Nacida en Eisenkappel-Vellach (Estado de Carintia), en Austria, en 1961, a la escritora Maja Haderlap la conocimos por un bellísimo libro, ‘El ángel del olvido’ (Periférica), que ganó el prestigioso Premio Ingeborg Bachmann y que fue traducido a un gran número de lenguas, obteniendo un éxito y entusiasmo similar en todas ellas. Ahora, de la mano de ese excelente traductor que es como siempre José Aníbal Campos, nos llega su novela, de nuevo espléndida, ‘Mujeres en la noche’, ambientada igualmente en tierras de Carintia, donde moran familias de la minoría eslovena , como en la que nació Haderlap. Una región también originaria de Peter Handke y de la no menos grandísima autora Ingeborg Bachmann.NOVELA ‘Mujeres en la noche’ Autora Maja Haderlap Editorial Periférica Año 2025 Páginas 269 Precio 21 euros 4 En esta nueva novela, la Segunda Guerra Mundial y los estragos y prejuicios duraderos que surgieron durante y después de aquellas atroces carnicerías e internamientos en campos no están tan presentes. Si lo están es como telón de fondo y a través de personajes como la ex brigadista y partisana Dragica , que ahora vive en Eslovenia, país independiente desde 1991. Novela fuertemente marcada por poderosos y magníficos retratos de mujeres de una misma familia, pintados con sus claroscuros, con sus sentimientos de culpa, sus frustraciones y deseos incumplidos y, sobre todo, a través de sus intensas alianzas de afecto que no siempre se llegaron a expresar, causando por ello un dolor inextinguible y una cadena tortuosa de reproches, junto a frecuentes depresiones, ‘Mujeres en la noche’ gravita de forma central en torno a la relación de una madre, Anni, cocinera en un restaurante local, y su hija, la primera generación de ‘licenciadas’ que es Mira, la ‘desertora’ del pueblo que hace tiempo se fue a vivir a la capital, Viena.Cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás Ahora, en un momento trascendental para esa familia, cuando Anni se ve obligada a dejar la casa donde siempre han vivido porque su sobrino, el auténtico propietario, quiere echarla abajo y empezar un negocio, su hija Mira decide volver para ayudarla en ese triste ‘tránsito’. Un tránsito que, sutilmente, de forma emocionante, la buena escritora que es Haderlap va desgranando como el adiós simbólico y melancólico que va llevando a cabo de forma paulatina la muy creyente y fervorosa católica que es Anni hacia objetos, recuerdos, vestigios, y también amores y muertes , pertenecientes al pasado de todos ellos. Pero el regreso de Mira desde Viena a un lugar donde se le mira con hiriente sospecha (¿qué viene a buscar aquí?, ¿por qué nos mira por encima del hombro a los que nos quedamos?) le aportará todo menos sosiego. Todas las ofensas están a flor de piel en unas zonas donde la identidad, dentro de familias de Austria de cultura eslovena, que se niegan a abandonar y dejar morir su lengua y sus costumbres, es esgrimida por muchos de ellos como un asunto de vida o muerte. También amigas de antaño de Mira, que conducen con orgullo centros de enseñanza del esloveno, la miran con suspicacia, reprochándole en silencio (como es tradición en la gente de la localidad, forjada en «un mutismo tallado en piedra») «su distanciamiento de todo lo esloveno»: «En mis visitas al pueblo —dirá Mira— me parecía terrible el modo en que todos, tanto los carintios de lengua alemana como los eslovenos de Carintia, intentaban diferenciarse todo el tiempo unos de otros, como si no hubiera en el mundo nada más importante que la pertenencia al grupo , cuya otra cara era el ostracismo y el destierro». De nuevo Haderlap ha escrito una cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas fuertemente arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás, que se niegan a desaparecer. Mundos que se oponen, de forma a veces desesperada y ásperamente agraviada, a los que un día decidieron quedarse