Los planes del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de España (BNE) de renovar su imagen corporativa –lo que podría suponer la retirada de la corona del logotipo institucional – ha escandalizado a los partidos de la oposición y a exdirectores como Luis Alberto de Cuenca y Jon Juaristi. Ninguno le ve sentido a que la principal institución bibliotecaria del país, cuyos orígenes están estrechamente vinculados a la Monarquía española, esté pensando en una revisión que suponga suprimir la corona que diseñó Alberto Corazón en 2005.«Me parece un disparate», afirma Luis Alberto de Cuenca , director de la BNE entre los años 1996 y 2000. «Está demostrada la relación directa de la Corona y la BNE desde el comienzo, desde las colecciones que le dan origen, desde que Isabel II y Francisco de Asís pusieron la primera piedra del edificio. Desde el punto de vista de la continuidad institucional, es absurdo, y tampoco hay un cambio de régimen en España que diera sentido a cambiar esa íntima relación de la Casa Real con la Biblioteca Nacional».Jon Juaristi , que sustituyó a Luis Alberto de Cuenca hasta marzo de 2001, añade que el origen de la BNE está en la Biblioteca Real: «Y, por tanto, no es en absoluto escandaloso que la corona forme parte del logotipo, toda vez que el paso de Biblioteca Real a Biblioteca Nacional se dio de forma totalmente pacífica e institucional por decisión de la Monarquía. No fue el resultado de una incautación, al contrario que otras muchas bibliotecas nacionales». Plantearse la alteración del logotipo, sostiene, es otro «avance simbólico hacia la dictadura bolivariana que está construyendo el sanchismo».En efecto, fue Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, quien en 1711 tuvo la idea crear una Real Biblioteca abierta al público. Los primeros fondos de la biblioteca procedieron en gran parte de las colecciones privadas de Felipe IV y del propio Felipe V. A estos se sumaron valiosas obras confiscadas a figuras austracistas tras la Guerra de Sucesión, como el arzobispo de Valencia Antoni Folch de Cardona, el marqués de Mondéjar o el duque de Uceda. Se añadieron también las bibliotecas de figuras como el conde de Aguilar y el duque de Medinaceli. La Biblioteca estuvo bajo control de la Monarquía hasta 1836, cuando pasó a depender del Gobierno.Noticia Relacionada estandar No Urtasun anuncia unas obras «sin precedentes» para salvar la Biblioteca Nacional Jaime G. MoraEsta vinculación entre Biblioteca Nacional y Casa Real se mantiene hoy vigente. Los Reyes Don Felipe y Doña Letizia presiden el Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España y en la sala donde se celebra la reunión de este órgano de gobierno hay unos retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio. Uno de los primeros actos públicos que protagonizaron los Reyes durante la desescalada del Covid fue para presidir la Comisión Permanente del Patronato, unos días antes de que la BNE volviera a abrir sus puertas al público. Un año antes, la Reina Letizia había inaugurado las salas María Moliner y Larra.«Eliminar la corona del logotipo de la BNE borra también parte de la historia», considera Sol Cruz-Guzmán , portavoz de Cultura de PP en el Congreso. «No es más que un nuevo gesto ideológico, cosmético y caprichoso. Este es un gobierno sin rumbo y que no se preocupa de los grandes desafíos nacionales en materia de cultura. Lo que el ministro Urtasun está haciendo son políticas de papel, cuando tiene la BNE que se le ha inundado dos veces y han tenido que eliminar las obras de la cafetería y el plan que se había diseñado».Se refiere la diputada popular a los episodios de goteras graves que ha sufrido la BNE desde 2023 , que llevó al ministro de Cultura a anunciar, hace ocho meses, una ambiciosa reforma por valor de 8 millones de euros para reparar «un problema estructural de la gestión de aguas del edificio que afecta a más de 100 bajantes». Estas actuaciones han obligado a aplazar (o más bien a renunciar) la reforma del jardín exterior, donde se pretendía abrir una cafetería, y la rehabilitación de espacios interiores para realizar actividades culturales y de servicios.El discurso de Vox también es muy crítico con los planes del ministerio que ha desvelado ABC. «Es una aberración que este ministro hispanófobo y separatista se dedique a atacar los símbolos nacionales en lugar de ejercer como ministro de todos los españoles», valora Joaquín Robles , portavoz de Cultura de Vox en el Congreso. «Mientras seamos una Monarquía parlamentaria, la corona es el símbolo de la unidad nacional. Esto no tiene ningún sentido». Los planes del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de España (BNE) de renovar su imagen corporativa –lo que podría suponer la retirada de la corona del logotipo institucional – ha escandalizado a los partidos de la oposición y a exdirectores como Luis Alberto de Cuenca y Jon Juaristi. Ninguno le ve sentido a que la principal institución bibliotecaria del país, cuyos orígenes están estrechamente vinculados a la Monarquía española, esté pensando en una revisión que suponga suprimir la corona que diseñó Alberto Corazón en 2005.«Me parece un disparate», afirma Luis Alberto de Cuenca , director de la BNE entre los años 1996 y 2000. «Está demostrada la relación directa de la Corona y la BNE desde el comienzo, desde las colecciones que le dan origen, desde que Isabel II y Francisco de Asís pusieron la primera piedra del edificio. Desde el punto de vista de la continuidad institucional, es absurdo, y tampoco hay un cambio de régimen en España que diera sentido a cambiar esa íntima relación de la Casa Real con la Biblioteca Nacional».Jon Juaristi , que sustituyó a Luis Alberto de Cuenca hasta marzo de 2001, añade que el origen de la BNE está en la Biblioteca Real: «Y, por tanto, no es en absoluto escandaloso que la corona forme parte del logotipo, toda vez que el paso de Biblioteca Real a Biblioteca Nacional se dio de forma totalmente pacífica e institucional por decisión de la Monarquía. No fue el resultado de una incautación, al contrario que otras muchas bibliotecas nacionales». Plantearse la alteración del logotipo, sostiene, es otro «avance simbólico hacia la dictadura bolivariana que está construyendo el sanchismo».En efecto, fue Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, quien en 1711 tuvo la idea crear una Real Biblioteca abierta al público. Los primeros fondos de la biblioteca procedieron en gran parte de las colecciones privadas de Felipe IV y del propio Felipe V. A estos se sumaron valiosas obras confiscadas a figuras austracistas tras la Guerra de Sucesión, como el arzobispo de Valencia Antoni Folch de Cardona, el marqués de Mondéjar o el duque de Uceda. Se añadieron también las bibliotecas de figuras como el conde de Aguilar y el duque de Medinaceli. La Biblioteca estuvo bajo control de la Monarquía hasta 1836, cuando pasó a depender del Gobierno.Noticia Relacionada estandar No Urtasun anuncia unas obras «sin precedentes» para salvar la Biblioteca Nacional Jaime G. MoraEsta vinculación entre Biblioteca Nacional y Casa Real se mantiene hoy vigente. Los Reyes Don Felipe y Doña Letizia presiden el Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España y en la sala donde se celebra la reunión de este órgano de gobierno hay unos retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio. Uno de los primeros actos públicos que protagonizaron los Reyes durante la desescalada del Covid fue para presidir la Comisión Permanente del Patronato, unos días antes de que la BNE volviera a abrir sus puertas al público. Un año antes, la Reina Letizia había inaugurado las salas María Moliner y Larra.«Eliminar la corona del logotipo de la BNE borra también parte de la historia», considera Sol Cruz-Guzmán , portavoz de Cultura de PP en el Congreso. «No es más que un nuevo gesto ideológico, cosmético y caprichoso. Este es un gobierno sin rumbo y que no se preocupa de los grandes desafíos nacionales en materia de cultura. Lo que el ministro Urtasun está haciendo son políticas de papel, cuando tiene la BNE que se le ha inundado dos veces y han tenido que eliminar las obras de la cafetería y el plan que se había diseñado».Se refiere la diputada popular a los episodios de goteras graves que ha sufrido la BNE desde 2023 , que llevó al ministro de Cultura a anunciar, hace ocho meses, una ambiciosa reforma por valor de 8 millones de euros para reparar «un problema estructural de la gestión de aguas del edificio que afecta a más de 100 bajantes». Estas actuaciones han obligado a aplazar (o más bien a renunciar) la reforma del jardín exterior, donde se pretendía abrir una cafetería, y la rehabilitación de espacios interiores para realizar actividades culturales y de servicios.El discurso de Vox también es muy crítico con los planes del ministerio que ha desvelado ABC. «Es una aberración que este ministro hispanófobo y separatista se dedique a atacar los símbolos nacionales en lugar de ejercer como ministro de todos los españoles», valora Joaquín Robles , portavoz de Cultura de Vox en el Congreso. «Mientras seamos una Monarquía parlamentaria, la corona es el símbolo de la unidad nacional. Esto no tiene ningún sentido».
