan solo dos meses lanzaba Otra Noche de Llorar, una canción que daba avisos de la dirección que tomará su próximo álbum, con tintes más oscuros, y que daba una muestra de la emocionalidad de su discografía. “Siento que hay que ser muy fuerte para atreverse a conectar con eso [con mi cuerpo, con lo más ancestral]. Entonces, creo que ahí está un espacio que yo he ido ocupando con los años, que es ese de permitirte sentir”, decía entonces en entrevista con este diario.
EL PAÍS