fuera. Nacida en Eisenkappel-Vellach (Estado de Carintia), en Austria, en 1961, a la escritora Maja Haderlap la conocimos por un bellísimo libro, ‘El ángel del olvido’ (Periférica), que ganó el prestigioso Premio Ingeborg Bachmann y que fue traducido a un gran número de lenguas, obteniendo un éxito y entusiasmo similar en todas ellas. Ahora, de la mano de ese excelente traductor que es como siempre José Aníbal Campos, nos llega su novela, de nuevo espléndida, ‘Mujeres en la noche’, ambientada igualmente en tierras de Carintia, donde moran familias de la minoría eslovena , como en la que nació Haderlap. Una región también originaria de Peter Handke y de la no menos grandísima autora Ingeborg Bachmann.NOVELA ‘Mujeres en la noche’ Autora Maja Haderlap Editorial Periférica Año 2025 Páginas 269 Precio 21 euros 4 En esta nueva novela, la Segunda Guerra Mundial y los estragos y prejuicios duraderos que surgieron durante y después de aquellas atroces carnicerías e internamientos en campos no están tan presentes. Si lo están es como telón de fondo y a través de personajes como la ex brigadista y partisana Dragica , que ahora vive en Eslovenia, país independiente desde 1991. Novela fuertemente marcada por poderosos y magníficos retratos de mujeres de una misma familia, pintados con sus claroscuros, con sus sentimientos de culpa, sus frustraciones y deseos incumplidos y, sobre todo, a través de sus intensas alianzas de afecto que no siempre se llegaron a expresar, causando por ello un dolor inextinguible y una cadena tortuosa de reproches, junto a frecuentes depresiones, ‘Mujeres en la noche’ gravita de forma central en torno a la relación de una madre, Anni, cocinera en un restaurante local, y su hija, la primera generación de ‘licenciadas’ que es Mira, la ‘desertora’ del pueblo que hace tiempo se fue a vivir a la capital, Viena.Cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás Ahora, en un momento trascendental para esa familia, cuando Anni se ve obligada a dejar la casa donde siempre han vivido porque su sobrino, el auténtico propietario, quiere echarla abajo y empezar un negocio, su hija Mira decide volver para ayudarla en ese triste ‘tránsito’. Un tránsito que, sutilmente, de forma emocionante, la buena escritora que es Haderlap va desgranando como el adiós simbólico y melancólico que va llevando a cabo de forma paulatina la muy creyente y fervorosa católica que es Anni hacia objetos, recuerdos, vestigios, y también amores y muertes , pertenecientes al pasado de todos ellos. Pero el regreso de Mira desde Viena a un lugar donde se le mira con hiriente sospecha (¿qué viene a buscar aquí?, ¿por qué nos mira por encima del hombro a los que nos quedamos?) le aportará todo menos sosiego. Todas las ofensas están a flor de piel en unas zonas donde la identidad, dentro de familias de Austria de cultura eslovena, que se niegan a abandonar y dejar morir su lengua y sus costumbres, es esgrimida por muchos de ellos como un asunto de vida o muerte. También amigas de antaño de Mira, que conducen con orgullo centros de enseñanza del esloveno, la miran con suspicacia, reprochándole en silencio (como es tradición en la gente de la localidad, forjada en «un mutismo tallado en piedra») «su distanciamiento de todo lo esloveno»: «En mis visitas al pueblo —dirá Mira— me parecía terrible el modo en que todos, tanto los carintios de lengua alemana como los eslovenos de Carintia, intentaban diferenciarse todo el tiempo unos de otros, como si no hubiera en el mundo nada más importante que la pertenencia al grupo , cuya otra cara era el ostracismo y el destierro». De nuevo Haderlap ha escrito una cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas fuertemente arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás, que se niegan a desaparecer. Mundos que se oponen, de forma a veces desesperada y ásperamente agraviada, a los que un día decidieron quedarse fuera.
