El arte refinado entraba también en las pequeñas casas de Pompeya . Es el caso de una de las últimas viviendas surgidas durante las excavaciones en curso en ‘ Insula de los Castos Amantes ‘, el complejo de casas en el barrio central de la antigua ciudad romana, en la Vía de la Abundancia, que conectaba el Foro con el Anfiteatro, siendo una arteria central también para el comercio. Se trata de una casa de espacio limitado, sin el atrio tradicional. Es una rareza en Pompeya, teniendo en cuenta que, a pesar de las reducidas dimensiones de la vivienda, no habría sido imposible incluir un pequeño atrio con el clásico impluvio para recoger el agua de lluvia, algo tradicional en la arquitectura de las viviendas pompeyanas acomodadas. Probablemente fue una elección relacionada con los cambios que se produjeron en la sociedad romana, y en particular la pompeyana, durante el siglo I d.C. Es, por tanto, un descubrimiento que permitirá estudiar y profundizar sobre esos cambios, señala un comunicado del Parque Arqueológico de Pompeya . La vivienda llama la atención por el alto nivel artístico de la decoración de las paredes, que no tiene nada que envidiar a la ‘ Casa de los Pintores en el Trabajo ‘, más grande y rica, con la que limita. La domus de los Pintores es célebre por sus impresionantes frescos, que representan escenas de la vida cotidiana, mitología y paisajes, ofreciendo una visión de la estética y las preferencias artísticas de la élite de Pompeya antes de su destrucción por la erupción del Vesubio en el 79 d.C. En la pequeña casa descubierta ha aparecido un fresco bien conservado que representa el mito de Hipólito y Fedra. De ahí que se le haya llamado provisionalmente Casa de Fedra, que en la mitología griega era una princesa de Creta, cuya historia ha sido inmortalizada en la literatura y ha servido de inspiración para obras pictóricas, esculturas, película y música.Dos habitacionesLas dos habitaciones que se están investigando actualmente se encuentran en la parte trasera de la casa. En la primera, además del cuadro mitológico con Hipólito y Fedra, las paredes, bellamente decoradas en IV estilo pompeyano (su característica es la combinación de elementos arquitectónicos y decoraciones ornamentales) muestran otras escenas del repertorio de los mitos clásicos: una representación de un amplexo entre un sátiro y una ninfa , un pequeño cuadro con una pareja divina -tal vez Venus y Adonis-, así como una escena, desgraciadamente dañada, en la que probablemente puede reconocerse el Juicio de Paris , un episodio de la mitología griega y una de las causas de la guerra de Troya. Una ventana, junto al pequeño cuadro con Hipólito y Fedra, abre a un pequeño cortil, en el que se estaban realizando obras en el momento de la erupción, caracterizado en la entrada por la presencia de un pequeño lararium (altar doméstico) con una decoración de refinados frescos con motivos vegetales y animales sobre fondo blanco. A su alrededor corría un canalón que permitía canalizar el agua de lluvia hacia la boca de un pozo conectado a una cisterna situada más abajo.Tesoros pompeyanosEn la decoración del larario , la parte superior presenta un ave rapaz en vuelo, probablemente un águila, que sostiene una rama de palmera en sus garras, y en la inferior la escena principal, formada por dos serpientes afrontadas, que enmarcan un altar con un fuste circular estriado en el que se depositan ofrendas. A la izquierda se distinguen una piña, un elemento elevado que sostiene un huevo, lo que parece ser una higuera y un dátil. Completan el fondo de la escena dos arbustos de hojas en forma lanceada y bayas amarillas y rojas sobre las que se mueven tres gorriones. En el interior del nicho se encontraron objetos rituales, dejados en la última ofrenda antes de la erupción del Vesubio : un incensario de cerámica incolora y una lámpara de aceite, ambos con evidentes huellas de quemado. Los análisis de laboratorio permitieron identificar restos de ramitas de esencias olorosas, mientras que detrás de los dos objetos se recuperaron dos partes de un higo seco. Además, en la superficie del altar se encontraron dos tiras de mármol coloreado y un tercer elemento, presumiblemente de mármol rojo, con la representación de un rostro atribuible a la esfera dionisíaca, probablemente un sileno(ser de la mitología grecorromana, de aspecto semejante al del sátiro, pero con orejas, patas y cola de caballo). Finalmente, en la parte delantera del altar se identificó una base cuadrangular y moldurada de mármol, con un alojamiento central y a la izquierda un cuchillo de hierro cuyo mango termina en un gancho para colgarlo.Distintos aspectos de los hallazgos y las excavaciones Parque Arqueológico de PompeyaInsula de los Castos AmantesLa ‘Insula de los Castos Amantes’, con una superficie