Los planes del Ministerio de Cultura y la Biblioteca Nacional de España (BNE) de renovar su imagen corporativa –lo que podría suponer la retirada de la corona del logotipo institucional– ha escandalizado a los partidos de la oposición y a exdirectores como Luis Alberto … de Cuenca y Jon Juaristi. Ninguno le ve sentido a que la principal institución bibliotecaria del país, cuyos orígenes están estrechamente vinculados a la Monarquía española, esté pensando en una revisión que suponga suprimir la corona que diseñó Alberto Corazón en 2005.
«Me parece un disparate», afirma Luis Alberto de Cuenca, director de la BNE entre los años 1996 y 2000. «Está demostrada la relación directa de la Corona y la BNE desde el comienzo, desde las colecciones que le dan origen, desde que Isabel II y Francisco de Asís pusieron la primera piedra del edificio. Desde el punto de vista de la continuidad institucional, es absurdo, y tampoco hay un cambio de régimen en España que diera sentido a cambiar esa íntima relación de la Casa Real con la Biblioteca Nacional».
Jon Juaristi, que sustituyó a Luis Alberto de Cuenca hasta marzo de 2001, añade que el origen de la BNE está en la Biblioteca Real: «Y, por tanto, no es en absoluto escandaloso que la corona forme parte del logotipo, toda vez que el paso de Biblioteca Real a Biblioteca Nacional se dio de forma totalmente pacífica e institucional por decisión de la Monarquía. No fue el resultado de una incautación, al contrario que otras muchas bibliotecas nacionales». Plantearse la alteración del logotipo, sostiene, es otro «avance simbólico hacia la dictadura bolivariana que está construyendo el sanchismo».
En efecto, fue Felipe V, el primer Borbón que reinó en España, quien en 1711 tuvo la idea crear una Real Biblioteca abierta al público. Los primeros fondos de la biblioteca procedieron en gran parte de las colecciones privadas de Felipe IV y del propio Felipe V. A estos se sumaron valiosas obras confiscadas a figuras austracistas tras la Guerra de Sucesión, como el arzobispo de Valencia Antoni Folch de Cardona, el marqués de Mondéjar o el duque de Uceda. Se añadieron también las bibliotecas de figuras como el conde de Aguilar y el duque de Medinaceli. La Biblioteca estuvo bajo control de la Monarquía hasta 1836, cuando pasó a depender del Gobierno.
Esta vinculación entre Biblioteca Nacional y Casa Real se mantiene hoy vigente. Los Reyes Don Felipe y Doña Letizia presiden el Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España y en la sala donde se celebra la reunión de este órgano de gobierno hay unos retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio. Uno de los primeros actos públicos que protagonizaron los Reyes durante la desescalada del Covid fue para presidir la Comisión Permanente del Patronato, unos días antes de que la BNE volviera a abrir sus puertas al público. Un año antes, la Reina Letizia había inaugurado las salas María Moliner y Larra.
«Eliminar la corona del logotipo de la BNE borra también parte de la historia», considera Sol Cruz-Guzmán, portavoz de Cultura de PP en el Congreso. «No es más que un nuevo gesto ideológico, cosmético y caprichoso. Este es un gobierno sin rumbo y que no se preocupa de los grandes desafíos nacionales en materia de cultura. Lo que el ministro Urtasun está haciendo son políticas de papel, cuando tiene la BNE que se le ha inundado dos veces y han tenido que eliminar las obras de la cafetería y el plan que se había diseñado».
Se refiere la diputada popular a los episodios de goteras graves que ha sufrido la BNE desde 2023, que llevó al ministro de Cultura a anunciar, hace ocho meses, una ambiciosa reforma por valor de 8 millones de euros para reparar «un problema estructural de la gestión de aguas del edificio que afecta a más de 100 bajantes». Estas actuaciones han obligado a aplazar (o más bien a renunciar) la reforma del jardín exterior, donde se pretendía abrir una cafetería, y la rehabilitación de espacios interiores para realizar actividades culturales y de servicios.
El discurso de Vox también es muy crítico con los planes del ministerio que ha desvelado ABC. «Es una aberración que este ministro hispanófobo y separatista se dedique a atacar los símbolos nacionales en lugar de ejercer como ministro de todos los españoles», valora Joaquín Robles, portavoz de Cultura de Vox en el Congreso. «Mientras seamos una Monarquía parlamentaria, la corona es el símbolo de la unidad nacional. Esto no tiene ningún sentido».
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