Ya lo apunté una vez y no puedo sino volver a dispararlo de nuevo a partir de ‘Patio de recreo’, novela número catorce de Richard Powers (Illinois, 1957). Y es que no me queda otra aquí que incurrir en la autocita porque, afortunadamente, nada ha cambiado y todo sigue igual en lo que hace al buen hacer de este autor. Fue Margaret Atwood quien dijo que Powers es «incapaz de escribir un libro que no sea interesante». Y en el caso de Powers, lo ‘interesante’ tal vez sea el modo en que ya lleva una más que considerable obra arreglándose para trasladar temas de interés (muchas veces científicos y muy complejos y, sí, fríos y calculadores) al terreno de lo novelístico y de lo sentimental s in que se pierda por el camino la precisión de conocimientos adquiridos o la sorpresa por la manera imprevisible y fuera de todo cálculo con la que el ser humano hace de las suyas divinamente para errar primero y perdonar o no después.NOVELA ‘Patio de recreo’ Autor Richards Powers Editorial AdN Año 2025 Páginas 480 Precio 22,95 euros 4 Lo que nos lleva —fin de la cita— a ‘Patio de recreo’ que, de algún modo, parece seguir la estela de sus dos anteriores novelas. Porque si la muy galardonada ‘El clamor de los bosques’ se ocupaba de lo terreno y arbóreo y ‘Desconcierto’ de lo cósmico y espacial, entonces ‘Patio de recreo’ (nombre que alude tanto a tecnología de última de/generación como a ancestral masa líquida) flota y se sumerge en lo oceánico y submarino. Y lo hace —ya casi marca de la casa— con una estructura coral y elenco alternativo donde destacan una célebre oceanógrafa, una nativa artista nacida en atolón del Pacífico que se resiste a la invasión inmobiliaria, un prodigio amante de la literatura y otro iluminado por el sol de lo informático que lo llevará a dar un paso de gigante en lo que hace a la Inteligencia Artificial mientras intenta escapar al asedio de una enfermedad mental degenerativa. Y todas sus vidas irán confluyendo en una suerte de coreografía —como la que se pone en práctica en el Go, juego milenario decisivo en la trama— que los unirá y separará en diferentes momentos de sus vidas. Y, de nuevo aquí, la maestría de Powers para ser reconcentrado y expansivo contrayéndose y desplegándose hasta contarlo todo: ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lector con una envidiable capacidad de síntesis y claridad. Ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lectorDigámoslo así: lo que a Netflix le llevaría tres episodios, Powers —a quien ya puede considerarse rey de la techno-eco-ficción ; lo suyo es la ciencia con conciencia— lo despacha en un par de páginas con una prosa entre precisa y lírica en la que parece, en este caso, comulgar la narración oral de Jacques Costeau con los arrebatos visuales de Terrence Malick . Algo que para un lector poco curtido —o poco poweriano— tal vez se le haga un tanto desconcertante. Pero vale la pena el esfuerzo y la insistencia hasta arribar a un ‘twist’ final que —en la más delicada de las utópicas distopías ‘cyberpunk’ —quita el aliento y devuelve la admiración que nunca se perdió pero que aquí se intensifica aún más ante la visión profunda de un Powers en la plenitud de sus poderes. Ya lo apunté una vez y no puedo sino volver a dispararlo de nuevo a partir de ‘Patio de recreo’, novela número catorce de Richard Powers (Illinois, 1957). Y es que no me queda otra aquí que incurrir en la autocita porque, afortunadamente, nada ha cambiado y todo sigue igual en lo que hace al buen hacer de este autor. Fue Margaret Atwood quien dijo que Powers es «incapaz de escribir un libro que no sea interesante». Y en el caso de Powers, lo ‘interesante’ tal vez sea el modo en que ya lleva una más que considerable obra arreglándose para trasladar temas de interés (muchas veces científicos y muy complejos y, sí, fríos y calculadores) al terreno de lo novelístico y de lo sentimental s in que se pierda por el camino la precisión de conocimientos adquiridos o la sorpresa por la manera imprevisible y fuera de todo cálculo con la que el ser humano hace de las suyas divinamente para errar primero y perdonar o no después.NOVELA ‘Patio de recreo’ Autor Richards Powers Editorial AdN Año 2025 Páginas 480 Precio 22,95 euros 4 Lo que nos lleva —fin de la cita— a ‘Patio de recreo’ que, de algún modo, parece seguir la estela de sus dos anteriores novelas. Porque si la muy galardonada ‘El clamor de los bosques’ se ocupaba de lo terreno y arbóreo y ‘Desconcierto’ de lo cósmico y espacial, entonces ‘Patio de recreo’ (nombre que alude tanto a tecnología de última de/generación como a ancestral masa líquida) flota y se sumerge en lo oceánico y submarino. Y lo hace —ya casi marca de la casa— con una estructura coral y elenco alternativo donde destacan una célebre oceanógrafa, una nativa artista nacida en atolón del Pacífico que se resiste a la invasión inmobiliaria, un prodigio amante de la literatura y otro iluminado por el sol de lo informático que lo llevará a dar un paso de gigante en lo que hace a la Inteligencia Artificial mientras intenta escapar al asedio de una enfermedad mental degenerativa. Y todas sus vidas irán confluyendo en una suerte de coreografía —como la que se pone en práctica en el Go, juego milenario decisivo en la trama— que los unirá y separará en diferentes momentos de sus vidas. Y, de nuevo aquí, la maestría de Powers para ser reconcentrado y expansivo contrayéndose y desplegándose hasta contarlo todo: ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lector con una envidiable capacidad de síntesis y claridad. Ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lectorDigámoslo así: lo que a Netflix le llevaría tres episodios, Powers —a quien ya puede considerarse rey de la techno-eco-ficción ; lo suyo es la ciencia con conciencia— lo despacha en un par de páginas con una prosa entre precisa y lírica en la que parece, en este caso, comulgar la narración oral de Jacques Costeau con los arrebatos visuales de Terrence Malick . Algo que para un lector poco curtido —o poco poweriano— tal vez se le haga un tanto desconcertante. Pero vale la pena el esfuerzo y la insistencia hasta arribar a un ‘twist’ final que —en la más delicada de las utópicas distopías ‘cyberpunk’ —quita el aliento y devuelve la admiración que nunca se perdió pero que aquí se intensifica aún más ante la visión profunda de un Powers en la plenitud de sus poderes.
