Sobre ‘famofobia’ y juegos de equilibrio con Cayetano Rivera Ordóñez

Cosas que sabemos. Que el torero Cayetano Rivera Ordóñez pasó la noche del lunes en el calabozo de una comisaría tras un altercado de madrugada en el Mc Donald’s de la calle de Atocha y tras la llamada que hicieron los trabajadores del local a la policía. La narración en los programas es confusa, a pesar de los intentos de rigor. Que si se puso farruco, que si le faltaba un ticket, que si dijo la cosa esa tan patética de “usted no sabe con quién está hablando” y que incluso sacó un fajo de billetes para demostrar que si quisiera podría comprarse la hamburguesería entera en ese mismo momento. Noches de bohemia y de ilusión hemos tenido todas, pero ninguna de las mías ha acabado reducida por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y viendo amanecer desde un calabozo.

Cosas que sabemos también. Que los colaboradores de televisión andan perplejos con este asunto y bastante contrariados. Siempre defienden la actuación y la seriedad policial en otros asuntos como los de la actriz María León y cualquier otro suceso de relevancia, pero esta vez no saben qué hacer. Hablamos de “un tío encantador”, tan cariñoso que “le da un beso a un florero”, según la cantante María del Monte. Bromean con un posible “golpe de calor” o que a lo mejor se enfadó porque no le dieron “dos bolsitas de kétchup”, que pudiera ser que la poli se haya pasado un poco y sale a relucir “la pena de telediario”.

Nadie se pone en el lugar ni da credibilidad al testimonio de quien tiene que trabajar a esas horas en esa hamburguesería y que tendrá convalidadas varias asignaturas de Psicología como cualquier otro trabajo precario de cara al público. Porque lo importante es recordar lo importante que es no especular (ja) y recordar que Cayetano ha estado varias veces en casa de una de las colaboradoras y no bebió jamás. Insistir que, con “esos ojos tan bonitos”, la noticia le ha puesto una “mirada triste”. Y que no podemos estar en un país que trata estos asuntos y a gente tan encantadora como si fueran terroristas. Y que a ver si ahora van a salir los antitaurinos, voraces buscadores de excusas para demonizar a los toreros. El abogado de Rivera Ordóñez sale en la tele y dice en varios programas que a todo esto lo llama él “famofobia”, es decir, fobia a los famosos. Acabáramos.

Cosas que no sabíamos.