de aproximadamente 2.600 metros y en buena parte aún sin excavar, toma su nombre de la decoración de un ‘ triclinium’ , o comedor romano, con un fresco que representa una pareja dándose un beso. La ínsula incluye varias casas y una panadería. Las obras en curso son objeto de un complejo proyecto, que ha implicado varias fases, algunas de las cuales ya han concluido y han hecho posible que sea visitadas por el público, por medio de un sistema de pasarelas elevadas, desde el pasado mes de mayo. Ese complejo tiene unas características muy particulares, que explica así el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel : «Es un ejemplo de arqueología pública o, como prefiero llamarla, de arqueología circular: conservación, investigación, gestión, accesibilidad y fruición forman un circuito virtuoso. Se trata de excavar y restaurar bajo la mirada de los visitantes , pero también publicar los datos en internet en nuestra revista digital».«La arqueología -añade el director del Parque- debe ser para todos. Si la construcción del metro o de una carretera se retrasa debido a descubrimientos arqueológicos, el visitar Pompeya y observar el trabajo de arqueólogos y restauradores puede ayudarnos a comprender por qué vale la pena documentar y salvaguardar las huellas de las generaciones que vivieron antes que nosotros», sentencia. El arte refinado entraba también en las pequeñas casas de Pompeya . Es el caso de una de las últimas viviendas surgidas durante las excavaciones en curso en ‘ Insula de los Castos Amantes ‘, el complejo de casas en el barrio central de la antigua ciudad romana, en la Vía de la Abundancia, que conectaba el Foro con el Anfiteatro, siendo una arteria central también para el comercio. Se trata de una casa de espacio limitado, sin el atrio tradicional. Es una rareza en Pompeya, teniendo en cuenta que, a pesar de las reducidas dimensiones de la vivienda, no habría sido imposible incluir un pequeño atrio con el clásico impluvio para recoger el agua de lluvia, algo tradicional en la arquitectura de las viviendas pompeyanas acomodadas. Probablemente fue una elección relacionada con los cambios que se produjeron en la sociedad romana, y en particular la pompeyana, durante el siglo I d.C. Es, por tanto, un descubrimiento que permitirá estudiar y profundizar sobre esos cambios, señala un comunicado del Parque Arqueológico de Pompeya . La vivienda llama la atención por el alto nivel artístico de la decoración de las paredes, que no tiene nada que envidiar a la ‘ Casa de los Pintores en el Trabajo ‘, más grande y rica, con la que limita. La domus de los Pintores es célebre por sus impresionantes frescos, que representan escenas de la vida cotidiana, mitología y paisajes, ofreciendo una visión de la estética y las preferencias artísticas de la élite de Pompeya antes de su destrucción por la erupción del Vesubio en el 79 d.C. En la pequeña casa descubierta ha aparecido un fresco bien conservado que representa el mito de Hipólito y Fedra. De ahí que se le haya llamado provisionalmente Casa de Fedra, que en la mitología griega era una princesa de Creta, cuya historia ha sido inmortalizada en la literatura y ha servido de inspiración para obras pictóricas, esculturas, película y música.Dos habitacionesLas dos habitaciones que se están investigando actualmente se encuentran en la parte trasera de la casa. En la primera, además del cuadro mitológico con Hipólito y Fedra, las paredes, bellamente decoradas en IV estilo pompeyano (su característica es la combinación de elementos arquitectónicos y decoraciones ornamentales) muestran otras escenas del repertorio de los mitos clásicos: una representación de un amplexo entre un sátiro y una ninfa , un pequeño cuadro con una pareja divina -tal vez Venus y Adonis-, así como una escena, desgraciadamente dañada, en la que probablemente puede reconocerse el Juicio de Paris , un episodio de la mitología griega y una de las causas de la guerra de Troya. Una ventana, junto al pequeño cuadro con Hipólito y Fedra, abre a un pequeño cortil, en el que se estaban realizando obras en el momento de la erupción, caracterizado en la entrada por la presencia de un pequeño lararium (altar doméstico) con una decoración de refinados frescos con motivos vegetales y animales sobre fondo blanco. A su alrededor corría un canalón que permitía canalizar el agua de lluvia hacia la boca de un pozo conectado a una cisterna situada más abajo.Tesoros pompeyanosEn la decoración del larario , la parte superior presenta un ave rapaz en vuelo, probablemente un águila, que sostiene una rama de palmera en sus garras, y en la inferior la escena principal, formada por dos serpientes afrontadas, que enmarcan un altar con un fuste circular estriado en el que se depositan ofrendas. A la izquierda se distinguen