Arturo Pérez-Reverte buscaba una isla como escenario perfecto de su nueva novela, titulada ‘La isla de la mujer dormida’ (Alfaguara) y viajó al Egeo. «Este mar supone tres mil años de historia, todo procede de aquí: la guerra, la paz, la democracia, los dioses, el vino, el aceite de oliva, todo. De algún modo, este mar es también nuestra patria », explicó ayer a un grupo de periodistas a los que la editorial ha traído a la isla de Agistri, nombre real, para que el escritor muestre los lugares que inspiraron una obra que la crítica considera ya «una de sus obras maestras» .Todo ocurre en 1937. Mientras en España se recrudece la Guerra Civil y el mundo se prepara para una gran conflagración, un marino mercante español, Miguel Jordán Kyriazis, recibe el encargo de los sublevados de hundir de forma clandestina las naves soviéticas de aprovisionamiento de armas para la República, a su paso por el Egeo. Ese pirata moderno se verá envuelto en una historia de amor, además de ser el centro de atención de los espías españoles en el Estambul de la época, quienes saben ser amigos a pesar de estar cada uno en un bando. El capitán Mihalis, como le llaman en homenaje a Patrick Leigh Fermor, es un marino profesional que cumple con su deber y también sufre por el dolor que causa: «Tiene un concepto de la solidaridad en el mar propio, pero el tipo que hunde barcos así no puede rescatar supervivientes. Ese conflicto moral me importaba mucho, está matando a sus hermanos de mar ».El escritor, en el pequeño puerto de Agistri JEOSMViajar con Pérez-Reverte a un escenario como este supone tomar contacto con su afán de aventura . En el ferri entre el puerto del Pireo y Agistri, unos turistas israelíes descubren entre el pasaje al autor del libro que llevan en la mochila, de la que extraen con orgullo una edición hebrea de ‘El club Dumas’. Una vez bajamos como una ‘troupe’ del barco, en el muelle de la pequeña isla, dos turistas polacos creen que estamos ‘localizando’ para alguna serie Netflix. Tal vez por eso, precisamente, empezamos hablando con el autor de las ‘localizaciones’ de la novela. ¿Cómo se documentó? «Vine aquí, estuve buscando lugares, vi cartas náuticas, mapas, estudié la historia de las islas», añade, apoyado en el dique del pequeño puerto isleño, con el sonido del mar al fondo. «Eso es lo que me divierte. Lo que menos me gusta de escribir es sentarme a escribir ».Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si ‘La isla de la mujer dormida’, el último libro de Arturo Pérez-Reverte: obra maestra en el mar de Homero José María Pozuelo Yvancos El escritor y académico se maneja como nadie en el género de batallas, que Homero o Conrad contaron, frente a las que no tiene miedo de batirse un año tras otroPorque disfruta como un niño viajando a los lugares donde va a situar la acción, documentando los objetos que utilizan sus personajes, marcas, precios, mil detalles, e imaginando los elementos que darán verosimilitud a su relato. Con toda esa información, afirma, ya que la novela describe un sabotaje en tiempo de guerra, una operación encubierta, « me pregunté cómo habría diseñado yo esa operación militar ». Algo más tarde, durante la comida en una terraza con magníficas vistas a un Egeo esmeraldino y apacible, nos explicará trazando círculos y rumbos con los brazos cómo debían ser las maniobras de aproximación de la lancha torpedera prestada por los alemanes para esta ficción. Cómo atacaría poco antes del alba para descubrir el perfil del mercante convertido en objetivo de sus torpedos. Episodios parecidos ocurrieron en el canal de Sicilia y el Cantábrico, aunque no en estas islas tan lejanas de la Península. Uno de los gatos de Agistri que merodeaban durante la presentación de la novelaMientras habla, los gatos de Agistri, buenos cazadores nocturnos, escuchan y maúllan alrededor del grupo, acechando los restos del pescado. El escritor recordará también en la sobremesa que mientras aprendía a navegar él mismo imaginaba las maniobras que haría una fragata de otra época para ganar el barlovento o barrer una popa a cañonazos: es marino y es un lector siempre a la caza de lo que sintieron los capitanes intrépidos.El enigma de LenaAunque el Egeo tiene cientos de islas, Pérez-Reverte acabó por inventar una nueva , la ‘Isla de la mujer dormida’, para colocar la base clandestina de la lancha torpedera Likayna, Loba. La ubicó en las Cícladas, cerca de los estrechos por los que todavía pasan las rutas de navegación desde el mar Negro. Y en esa isla puso a los dos personajes que ensanchan esta novela de amor y de aventuras con un cargamento de desamor y desventura. Son el barón Pantelis Katelios, el rico dueño de la isla, y su esposa Lena, el enigma de esta historia . «Hay un tipo de mujer que ya estaba en mis novelas -explica Pérez-Reverte-, que lucha en un mundo de hombres de manera heroica y a menudo gana. Esta vez quería una mujer así, pero ya derrotada. Que, en ese triángulo del marino y su marido, ajusta cuentas ».¿Por qué? «Para mí, en realidad, el héroe masculino no existe si no hay una mujer que lo mira . Es algo que creo, que es la mujer la que proyecta su mirada en el hombre y lo hace interesante. En esta novela voy más allá, ese proceso se ha resquebrajado, Lena ve que ha renunciado a sus sueños por un hombre que no está a la altura de su mirada y sus pensamientos. Y llega la venganza ». ¿Cómo lo hace? «Lena está pasando cuentas por fraude al hombre que la estafó en su vida. Y utiliza al marino protagonista de la novela como herramienta de esa venganza, para causar más dolor».Tal es la mezcla y, sin embargo, para entender a Lena hay que pensar en la época en que transcurre esta novela: 1937. Ella no actúa como lo haría una mujer de hoy. «El barón se había casado con ella sin amarla, como mujer trofeo, una bella emigrante rusa en París que destacaba como modelo. Y la vida hace que él se enamore demasiado tarde, cuando ya no está enamorada de él». A partir de ahí, ‘La isla de la mujer dormida’ adquiere toda su paradójica profundidad.Su venganza se agota en sí misma, sin salida, ¿por qué?: « Tenemos la tendencia natural a pensar que todo tiene solución y a veces la vida te enseña que no es así : no la tiene la guerra, ni Gaza, ni algunos matrimonios desgraciados», recuerda el autor, aún apoyado en el dique, mientras vemos detrás de él, a lo lejos, la costa de Salamina, porque este mar acumula historias y ese es uno de los escenarios bélicos más importantes del pasado, uno de los que tal vez podrían hacerle cambiar de opinión.Mientras las operaciones para torpedear y hundir mercantes cargados de gasolina y armas para la República se suceden en la novela, también lo hacen los diálogos de los personajes en la isla. El barón muestra en ellos su desencanto con el mundo, ¿Es una mirada prestada por el autor? «Cuando tienes mi edad, has leído unos cuantos libros y has vivido unas cuantas cosas, las esperanzas en el progreso de la humanidad se reducen mucho. No es que las pierdas, pero no crees gran cosa que el mundo vaya a cambiar para mejor. A veces hay derrotas irreparables », afirma Pérez-Reverte. «Nací en 1951, he conocido la Europa de Churchill, Adenauer, Pío XII, Mitterrand, y ese mundo se ha desmoronado. Ser testigo del final de un mundo , cuando he visto como reportero tantos mundos terminar, para mí es muy interesante. Es verdad que el barón Katelios se beneficia de esa mirada mía, pero no hay más paralelismos».Falsa seguridad¿La novela tiene más actualidad por la época, ahora que hay otra guerra en Europa? «Estamos aquí en Grecia -subraya Pérez-Reverte-. Los clásicos griegos y latinos te cuentan que todo ha ocurrido ya, sólo que lo hemos olvidado. Porque siempre aparece el dolor, la guerra, el sufrimiento. Nuestros abuelos lo sabían, no había penicilina, te morías de fiebre. Ahora vivimos en un mundo que nos han hecho creer confortable, ya no estamos preparados cuando viene. En mis novelas intento recordar al lector que eso existe y que hay mecanismos si no para vencerlo, que ayudan a soportarlo. Las novelas, la lectura, la cultura, la educación… son analgésicos. Quizá el mundo te duela igual, pero al menos comprenderás mejor por qué ».El escritor lo hace porque no duda sobre quién recae la responsabilidad por tanta falsa seguridad: «Los jóvenes carecen de esos mecanismos, carecen de la lucidez, pero se lo hemos quitado nosotros, yo soy tan culpable como los de mi generación, lo hemos hurtado de los planes de estudio, de la educación, les hemos quitado los mecanismos para comprender el mundo ».«Ahora gente que ni la vivió está utilizando la Guerra Civil como herramienta de oposición y de enfrentamiento cuando realmente los que hicieron la guerra nunca nos quisieron envenenar con ideologías porque sabían que eso llevó a lugares muy peligrosos» Arturo Pérez-Reverte EscritorEn Estambul se sitúan otros dos personajes fundamentales de la novela, dos espías, uno franquista y otro republicano, que son amigos, que juegan al ajedrez y que miden con cuidado sus pequeñas traiciones para que el juego no se detenga. Son importantes porque el autor también quiere mostrar que el mundo no es simple: «Ya hay otros que hacen novelas de buenos y malos. Bueno o malo, negro y blanco, eso es mentira. Hay una gama de grises importante, quiero personajes en mis novelas que sean así, como los espías de Estambul». Por eso le enerva la utilización política de la historia, cuando los que vivieron la guerra nos enseñaron que es un lugar muy complejo. «En las ideas, en las causas, estaba claro: República, bien. Franco, mal. Pero los seres humanos, los combatientes, no es igual. Ahora gente que ni la vivió está utilizando la Guerra Civil como herramienta de oposición y de enfrentamiento cuando realmente los que hicieron la guerra nunca nos quisieron envenenar con ideologías porque sabían que eso llevó a lugares muy peligrosos». Arturo Pérez-Reverte buscaba una isla como escenario perfecto de su nueva novela, titulada ‘La isla de la mujer dormida’ (Alfaguara) y viajó al Egeo. «Este mar supone tres mil años de historia, todo procede de aquí: la guerra, la paz, la democracia, los dioses, el vino, el aceite de oliva, todo. De algún modo, este mar es también nuestra patria », explicó ayer a un grupo de periodistas a los que la editorial ha traído a la isla de Agistri, nombre real, para que el escritor muestre los lugares que inspiraron una obra que la crítica considera ya «una de sus obras maestras» .Todo ocurre en 1937. Mientras en España se recrudece la Guerra Civil y el mundo se prepara para una gran conflagración, un marino mercante español, Miguel Jordán Kyriazis, recibe el encargo de los sublevados de hundir de forma clandestina las naves soviéticas de aprovisionamiento de armas para la República, a su paso por el Egeo. Ese pirata moderno se verá envuelto en una historia de amor, además de ser el centro de atención de los espías españoles en el Estambul de la época, quienes saben ser amigos a pesar de estar cada uno en un bando. El capitán Mihalis, como le llaman en homenaje a Patrick Leigh Fermor, es un marino profesional que cumple con su deber y también sufre por el dolor que causa: «Tiene un concepto de la solidaridad en el mar propio, pero el tipo que hunde barcos así no puede rescatar supervivientes. Ese conflicto moral me importaba mucho, está matando a sus hermanos de mar ».El escritor, en el pequeño puerto de Agistri JEOSMViajar con Pérez-Reverte a un escenario como este supone tomar contacto con su afán de aventura . En el ferri entre el puerto del Pireo y Agistri, unos turistas israelíes descubren entre el pasaje al autor del libro que llevan en la mochila, de la que extraen con orgullo una edición hebrea de ‘El club Dumas’. Una vez bajamos como una ‘troupe’ del barco, en el muelle de la pequeña isla, dos turistas polacos creen que estamos ‘localizando’ para alguna serie Netflix. Tal vez por eso, precisamente, empezamos hablando con el autor de las ‘localizaciones’ de la novela. ¿Cómo se documentó? «Vine aquí, estuve buscando lugares, vi cartas náuticas, mapas, estudié la historia de las islas», añade, apoyado en el dique del pequeño puerto isleño, con el sonido del mar al fondo. «Eso es lo que me divierte. Lo que menos me gusta de escribir es sentarme a escribir ».Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si ‘La isla de la mujer dormida’, el último libro de Arturo Pérez-Reverte: obra maestra en el mar de Homero José María Pozuelo Yvancos El escritor y académico se maneja como nadie en el género de batallas, que Homero o Conrad contaron, frente a las que no tiene miedo de batirse un año tras otroPorque disfruta como un niño viajando a los lugares donde va a situar la acción, documentando los objetos que utilizan sus personajes, marcas, precios, mil detalles, e imaginando los elementos que darán verosimilitud a su relato. Con toda esa información, afirma, ya que la novela describe un sabotaje en tiempo de guerra, una operación encubierta, « me pregunté cómo habría diseñado yo esa operación militar ». Algo más tarde, durante la comida en una terraza con magníficas vistas a un Egeo esmeraldino y apacible, nos explicará trazando círculos y rumbos con los brazos cómo debían ser las maniobras de aproximación de la lancha torpedera prestada por los alemanes para esta ficción. Cómo atacaría poco antes del alba para descubrir el perfil del mercante convertido en objetivo de sus torpedos. Episodios parecidos ocurrieron en el canal de Sicilia y el Cantábrico, aunque no en estas islas tan lejanas de la Península. Uno de los gatos de Agistri que merodeaban durante la presentación de la novelaMientras habla, los gatos de Agistri, buenos cazadores nocturnos, escuchan y maúllan alrededor del grupo, acechando los restos del pescado. El escritor recordará también en la sobremesa que mientras aprendía a navegar él mismo imaginaba las maniobras que haría una fragata de otra época para ganar el barlovento o barrer una popa a cañonazos: es marino y es un lector siempre a la caza de lo que sintieron los capitanes intrépidos.El enigma de LenaAunque el Egeo tiene cientos de islas, Pérez-Reverte acabó por inventar una nueva , la ‘Isla de la mujer dormida’, para colocar la base clandestina de la lancha torpedera Likayna, Loba. La ubicó en las Cícladas, cerca de los estrechos por los que todavía pasan las rutas de navegación desde el mar Negro. Y en esa isla puso a los dos personajes que ensanchan esta novela de amor y de aventuras con un cargamento de desamor y desventura. Son el barón Pantelis Katelios, el rico dueño de la isla, y su esposa Lena, el enigma de esta historia . «Hay un tipo de mujer que ya estaba en mis novelas -explica Pérez-Reverte-, que lucha en un mundo de hombres de manera heroica y a menudo gana. Esta vez quería una mujer así, pero ya derrotada. Que, en ese triángulo del marino y su marido, ajusta cuentas ».¿Por qué? «Para mí, en realidad, el héroe masculino no existe si no hay una mujer que lo mira . Es algo que creo, que es la mujer la que proyecta su mirada en el hombre y lo hace interesante. En esta novela voy más allá, ese proceso se ha resquebrajado, Lena ve que ha renunciado a sus sueños por un hombre que no está a la altura de su mirada y sus pensamientos. Y llega la venganza ». ¿Cómo lo hace? «Lena está pasando cuentas por fraude al hombre que la estafó en su vida. Y utiliza al marino protagonista de la novela como herramienta de esa venganza, para causar más dolor».Tal es la mezcla y, sin embargo, para entender a Lena hay que pensar en la época en que transcurre esta novela: 1937. Ella no actúa como lo haría una mujer de hoy. «El barón se había casado con ella sin amarla, como mujer trofeo, una bella emigrante rusa en París que destacaba como modelo. Y la vida hace que él se enamore demasiado tarde, cuando ya no está enamorada de él». A partir de ahí, ‘La isla de la mujer dormida’ adquiere toda su paradójica profundidad.Su venganza se agota en sí misma, sin salida, ¿por qué?: « Tenemos la tendencia natural a pensar que todo tiene solución y a veces la vida te enseña que no es así : no la tiene la guerra, ni Gaza, ni algunos matrimonios desgraciados», recuerda el autor, aún apoyado en el dique, mientras vemos detrás de él, a lo lejos, la costa de Salamina, porque este mar acumula historias y ese es uno de los escenarios bélicos más importantes del pasado, uno de los que tal vez podrían hacerle cambiar de opinión.Mientras las operaciones para torpedear y hundir mercantes cargados de gasolina y armas para la República se suceden en la novela, también lo hacen los diálogos de los personajes en la isla. El barón muestra en ellos su desencanto con el mundo, ¿Es una mirada prestada por el autor? «Cuando tienes mi edad, has leído unos cuantos libros y has vivido unas cuantas cosas, las esperanzas en el progreso de la humanidad se reducen mucho. No es que las pierdas, pero no crees gran cosa que el mundo vaya a cambiar para mejor. A veces hay derrotas irreparables », afirma Pérez-Reverte. «Nací en 1951, he conocido la Europa de Churchill, Adenauer, Pío XII, Mitterrand, y ese mundo se ha desmoronado. Ser testigo del final de un mundo , cuando he visto como reportero tantos mundos terminar, para mí es muy interesante. Es verdad que el barón Katelios se beneficia de esa mirada mía, pero no hay más paralelismos».Falsa seguridad¿La novela tiene más actualidad por la época, ahora que hay otra guerra en Europa? «Estamos aquí en Grecia -subraya Pérez-Reverte-. Los clásicos griegos y latinos te cuentan que todo ha ocurrido ya, sólo que lo hemos olvidado. Porque siempre aparece el dolor, la guerra, el sufrimiento. Nuestros abuelos lo sabían, no había penicilina, te morías de fiebre. Ahora vivimos en un mundo que nos han hecho creer confortable, ya no estamos preparados cuando viene. En mis novelas intento recordar al lector que eso existe y que hay mecanismos si no para vencerlo, que ayudan a soportarlo. Las novelas, la lectura, la cultura, la educación… son analgésicos. Quizá el mundo te duela igual, pero al menos comprenderás mejor por qué ».El escritor lo hace porque no duda sobre quién recae la responsabilidad por tanta falsa seguridad: «Los jóvenes carecen de esos mecanismos, carecen de la lucidez, pero se lo hemos quitado nosotros, yo soy tan culpable como los de mi generación, lo hemos hurtado de los planes de estudio, de la educación, les hemos quitado los mecanismos para comprender el mundo ».«Ahora gente que ni la vivió está utilizando la Guerra Civil como herramienta de oposición y de enfrentamiento cuando realmente los que hicieron la guerra nunca nos quisieron envenenar con ideologías porque sabían que eso llevó a lugares muy peligrosos» Arturo Pérez-Reverte EscritorEn Estambul se sitúan otros dos personajes fundamentales de la novela, dos espías, uno franquista y otro republicano, que son amigos, que juegan al ajedrez y que miden con cuidado sus pequeñas traiciones para que el juego no se detenga. Son importantes porque el autor también quiere mostrar que el mundo no es simple: «Ya hay otros que hacen novelas de buenos y malos. Bueno o malo, negro y blanco, eso es mentira. Hay una gama de grises importante, quiero personajes en mis novelas que sean así, como los espías de Estambul». Por eso le enerva la utilización política de la historia, cuando los que vivieron la guerra nos enseñaron que es un lugar muy complejo. «En las ideas, en las causas, estaba claro: República, bien. Franco, mal. Pero los seres humanos, los combatientes, no es igual. Ahora gente que ni la vivió está utilizando la Guerra Civil como herramienta de oposición y de enfrentamiento cuando realmente los que hicieron la guerra nunca nos quisieron envenenar con ideologías porque sabían que eso llevó a lugares muy peligrosos».
El autor presenta en Atenas su nueva novela, recibida por la crítica como una obra maestra
Arturo Pérez-Reverte, en la isla de Agistri Jeosm
Arturo Pérez-Reverte buscaba una isla como escenario perfecto de su nueva novela, titulada ‘La isla de la mujer dormida’ (Alfaguara) y viajó al Egeo. «Este mar supone tres mil años de historia, todo procede de aquí: la guerra, la paz, la democracia, los dioses, …
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Volver a intentar
Has superado el límite de sesiones
Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Sigue navegando
Artículo solo para suscriptores
RSS de noticias de cultura