Nacida en Eisenkappel-Vellach (Estado de Carintia), en Austria, en 1961, a la escritora Maja Haderlap la conocimos por un bellísimo libro, ‘El ángel del olvido’ (Periférica), que ganó el prestigioso Premio Ingeborg Bachmann y que fue traducido a un gran número de … lenguas, obteniendo un éxito y entusiasmo similar en todas ellas.
Ahora, de la mano de ese excelente traductor que es como siempre José Aníbal Campos, nos llega su novela, de nuevo espléndida, ‘Mujeres en la noche’, ambientada igualmente en tierras de Carintia, donde moran familias de la minoría eslovena, como en la que nació Haderlap. Una región también originaria de Peter Handke y de la no menos grandísima autora Ingeborg Bachmann.

-
Autora
Maja Haderlap -
Editorial
Periférica -
Año
2025 -
Páginas
269 -
Precio
21 euros
En esta nueva novela, la Segunda Guerra Mundial y los estragos y prejuicios duraderos que surgieron durante y después de aquellas atroces carnicerías e internamientos en campos no están tan presentes. Si lo están es como telón de fondo y a través de personajes como la ex brigadista y partisana Dragica, que ahora vive en Eslovenia, país independiente desde 1991.
Novela fuertemente marcada por poderosos y magníficos retratos de mujeres de una misma familia, pintados con sus claroscuros, con sus sentimientos de culpa, sus frustraciones y deseos incumplidos y, sobre todo, a través de sus intensas alianzas de afecto que no siempre se llegaron a expresar, causando por ello un dolor inextinguible y una cadena tortuosa de reproches, junto a frecuentes depresiones, ‘Mujeres en la noche’ gravita de forma central en torno a la relación de una madre, Anni, cocinera en un restaurante local, y su hija, la primera generación de ‘licenciadas’ que es Mira, la ‘desertora’ del pueblo que hace tiempo se fue a vivir a la capital, Viena.
Cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás
Ahora, en un momento trascendental para esa familia, cuando Anni se ve obligada a dejar la casa donde siempre han vivido porque su sobrino, el auténtico propietario, quiere echarla abajo y empezar un negocio, su hija Mira decide volver para ayudarla en ese triste ‘tránsito’. Un tránsito que, sutilmente, de forma emocionante, la buena escritora que es Haderlap va desgranando como el adiós simbólico y melancólico que va llevando a cabo de forma paulatina la muy creyente y fervorosa católica que es Anni hacia objetos, recuerdos, vestigios, y también amores y muertes, pertenecientes al pasado de todos ellos.
Pero el regreso de Mira desde Viena a un lugar donde se le mira con hiriente sospecha (¿qué viene a buscar aquí?, ¿por qué nos mira por encima del hombro a los que nos quedamos?) le aportará todo menos sosiego. Todas las ofensas están a flor de piel en unas zonas donde la identidad, dentro de familias de Austria de cultura eslovena, que se niegan a abandonar y dejar morir su lengua y sus costumbres, es esgrimida por muchos de ellos como un asunto de vida o muerte.
También amigas de antaño de Mira, que conducen con orgullo centros de enseñanza del esloveno, la miran con suspicacia, reprochándole en silencio (como es tradición en la gente de la localidad, forjada en «un mutismo tallado en piedra») «su distanciamiento de todo lo esloveno»: «En mis visitas al pueblo —dirá Mira— me parecía terrible el modo en que todos, tanto los carintios de lengua alemana como los eslovenos de Carintia, intentaban diferenciarse todo el tiempo unos de otros, como si no hubiera en el mundo nada más importante que la pertenencia al grupo, cuya otra cara era el ostracismo y el destierro».
De nuevo Haderlap ha escrito una cautivadora y poética elegía sobre mundos y vidas fuertemente arraigadas en sentimientos propios e incomprensibles para los demás, que se niegan a desaparecer. Mundos que se oponen, de forma a veces desesperada y ásperamente agraviada, a los que un día decidieron quedarse fuera.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura