Connie Borja ha hablado con Frank Blanco y Verónica Dulanto para compartir lo que para ella ha sido un «calvarios», vivencias que dice que no olvidará tras casi tres décadas ejerciendo como empleada del hogar y cuidando a los hijos de personas muy conocidas, actores y actrices, políticos e influencers. Ha sido en ‘ TardeAR ‘ (Telecinco), donde ha recordado cómo viajó de Colombia a Estados Unidos «pensando que todo iría a mejor y buscando esas oportunidades que se supone que dan en este país». Sin embargo, «me di cuenta de que la realidad era distinta a cómo la vendían». Esta mujer ha puesto de relieve cómo en el tiempo que estuvo ejerciendo allí –ahora ha regresado a su país natal– como « niñera de las estrellas » presenció de todo, «fui confidente y testigo de infidelidades y escándalos». Según ha narrado, «empiezas trabajando 12 horas y finalmente terminas estando para ellos las 24 horas del día. He sufrido muchos abusos porque no tienes tiempo para ti, ni para almorzar o cenar, cuando vas a dormir te llevas el monitor del niño por si despierta en la noche, ya que lo atiendes tú, así que no tienes paz». A esto ha añadido el hecho de que si salen de viaje «pasas tres o cuatro meses, cinco igual, en un lugar donde no tienes a nadie, lejos de tus amigos, de tu familia, incluso de tus hijos propios si los tienes». Ha relatado episodios complicados, como el vivido en San Francisco, donde estaba trabajando para «un financiero con mucho dinero». Recuerda que fue «al parque con varias niñeras y el peque al que yo cuidaba, en un momento dado, se metió en la boca unas semillas y tuvimos que ir al hospital. La reacción de él fue horrible, la verdad. Eres un cero a la izquierda y si pasa algo te humillan sin piedad. Es un abuso más emocional, ¿sabes? No puedes ni mirarlos a la cara. Yo, por ejemplo, si ellos entraban a la cocina yo tenía que salir y así no cruzarnos salvo que fuera necesario». Todo esto tiene un coste, un sueldo, un salario, que supuestamente compensa lo que se experimenta. Connie Borja ha comentado que lo máximo que ha conseguido ha sido 1.300 dólares a la semana, «pero de verdad cuesta mucho ganar eso por lo que sientes y cómo te tratan». Para terminar, ha apuntado que en una ocasión le llegó una multa de 250.000 dólares porque decidió romper el contrato. Connie Borja ha hablado con Frank Blanco y Verónica Dulanto para compartir lo que para ella ha sido un «calvarios», vivencias que dice que no olvidará tras casi tres décadas ejerciendo como empleada del hogar y cuidando a los hijos de personas muy conocidas, actores y actrices, políticos e influencers. Ha sido en ‘ TardeAR ‘ (Telecinco), donde ha recordado cómo viajó de Colombia a Estados Unidos «pensando que todo iría a mejor y buscando esas oportunidades que se supone que dan en este país». Sin embargo, «me di cuenta de que la realidad era distinta a cómo la vendían». Esta mujer ha puesto de relieve cómo en el tiempo que estuvo ejerciendo allí –ahora ha regresado a su país natal– como « niñera de las estrellas » presenció de todo, «fui confidente y testigo de infidelidades y escándalos». Según ha narrado, «empiezas trabajando 12 horas y finalmente terminas estando para ellos las 24 horas del día. He sufrido muchos abusos porque no tienes tiempo para ti, ni para almorzar o cenar, cuando vas a dormir te llevas el monitor del niño por si despierta en la noche, ya que lo atiendes tú, así que no tienes paz». A esto ha añadido el hecho de que si salen de viaje «pasas tres o cuatro meses, cinco igual, en un lugar donde no tienes a nadie, lejos de tus amigos, de tu familia, incluso de tus hijos propios si los tienes». Ha relatado episodios complicados, como el vivido en San Francisco, donde estaba trabajando para «un financiero con mucho dinero». Recuerda que fue «al parque con varias niñeras y el peque al que yo cuidaba, en un momento dado, se metió en la boca unas semillas y tuvimos que ir al hospital. La reacción de él fue horrible, la verdad. Eres un cero a la izquierda y si pasa algo te humillan sin piedad. Es un abuso más emocional, ¿sabes? No puedes ni mirarlos a la cara. Yo, por ejemplo, si ellos entraban a la cocina yo tenía que salir y así no cruzarnos salvo que fuera necesario». Todo esto tiene un coste, un sueldo, un salario, que supuestamente compensa lo que se experimenta. Connie Borja ha comentado que lo máximo que ha conseguido ha sido 1.300 dólares a la semana, «pero de verdad cuesta mucho ganar eso por lo que sientes y cómo te tratan». Para terminar, ha apuntado que en una ocasión le llegó una multa de 250.000 dólares porque decidió romper el contrato.
TardeAR
Connie Borja ha desvelado algunas experiencias clave en sus más de 30 años trabajando al servicio de actores de cine de Hollywood e influencers internacionales.
Connie Borja ha hablado con Frank Blanco y Verónica Dulanto para compartir lo que para ella ha sido un «calvarios», vivencias que dice que no olvidará tras casi tres décadas ejerciendo como empleada del hogar y cuidando a los hijos de personas muy conocidas, actores y actrices, políticos e influencers. Ha sido en ‘TardeAR‘ (Telecinco), donde ha recordado cómo viajó de Colombia a Estados Unidos «pensando que todo iría a mejor y buscando esas oportunidades que se supone que dan en este país». Sin embargo, «me di cuenta de que la realidad era distinta a cómo la vendían».
Esta mujer ha puesto de relieve cómo en el tiempo que estuvo ejerciendo allí –ahora ha regresado a su país natal– como «niñera de las estrellas» presenció de todo, «fui confidente y testigo de infidelidades y escándalos». Según ha narrado, «empiezas trabajando 12 horas y finalmente terminas estando para ellos las 24 horas del día. He sufrido muchos abusos porque no tienes tiempo para ti, ni para almorzar o cenar, cuando vas a dormir te llevas el monitor del niño por si despierta en la noche, ya que lo atiendes tú, así que no tienes paz». A esto ha añadido el hecho de que si salen de viaje «pasas tres o cuatro meses, cinco igual, en un lugar donde no tienes a nadie, lejos de tus amigos, de tu familia, incluso de tus hijos propios si los tienes».
Ha relatado episodios complicados, como el vivido en San Francisco, donde estaba trabajando para «un financiero con mucho dinero». Recuerda que fue «al parque con varias niñeras y el peque al que yo cuidaba, en un momento dado, se metió en la boca unas semillas y tuvimos que ir al hospital. La reacción de él fue horrible, la verdad. Eres un cero a la izquierda y si pasa algo te humillan sin piedad. Es un abuso más emocional, ¿sabes? No puedes ni mirarlos a la cara. Yo, por ejemplo, si ellos entraban a la cocina yo tenía que salir y así no cruzarnos salvo que fuera necesario».
Todo esto tiene un coste, un sueldo, un salario, que supuestamente compensa lo que se experimenta. Connie Borja ha comentado que lo máximo que ha conseguido ha sido 1.300 dólares a la semana, «pero de verdad cuesta mucho ganar eso por lo que sientes y cómo te tratan». Para terminar, ha apuntado que en una ocasión le llegó una multa de 250.000 dólares porque decidió romper el contrato.
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