una piña, un elemento elevado que sostiene un huevo, lo que parece ser una higuera y un dátil. Completan el fondo de la escena dos arbustos de hojas en forma lanceada y bayas amarillas y rojas sobre las que se mueven tres gorriones. En el interior del nicho se encontraron objetos rituales, dejados en la última ofrenda antes de la erupción del Vesubio : un incensario de cerámica incolora y una lámpara de aceite, ambos con evidentes huellas de quemado. Los análisis de laboratorio permitieron identificar restos de ramitas de esencias olorosas, mientras que detrás de los dos objetos se recuperaron dos partes de un higo seco. Además, en la superficie del altar se encontraron dos tiras de mármol coloreado y un tercer elemento, presumiblemente de mármol rojo, con la representación de un rostro atribuible a la esfera dionisíaca, probablemente un sileno(ser de la mitología grecorromana, de aspecto semejante al del sátiro, pero con orejas, patas y cola de caballo). Finalmente, en la parte delantera del altar se identificó una base cuadrangular y moldurada de mármol, con un alojamiento central y a la izquierda un cuchillo de hierro cuyo mango termina en un gancho para colgarlo.Distintos aspectos de los hallazgos y las excavaciones Parque Arqueológico de PompeyaInsula de los Castos AmantesLa ‘Insula de los Castos Amantes’, con una superficie de aproximadamente 2.600 metros y en buena parte aún sin excavar, toma su nombre de la decoración de un ‘ triclinium’ , o comedor romano, con un fresco que representa una pareja dándose un beso. La ínsula incluye varias casas y una panadería. Las obras en curso son objeto de un complejo proyecto, que ha implicado varias fases, algunas de las cuales ya han concluido y han hecho posible que sea visitadas por el público, por medio de un sistema de pasarelas elevadas, desde el pasado mes de mayo. Ese complejo tiene unas características muy particulares, que explica así el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel : «Es un ejemplo de arqueología pública o, como prefiero llamarla, de arqueología circular: conservación, investigación, gestión, accesibilidad y fruición forman un circuito virtuoso. Se trata de excavar y restaurar bajo la mirada de los visitantes , pero también publicar los datos en internet en nuestra revista digital».«La arqueología -añade el director del Parque- debe ser para todos. Si la construcción del metro o de una carretera se retrasa debido a descubrimientos arqueológicos, el visitar Pompeya y observar el trabajo de arqueólogos y restauradores puede ayudarnos a comprender por qué vale la pena documentar y salvaguardar las huellas de las generaciones que vivieron antes que nosotros», sentencia.
Las excavaciones revelan preciosos frescos y refinadas decoraciones; hay escenas extraídas de los de mitos clásicos como Hipólito y Fedra
Fresco de la excavación Hipólito y Fedra Parque Arqueológico de Pompeya
El arte refinado entraba también en las pequeñas casas de Pompeya. Es el caso de una de las últimas viviendas surgidas durante las excavaciones en curso en ‘Insula de los Castos Amantes‘, el complejo de casas en el barrio central de la antigua ciudad romana, en la Vía de la Abundancia, que conectaba el Foro con el Anfiteatro, siendo una arteria central también para el comercio. Se trata de una casa de espacio limitado, sin el atrio tradicional. Es una rareza en Pompeya, teniendo en cuenta que, a pesar de las reducidas dimensiones de la vivienda, no habría sido imposible incluir un pequeño atrio con el clásico impluvio para recoger el agua de lluvia, algo tradicional en la arquitectura de las viviendas pompeyanas acomodadas. Probablemente fue una elección relacionada con los cambios que se produjeron en la sociedad romana, y en particular la pompeyana, durante el siglo I d.C. Es, por tanto, un descubrimiento que permitirá estudiar y profundizar sobre esos cambios, señala un comunicado del Parque Arqueológico de Pompeya.
La vivienda llama la atención por el alto nivel artístico de la decoración de las paredes, que no tiene nada que envidiar a la ‘Casa de los Pintores en el Trabajo‘, más grande y rica, con la que limita. La domus de los Pintores es célebre por sus impresionantes frescos, que representan escenas de la vida cotidiana, mitología y paisajes, ofreciendo una visión de la estética y las preferencias artísticas de la élite de Pompeya antes de su destrucción por la erupción del Vesubio en el 79 d.C. En la pequeña casa descubierta ha aparecido un fresco bien conservado que representa el mito de Hipólito y Fedra. De ahí que se le haya llamado provisionalmente Casa de Fedra, que en la mitología griega era una princesa de Creta, cuya historia ha sido inmortalizada en la literatura y ha servido de inspiración para obras pictóricas, esculturas, película y música.
