«¿Qué es lo que debe encerrar una pieza del género detectivesco para triunfar ante el público?» -se preguntaba Alfredo Marqueríe , cuando se estrenó en España ‘ Testigo de cargo ‘-. El propio crítico de ABC señalaba las virtudes de la obra de Agatha Christie que la conectaban con los espectadores: «Una exposición fácil y cumplida, en la que conocemos el tema y los personajes, unos tipos muy definidos: algún detalle de gracia o de humor costumbrista para paliar en determinados momentos el dramatismo y, sobre todo, un ritmo, una táctica especial en el desarrollo del asunto para que las sospechas se entrecrucen, apunten primero en una dirección y luego en otra, orienten y desorienten y, al fin, lleven al ánimo del espectador la sensación de que está al borde del descubrimiento de la verdadera identidad del asesino… pero que no pasa de ese borde».’Testigo de cargo’ fue en primer lugar un relato, incluido en un libro que Agatha Christie publicó en 1948. La propia autora británica la convirtió en una obra teatral, que vio la luz en Londres en 1953. Tres años más tarde llegó a España de la mano de Arturo Serrano , y hoy vuelve a la escena madrileña -al Teatro Fernán Gómez , donde estará hasta el 26 de enero- en un montaje dirigido por Fernando Bernués (a partir de una versión de Roberto Santiago) y con un reparto que incluye a Fernando Guillén Cuervo, Isabelle Stoffel, Bruno Ciordia, Adolfo Fernández, María Zabala, Markos Marín, Borja Maestre y Nerea Mazo. Fernando Guillén Cuervo encarna a Sir Wilfrid Robarts, el abogado defensor de Leonard Vole, un joven acusado de haber asesinado a una anciana; su defensa parece tarea imposible. «Es un gran personaje, y la función, un teatro muy de texto, que se va desarrollando a través de los actores». «Sé que es mucho decir sobre alguien que ha escrito ‘ La ratonera ‘ o ‘ Diez negritos’ , pero ‘Testigo de cargo’ es sin duda su obra más redonda, ambiciosa y actual», corrobora en el programa de mano Roberto Santiago. Fernando Bernués amplía la definición: «Es un ‘thriller’ judicial al uso».Alfredo Marqueríe hablaba también de la «dosificación del enigma» como una de las virtudes del género detectivesco. «Una de las cosas que tenemos que hacer los actores en escena es medir esa tensión, sí -reconoce Fernando Guillén-, saber en qué frecuencia está cada momento para generar más relajo o generar más tensión en los espectadores».’Testigo de Cargo’ es una muestra perfecta de teatro británico, tanto en sus personajes como en el ambiente. Fernando Bernués, dice Guillén Cuervo, «no ha querido recurrir a una función muy costumbrista, sino que la ha situado en un espacio un poco más conceptual y un poco más evocador». Lo británico está, añade, «en la manera de vestir de los personajes y, en el caso del mío, en sus maneras un poco de dandi». La puesta en escena, tercia el director, es un homenaje a la propia Agatha Christie; el escenario es una «metafórica hoja en blanco. El público asiste a la creación de la obra de teatro; la inspiración llega, las teclas de la máquina de escribir empiezan a volar… ¡que empiece la música!»Roberto Santiago asegura que la obra va más allá del propio ‘thriller’: «En ella se tratan temas esenciales como la toxicidad de las relaciones de pareja, la manipulación de las personas que amamos o el límite de la justicia. También, y eso solo se atrevería a hacerlo alguien que vivió mucho y muy deprisa, se habla de la identidad humana: quiénes somos en distintos momentos de nuestras vidas; cómo esa esencia es algo mutable, en permanente cambio». Hace suyas estas palabras Guillén Cuervo: «La base es su argumento policial, pero apunta a la condición humana, a la pasión por el trabajo, a la deslealtad… Los personajes van destilando estas cosas, que son universales y comunes al ser humano». ¿Pero con humor? «Sí, es una obra que se basa en la tensión, no es una comedia, pero hay de repente brotes de humor que relajan esa tensión y que contrapesan un poco el ritmo de la función».Noticia Relacionada GRAN CANARIA estandar No El hotel por el que pasaron Agatha Christie, Ava Gardner y Churchill Rocío JiménezTermina Fernando Guillén Cuervo alabando a la autora. «Una de las virtudes de la pluma de Agatha Christie es que conduce al espectador hacia un lugar; éste cree que está allí y de repente hay un giro insospechado que le colocan en otro lugar. Es una gran relojera de las tramas . Arma las historias con una precisión enorme para generar esas sorpresas, generar esos giros inesperados. Quizá la mejor del género, claro». «¿Qué es lo que debe encerrar una pieza del género detectivesco para triunfar ante el público?» -se preguntaba Alfredo Marqueríe , cuando se estrenó en España ‘ Testigo de cargo ‘-. El propio crítico de ABC señalaba las virtudes de la obra de Agatha Christie que la conectaban con los espectadores: «Una exposición fácil y cumplida, en la que conocemos el tema y los personajes, unos tipos muy definidos: algún detalle de gracia o de humor costumbrista para paliar en determinados momentos el dramatismo y, sobre todo, un ritmo, una táctica especial en el desarrollo del asunto para que las sospechas se entrecrucen, apunten primero en una dirección y luego en otra, orienten y desorienten y, al fin, lleven al ánimo del espectador la sensación de que está al borde del descubrimiento de la verdadera identidad del asesino… pero que no pasa de ese borde».’Testigo de cargo’ fue en primer lugar un relato, incluido en un libro que Agatha Christie publicó en 1948. La propia autora británica la convirtió en una obra teatral, que vio la luz en Londres en 1953. Tres años más tarde llegó a España de la mano de Arturo Serrano , y hoy vuelve a la escena madrileña -al Teatro Fernán Gómez , donde estará hasta el 26 de enero- en un montaje dirigido por Fernando Bernués (a partir de una versión de Roberto Santiago) y con un reparto que incluye a Fernando Guillén Cuervo, Isabelle Stoffel, Bruno Ciordia, Adolfo Fernández, María Zabala, Markos Marín, Borja Maestre y Nerea Mazo. Fernando Guillén Cuervo encarna a Sir Wilfrid Robarts, el abogado defensor de Leonard Vole, un joven acusado de haber asesinado a una anciana; su defensa parece tarea imposible. «Es un gran personaje, y la función, un teatro muy de texto, que se va desarrollando a través de los actores». «Sé que es mucho decir sobre alguien que ha escrito ‘ La ratonera ‘ o ‘ Diez negritos’ , pero ‘Testigo de cargo’ es sin duda su obra más redonda, ambiciosa y actual», corrobora en el programa de mano Roberto Santiago. Fernando Bernués amplía la definición: «Es un ‘thriller’ judicial al uso».Alfredo Marqueríe hablaba también de la «dosificación del enigma» como una de las virtudes del género detectivesco. «Una de las cosas que tenemos que hacer los actores en escena es medir esa tensión, sí -reconoce Fernando Guillén-, saber en qué frecuencia está cada momento para generar más relajo o generar más tensión en los espectadores».’Testigo de Cargo’ es una muestra perfecta de teatro británico, tanto en sus personajes como en el ambiente. Fernando Bernués, dice Guillén Cuervo, «no ha querido recurrir a una función muy costumbrista, sino que la ha situado en un espacio un poco más conceptual y un poco más evocador». Lo británico está, añade, «en la manera de vestir de los personajes y, en el caso del mío, en sus maneras un poco de dandi». La puesta en escena, tercia el director, es un homenaje a la propia Agatha Christie; el escenario es una «metafórica hoja en blanco. El público asiste a la creación de la obra de teatro; la inspiración llega, las teclas de la máquina de escribir empiezan a volar… ¡que empiece la música!»Roberto Santiago asegura que la obra va más allá del propio ‘thriller’: «En ella se tratan temas esenciales como la toxicidad de las relaciones de pareja, la manipulación de las personas que amamos o el límite de la justicia. También, y eso solo se atrevería a hacerlo alguien que vivió mucho y muy deprisa, se habla de la identidad humana: quiénes somos en distintos momentos de nuestras vidas; cómo esa esencia es algo mutable, en permanente cambio». Hace suyas estas palabras Guillén Cuervo: «La base es su argumento policial, pero apunta a la condición humana, a la pasión por el trabajo, a la deslealtad… Los personajes van destilando estas cosas, que son universales y comunes al ser humano». ¿Pero con humor? «Sí, es una obra que se basa en la tensión, no es una comedia, pero hay de repente brotes de humor que relajan esa tensión y que contrapesan un poco el ritmo de la función».Noticia Relacionada GRAN CANARIA estandar No El hotel por el que pasaron Agatha Christie, Ava Gardner y Churchill Rocío JiménezTermina Fernando Guillén Cuervo alabando a la autora. «Una de las virtudes de la pluma de Agatha Christie es que conduce al espectador hacia un lugar; éste cree que está allí y de repente hay un giro insospechado que le colocan en otro lugar. Es una gran relojera de las tramas . Arma las historias con una precisión enorme para generar esas sorpresas, generar esos giros inesperados. Quizá la mejor del género, claro».
La obra sube a escena en el Teatro Fernán Gómez con Fernando Guillén Cuervo como principal protagonista
«¿Qué es lo que debe encerrar una pieza del género detectivesco para triunfar ante el público?» -se preguntaba Alfredo Marqueríe, cuando se estrenó en España ‘Testigo de cargo‘-. El propio crítico de ABC señalaba las virtudes de la obra de Agatha Christie
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