Estados Unidos ha anunciado de nuevo su retirada de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según confirmó el Departamento de Estado este martes 22 de julio de 2025. La medida, que se hará efectiva a finales de 2026, marca la segunda vez que una administración presidida por Donald Trump decide abandonar esta agencia de la ONU, a la que acusa de antisemitismo por sus críticas a Israel.Durante décadas, Washington fue el principal financiador de la UNESCO, cubriendo hasta un 22% de su presupuesto anual, unos 80 millones de dólares, hasta que suspendió sus aportes en 2011 tras la admisión de Palestina como Estado miembro, en cumplimiento de una ley federal. El corte de fondos se produjo durante la presidencia de Barack Obama, lo que generó una supuesta deuda que se acumuló a lo largo de más de una década.Posteriormente, la primera administración de Trump anunció en 2017 la retirada formal de Estados Unidos de la UNESCO, alegando un sesgo antiisraelí en la organización. Anteriormente, en 1984, el gobierno de Ronald Reagan también había retirado a Estados Unidos de la UNESCO, y no fue hasta 2003, bajo la presidencia de George W. Bush, cuando se reincorporó.Tras más de diez años sin contribuciones, el regreso de Estados Unidos en 2023 con la administración Biden implicó el pago de una deuda acumulada de 619 millones de dólares. En el ciclo 2022-2023, el presupuesto ajustado de la UNESCO alcanzó los 1.500 millones de dólares, y la contribución estadounidense en 2025 apenas representa el 8% del total, reflejo del proceso de diversificación de ingresos llevado a cabo por la organización.La decisión de Trump se enmarca en una revisión más amplia de la participación estadounidense en organismos multilaterales, en cumplimiento de una orden ejecutiva (decreto) firmada por el presidente en febrero, que también incluyó la retirada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, justificó la retirada señalando que «la participación continuada en la UNESCO no está alineada con los intereses nacionales de Estados Unidos» y acusó a la organización de impulsar «causas sociales y culturales divisivas» y de mantener «un enfoque desproporcionado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU».Añadió en un comunicado que estos objetivos representan «una agenda ideológica globalista» incompatible con la política exterior de «América Primero» de la actual administración. Una portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, afirmó en un correo que la UNESCO «apoya causas culturales y sociales ‘woke’» y que la pertenencia de Estados Unidos a cualquier organismo internacional debe alinearse con sus «intereses nacionales».La retirada de 2019 se produjo tras años de tensiones, particularmente por la decisión de la agencia en 2011 de otorgar la membresía plena a Palestina, lo que activó una ley estadounidense que obliga a suspender toda financiación a cualquier organismo de la ONU que reconozca a Palestina como Estado miembro.La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, lamentó la decisión, aunque indicó que «la organización está preparada» y que el impacto presupuestario será limitado, según la agencia AP.La UNESCO, con sede en París y fundada en 1945, cuenta con 194 Estados miembros. Ha inscrito más de 1.200 sitios en la Lista del Patrimonio Mundial desde 1972 y mantiene un listado adicional de patrimonio cultural inmaterial. Entre sus principales áreas de acción se incluyen la promoción de la alfabetización, la igualdad de género, la educación sexual integral, el acceso al agua potable, la protección de los océanos y el desarrollo de estándares éticos sobre inteligencia artificial. Estados Unidos ha anunciado de nuevo su retirada de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), según confirmó el Departamento de Estado este martes 22 de julio de 2025. La medida, que se hará efectiva a finales de 2026, marca la segunda vez que una administración presidida por Donald Trump decide abandonar esta agencia de la ONU, a la que acusa de antisemitismo por sus críticas a Israel.Durante décadas, Washington fue el principal financiador de la UNESCO, cubriendo hasta un 22% de su presupuesto anual, unos 80 millones de dólares, hasta que suspendió sus aportes en 2011 tras la admisión de Palestina como Estado miembro, en cumplimiento de una ley federal. El corte de fondos se produjo durante la presidencia de Barack Obama, lo que generó una supuesta deuda que se acumuló a lo largo de más de una década.Posteriormente, la primera administración de Trump anunció en 2017 la retirada formal de Estados Unidos de la UNESCO, alegando un sesgo antiisraelí en la organización. Anteriormente, en 1984, el gobierno de Ronald Reagan también había retirado a Estados Unidos de la UNESCO, y no fue hasta 2003, bajo la presidencia de George W. Bush, cuando se reincorporó.Tras más de diez años sin contribuciones, el