Dos habitaciones
Las dos habitaciones que se están investigando actualmente se encuentran en la parte trasera de la casa. En la primera, además del cuadro mitológico con Hipólito y Fedra, las paredes, bellamente decoradas en IV estilo pompeyano (su característica es la combinación de elementos arquitectónicos y decoraciones ornamentales) muestran otras escenas del repertorio de los mitos clásicos: una representación de un amplexo entre un sátiro y una ninfa, un pequeño cuadro con una pareja divina -tal vez Venus y Adonis-, así como una escena, desgraciadamente dañada, en la que probablemente puede reconocerse el Juicio de Paris, un episodio de la mitología griega y una de las causas de la guerra de Troya. Una ventana, junto al pequeño cuadro con Hipólito y Fedra, abre a un pequeño cortil, en el que se estaban realizando obras en el momento de la erupción, caracterizado en la entrada por la presencia de un pequeño lararium (altar doméstico) con una decoración de refinados frescos con motivos vegetales y animales sobre fondo blanco. A su alrededor corría un canalón que permitía canalizar el agua de lluvia hacia la boca de un pozo conectado a una cisterna situada más abajo.
Tesoros pompeyanos
En la decoración del larario, la parte superior presenta un ave rapaz en vuelo, probablemente un águila, que sostiene una rama de palmera en sus garras, y en la inferior la escena principal, formada por dos serpientes afrontadas, que enmarcan un altar con un fuste circular estriado en el que se depositan ofrendas. A la izquierda se distinguen una piña, un elemento elevado que sostiene un huevo, lo que parece ser una higuera y un dátil. Completan el fondo de la escena dos arbustos de hojas en forma lanceada y bayas amarillas y rojas sobre las que se mueven tres gorriones. En el interior del nicho se encontraron objetos rituales, dejados en la última ofrenda antes de la erupción del Vesubio: un incensario de cerámica incolora y una lámpara de aceite, ambos con evidentes huellas de quemado. Los análisis de laboratorio permitieron identificar restos de ramitas de esencias olorosas, mientras que detrás de los dos objetos se recuperaron dos partes de un higo seco. Además, en la superficie del altar se encontraron dos tiras de mármol coloreado y un tercer elemento, presumiblemente de mármol rojo, con la representación de un rostro atribuible a la esfera dionisíaca, probablemente un sileno(ser de la mitología grecorromana, de aspecto semejante al del sátiro, pero con orejas, patas y cola de caballo). Finalmente, en la parte delantera del altar se identificó una base cuadrangular y moldurada de mármol, con un alojamiento central y a la izquierda un cuchillo de hierro cuyo mango termina en un gancho para colgarlo.
Distintos aspectos de los hallazgos y las excavaciones
Parque Arqueológico de Pompeya
Insula de los Castos Amantes
La ‘Insula de los Castos Amantes’, con una superficie de aproximadamente 2.600 metros y en buena parte aún sin excavar, toma su nombre de la decoración de un ‘triclinium’, o comedor romano, con un fresco que representa una pareja dándose un beso. La ínsula incluye varias casas y una panadería. Las obras en curso son objeto de un complejo proyecto, que ha implicado varias fases, algunas de las cuales ya han concluido y han hecho posible que sea visitadas por el público, por medio de un sistema de pasarelas elevadas, desde el pasado mes de mayo. Ese complejo tiene unas características muy particulares, que explica así el director del Parque Arqueológico de Pompeya, Gabriel Zuchtriegel: «Es un ejemplo de arqueología pública o, como prefiero llamarla, de arqueología circular: conservación, investigación, gestión, accesibilidad y fruición forman un circuito virtuoso. Se trata de excavar y restaurar bajo la mirada de los visitantes , pero también publicar los datos en internet en nuestra revista digital».
«La arqueología -añade el director del Parque- debe ser para todos. Si la construcción del metro o de una carretera se retrasa debido a descubrimientos arqueológicos, el visitar Pompeya y observar el trabajo de arqueólogos y restauradores puede ayudarnos a comprender por qué vale la pena documentar y salvaguardar las huellas de las generaciones que vivieron antes que nosotros», sentencia.
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