CRÍTICA DE:
Narrativa
Esta novela del autor norteamericano cuenta con una estructura coral donde destacan una célebre oceanógrafa, y una nativa artista nacida en atolón del Pacífico que se resiste a la invasión inmobiliaria
Ya lo apunté una vez y no puedo sino volver a dispararlo de nuevo a partir de ‘Patio de recreo’, novela número catorce de Richard Powers (Illinois, 1957). Y es que no me queda otra aquí que incurrir en la autocita porque, afortunadamente, nada ha … cambiado y todo sigue igual en lo que hace al buen hacer de este autor.
Fue Margaret Atwood quien dijo que Powers es «incapaz de escribir un libro que no sea interesante». Y en el caso de Powers, lo ‘interesante’ tal vez sea el modo en que ya lleva una más que considerable obra arreglándose para trasladar temas de interés (muchas veces científicos y muy complejos y, sí, fríos y calculadores) al terreno de lo novelístico y de lo sentimental sin que se pierda por el camino la precisión de conocimientos adquiridos o la sorpresa por la manera imprevisible y fuera de todo cálculo con la que el ser humano hace de las suyas divinamente para errar primero y perdonar o no después.

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Autor
Richards Powers -
Editorial
AdN -
Año
2025 -
Páginas
480 -
Precio
22,95 euros
Lo que nos lleva —fin de la cita— a ‘Patio de recreo’ que, de algún modo, parece seguir la estela de sus dos anteriores novelas. Porque si la muy galardonada ‘El clamor de los bosques’ se ocupaba de lo terreno y arbóreo y ‘Desconcierto’ de lo cósmico y espacial, entonces ‘Patio de recreo’ (nombre que alude tanto a tecnología de última de/generación como a ancestral masa líquida) flota y se sumerge en lo oceánico y submarino.
Y lo hace —ya casi marca de la casa— con una estructura coral y elenco alternativo donde destacan una célebre oceanógrafa, una nativa artista nacida en atolón del Pacífico que se resiste a la invasión inmobiliaria, un prodigio amante de la literatura y otro iluminado por el sol de lo informático que lo llevará a dar un paso de gigante en lo que hace a la Inteligencia Artificial mientras intenta escapar al asedio de una enfermedad mental degenerativa.
Y todas sus vidas irán confluyendo en una suerte de coreografía —como la que se pone en práctica en el Go, juego milenario decisivo en la trama— que los unirá y separará en diferentes momentos de sus vidas. Y, de nuevo aquí, la maestría de Powers para ser reconcentrado y expansivo contrayéndose y desplegándose hasta contarlo todo: ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lector con una envidiable capacidad de síntesis y claridad.
Ardientes sentimientos y fría data científica a menudo confundiéndose pero siempre iluminando al lector
Digámoslo así: lo que a Netflix le llevaría tres episodios, Powers —a quien ya puede considerarse rey de la techno-eco-ficción; lo suyo es la ciencia con conciencia— lo despacha en un par de páginas con una prosa entre precisa y lírica en la que parece, en este caso, comulgar la narración oral de Jacques Costeau con los arrebatos visuales de Terrence Malick. Algo que para un lector poco curtido —o poco poweriano— tal vez se le haga un tanto desconcertante.
Pero vale la pena el esfuerzo y la insistencia hasta arribar a un ‘twist’ final que —en la más delicada de las utópicas distopías ‘cyberpunk’—quita el aliento y devuelve la admiración que nunca se perdió pero que aquí se intensifica aún más ante la visión profunda de un Powers en la plenitud de sus poderes.
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