regreso de Estados Unidos en 2023 con la administración Biden implicó el pago de una deuda acumulada de 619 millones de dólares. En el ciclo 2022-2023, el presupuesto ajustado de la UNESCO alcanzó los 1.500 millones de dólares, y la contribución estadounidense en 2025 apenas representa el 8% del total, reflejo del proceso de diversificación de ingresos llevado a cabo por la organización.La decisión de Trump se enmarca en una revisión más amplia de la participación estadounidense en organismos multilaterales, en cumplimiento de una orden ejecutiva (decreto) firmada por el presidente en febrero, que también incluyó la retirada del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, justificó la retirada señalando que «la participación continuada en la UNESCO no está alineada con los intereses nacionales de Estados Unidos» y acusó a la organización de impulsar «causas sociales y culturales divisivas» y de mantener «un enfoque desproporcionado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU».Añadió en un comunicado que estos objetivos representan «una agenda ideológica globalista» incompatible con la política exterior de «América Primero» de la actual administración. Una portavoz de la Casa Blanca, Anna Kelly, afirmó en un correo que la UNESCO «apoya causas culturales y sociales ‘woke’» y que la pertenencia de Estados Unidos a cualquier organismo internacional debe alinearse con sus «intereses nacionales».La retirada de 2019 se produjo tras años de tensiones, particularmente por la decisión de la agencia en 2011 de otorgar la membresía plena a Palestina, lo que activó una ley estadounidense que obliga a suspender toda financiación a cualquier organismo de la ONU que reconozca a Palestina como Estado miembro.La directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, lamentó la decisión, aunque indicó que «la organización está preparada» y que el impacto presupuestario será limitado, según la agencia AP.La UNESCO, con sede en París y fundada en 1945, cuenta con 194 Estados miembros. Ha inscrito más de 1.200 sitios en la Lista del Patrimonio Mundial desde 1972 y mantiene un listado adicional de patrimonio cultural inmaterial. Entre sus principales áreas de acción se incluyen la promoción de la alfabetización, la igualdad de género, la educación sexual integral, el acceso al agua potable, la protección de los océanos y el desarrollo de estándares éticos sobre inteligencia artificial.
Donald Trump daría así un paso más en su estrategia de alejar al país de instituciones internacionales, según el ‘New York Post’
Estados Unidos abandonará la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), en una nueva muestra del presidente Donald Trump de su intención de alejar al país de instituciones internacionales que ha criticado durante años, informó este martes el ‘New York Post’, citando a un funcionario de la Casa Blanca. La Casa Blanca ha rehusado hacer comentarios.
La medida supone un golpe para esta agencia con sede en París, fundada tras la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de promover la paz mediante la cooperación internacional en los ámbitos de la educación, la ciencia y la cultura.
Trump ya había adoptado medidas similares durante su primer mandato, retirándose de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el Acuerdo de París sobre cambio climático y el pacto nuclear con Irán.
Su sucesor, Joe Biden, revirtió esas decisiones tras asumir el cargo en 2021, reincorporando a Estados Unidos a la Unesco, la OMS y el acuerdo climático.
Con el regreso de Trump a la presidencia, el país está una vez más abandonando varios organismos internacionales. Su administración también ha ordenado una pausa de 90 días en toda la asistencia exterior estadounidense, con el fin de evaluar su alineación con las prioridades de política exterior del presidente.
La Unesco es ampliamente conocida por su labor en la designación de sitios Patrimonio de la Humanidad, como el Gran Cañón en Estados Unidos o la antigua ciudad de Palmira en Siria.
Estados Unidos fue uno de los miembros fundadores de la Unesco en 1945, pero se retiró por primera vez en 1984 en protesta por una supuesta mala gestión financiera y un sesgo antiestadounidense percibido. Regresó casi dos décadas después, en 2003, bajo la presidencia de George W. Bush, quien afirmó entonces que la agencia había emprendido reformas necesarias.
Funcionarios de la Unesco señalaron que la agencia actualmente depende mucho menos de Estados Unidos que en el pasado. Sin embargo, reconocieron que la salida tendría un impacto, aunque limitado, en algunos de los programas financiados por Washington.
En la actualidad, Estados Unidos aporta alrededor del 8% del presupuesto total de la Unesco, una cifra inferior al 20% que representaba cuando Trump decidió por primera vez retirar al país de la organización.
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