Dijo Baudelaire que «esta vida es como un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama. A este le gustaría sufrir junto a la estufa y este otro cree que mejoraría delante de la ventana». La frase, que es un diagnóstico certero de la eterna insatisfacción humana, agudizada todavía más en la época moderna con el abanico engañoso de sus infinitas opciones, sirve muy bien para describir los cuentos que conforman ‘Un lugar mejor’, el nuevo libro del escritor bilbaíno Pedro Ugarte (1963). La uniformidad de este destino se refuerza aquí con dos reiteraciones que son como las vigas maestras del conjunto: el nombre del protagonista de los relatos, que invariablemente es Jorge (de hecho, así se llama el protagonista de los cuatro libros de cuentos de Ugarte que he leído), y la aparición expresa en diez de los doce textos de la frase que sirve de título y leitmotiv: un lugar mejor. RELATOS ‘Un lugar mejor’ Autor Pedro Ugarte Editorial Páginas de Espuma Año 2024 Páginas 208 Precio 17 euros 4Desde este punto de vista, los personajes ocupan su espacio en una paleta que solo parece contener una escala de grises. Discretos matices en ese cuadro yermo de la vida que también pudiera llamarse ‘las ilusiones perdidas’. Aunque la metáfora que ha escogido el autor es la del tren y el viaje. Los doce cuentos están distribuidos en cuatro apartados que son, a su vez, cuatro paradas en un trayecto donde el paisaje es menos interesante que los abismos interiores de sus viajeros: Estación de la memoria, Estación de la soledad, Estación de la mentira y Cuentos de la última estación.Fardo de las costumbresEn este recorrido aparecerán territorios y situaciones familiares a los lectores de Ugarte: el mundo pesadillesco de la burocracia corporativa («esa pirámide de miedo y frustración»); la distancia anhelante, insalvable, de sus personajes masculinos con respecto a lo femenino («Elegía en el metro, cada mañana, una mujer de la cual enamorarme»); el fardo de las costumbres y los vínculos del pasado («Lo peor de la memoria es cuando el presente la desdice. Puedes recordar el pasado, pero no insistir en él»); la comedia de la falsa felicidad y el ascenso social en la vida de pareja («Eugenia y yo no jugábamos bien al tenis, ni siquiera estoy seguro de que nos gustara hacerlo, pero andar y correr nos aburría y lo que teníamos claro es que debíamos practicar algún deporte»), entre otros tópicos por los que se pasea con su maestría ya habitual. Con ‘Un lugar mejor’ Pedro Ugarte confirma que es uno de los mejores cuentistas de nuestro idioma. Y desde hace ya varios años, sin por ello hacer concesiones con los imperativos morales o publicitarios tan a la mano hoy en día. Al contrario, insiste en un pesimismo militante , esperanzador a base de tozudez, heroico en su constancia. Al final, esta es la vida que nos ha tocado, parecen decirnos sus historias. Debemos vivirla y aprender a amarla y aceptarla tal como es . Y además, uno nunca sabe qué nos aguarda en la próxima parada. Dijo Baudelaire que «esta vida es como un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama. A este le gustaría sufrir junto a la estufa y este otro cree que mejoraría delante de la ventana». La frase, que es un diagnóstico certero de la eterna insatisfacción humana, agudizada todavía más en la época moderna con el abanico engañoso de sus infinitas opciones, sirve muy bien para describir los cuentos que conforman ‘Un lugar mejor’, el nuevo libro del escritor bilbaíno Pedro Ugarte (1963). La uniformidad de este destino se refuerza aquí con dos reiteraciones que son como las vigas maestras del conjunto: el nombre del protagonista de los relatos, que invariablemente es Jorge (de hecho, así se llama el protagonista de los cuatro libros de cuentos de Ugarte que he leído), y la aparición expresa en diez de los doce textos de la frase que sirve de título y leitmotiv: un lugar mejor. RELATOS ‘Un lugar mejor’ Autor Pedro Ugarte Editorial Páginas de Espuma Año 2024 Páginas 208 Precio 17 euros 4Desde este punto de vista, los personajes ocupan su espacio en una paleta que solo parece contener una escala de grises. Discretos matices en ese cuadro yermo de la vida que también pudiera llamarse ‘las ilusiones perdidas’. Aunque la metáfora que ha escogido el autor es la del tren y el viaje. Los doce cuentos están distribuidos en cuatro apartados que son, a su vez, cuatro paradas en un trayecto donde el paisaje es menos interesante que los abismos interiores de sus viajeros: Estación de la memoria, Estación de la soledad, Estación de la mentira y Cuentos de la última estación.Fardo de las costumbresEn este recorrido aparecerán territorios y situaciones familiares a los lectores de Ugarte: el mundo pesadillesco de la burocracia corporativa («esa pirámide de miedo y frustración»); la distancia anhelante, insalvable, de sus personajes masculinos con respecto a lo femenino («Elegía en el metro, cada mañana, una mujer de la cual enamorarme»); el fardo de las costumbres y los vínculos del pasado («Lo peor de la memoria es cuando el presente la desdice. Puedes recordar el pasado, pero no insistir en él»); la comedia de la falsa felicidad y el ascenso social en la vida de pareja («Eugenia y yo no jugábamos bien al tenis, ni siquiera estoy seguro de que nos gustara hacerlo, pero andar y correr nos aburría y lo que teníamos claro es que debíamos practicar algún deporte»), entre otros tópicos por los que se pasea con su maestría ya habitual. Con ‘Un lugar mejor’ Pedro Ugarte confirma que es uno de los mejores cuentistas de nuestro idioma. Y desde hace ya varios años, sin por ello hacer concesiones con los imperativos morales o publicitarios tan a la mano hoy en día. Al contrario, insiste en un pesimismo militante , esperanzador a base de tozudez, heroico en su constancia. Al final, esta es la vida que nos ha tocado, parecen decirnos sus historias. Debemos vivirla y aprender a amarla y aceptarla tal como es . Y además, uno nunca sabe qué nos aguarda en la próxima parada.
CRÍTICA DE:
Narrativa
Con esta obra, el escritor bilbaíno confirma que es uno de los mejores cuentistas de nuestro idioma. Y desde hace varios años
Dijo Baudelaire que «esta vida es como un hospital en el que cada enfermo está poseído por el deseo de cambiar de cama. A este le gustaría sufrir junto a la estufa y este otro cree que mejoraría delante de la ventana». La …
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