Este fin de semana se estrena ‘Tierra baja’, en la que Aitana Sánchez-Gijón está en casi todos sus planos; es la protagonista absoluta y ese detalle convierte a echarle un ojo a la película en un deber ineludible para todos aquellos a los que les guste el cine y les guste Aitana Sánchez-Gijón, es decir, a todo el mundo. Y unos días después, el 8 de febrero, esta gran actriz con hechuras de estrella recibirá el Goya de Honor que, aunque algo prematuro dada su edad (la más joven en recibirlo), no puede ser más merecido para alguien que lleva hecho tanto cine, teatro y televisión.Aitana Sánchez Gijón , nacida en Roma como Cayo Julio César Augusto y ahijada de Aitana Alberti, hija de Rafael, comenzó muy joven a trabajar con grandes directores, con Gonzalo Suárez (‘Remando al viento’), con Fernando Fernán Gómez (‘El mar y el tiempo’), Fernando Colomo (‘Bajarse al moro’), Pilar Miró, Giménez Rico, Gómez Pereira…, y dio enseguida su saltito a Hollywood, con Alfonso Aráu, ‘Un paseo por las nubes’, junto a Keanu Reeves, y muchos en Argentina, con Adolfo Aristaráin, Juan José Campanella, Luis Puenzo. Por buscarle un punto clave a su filmografía, puede señalarse la película ‘La camarera del Titanic’, que dirigió Bigas Luna en 1997, aunque podrían valer otros, como su ‘Yerma’ dirigida por Pilar Távora.Noticia Relacionada estandar No Aitana Sánchez-Gijón, Goya de Honor 2025: «Esta profesión es como un sacerdocio» F. MuñozEn televisión ha sido ‘La Regenta’, con dirección de Fernando Méndez Leite, o Dorotea en ‘El Quijote’ de Gutiérrez Aragón, y en teatro lo ha sido todo, incluso ‘La gata sobre el tejado de zinc’ con dirección de Mario Gas, o todas las grandes Juanas, desde la Papisa, a ‘la loca’, la de Arco o Sor Juana Inés de la Cruz, en dramaturgia de Juan Carlos Rubio, y junto a Vargas Llosa en ‘Los cuentos de la peste’ o ese gran dúo de la Pícara Elena que hacía con Marta Poveda en ‘Malvivir’.Nada más que un pequeño paseo por la carrera profesional de Aitana Sánchez-Gijón que, por ahorrar papel, lo dejamos en este punto para centrarnos en el motivo que la trae a esta página, el estreno de ‘Tierra baja’, dirigida por Miguel Santesmases, y donde interpreta a un personaje, Carmen, al cual ennoblece por completo y que le permite a la película respirar al mismo compás que cualquier persona entera que haya comprendido eso de que hay que ir encolando los pedazos de uno mismo según se astillan.Carmen es guionista en retroceso y se ha ido a vivir a una casona solitaria y heredada a las afueras de un pueblo de Teruel; lleva una vida sencilla, buenas relaciones de vecindad y ha cortado el hilo con su agitada vida anterior; pero, aparece un nudo para atar ese hilo, Eduardo Llanos, un productor de cine y un hombre al que amó y de quien recibe una nota turbadora: ‘nunca te he olvidado’…, en fin, material dramático para que el rocoso actor Pere Arquillué entre en acción y le dé trabajo extra a la guionista, Ángeles González-Sinde.La puesta en escena es sencilla, como toda la película salvo la ‘x’ del argumento que hay que despejar, y consiste en que a la cámara de Alberto Pareja no se le escape ni un gramo del encanto de esta actriz que mira siempre a la pantalla desde el interior de su personaje, desabrochándose sus estados de ánimo, desde la tal vez felicidad a la evidente amargura, y dejando en ella, la pantalla, que un leve rastro, un señuelo de lo ficticio (literario) se complique y trastorne a la mera realidad. Hay gracia y truco en esa ‘x’ argumental, y también intención evocadora, vida no vivida y encolado de viejos pedazos de uno mismo. En realidad, y aunque lo parezca, nada del otro mundo, pero sí una recolocación de esos sentimientos astillados que Aitana Sánchez-Gijón recompone y escayola mediante una interpretación profunda y llena de exquisito atractivo.Aunque Aitana sea un nombre sin un origen etimológico claro (latín, árabe, íbero, incluso hebreo…) y entre sus muchos posibles significados no esté el de ‘aliciente’, ella, Aitana Sánchez-Gijón , lo es. Un aliciente, un estímulo, y tanto para esta película, ‘Tierra baja’, como para esa ceremonia de los premios Goya que tantas veces se espera con una punta de desgana. No este año. Este fin de semana se estrena ‘Tierra baja’, en la que Aitana Sánchez-Gijón está en casi todos sus planos; es la protagonista absoluta y ese detalle convierte a echarle un ojo a la película en un deber ineludible para todos aquellos a los que les guste el cine y les guste Aitana Sánchez-Gijón, es decir, a todo el mundo. Y unos días después, el 8 de febrero, esta gran actriz con hechuras de estrella recibirá el Goya de Honor que, aunque algo prematuro dada su edad (la más joven en recibirlo), no puede ser más merecido para alguien que lleva hecho tanto cine, teatro y televisión.Aitana Sánchez Gijón , nacida en Roma como Cayo Julio César Augusto y ahijada de Aitana Alberti, hija de Rafael, comenzó muy joven a trabajar con grandes directores, con Gonzalo Suárez (‘Remando al viento’), con Fernando Fernán Gómez (‘El mar y el tiempo’), Fernando Colomo (‘Bajarse al moro’), Pilar Miró, Giménez Rico, Gómez Pereira…, y dio enseguida su saltito a Hollywood, con Alfonso Aráu, ‘Un paseo por las nubes’, junto a Keanu Reeves, y muchos en Argentina, con Adolfo Aristaráin, Juan José Campanella, Luis Puenzo. Por buscarle un punto clave a su filmografía, puede señalarse la película ‘La camarera del Titanic’, que dirigió Bigas Luna en 1997, aunque podrían valer otros, como su ‘Yerma’ dirigida por Pilar Távora.Noticia Relacionada estandar No Aitana Sánchez-Gijón, Goya de Honor 2025: «Esta profesión es como un sacerdocio» F. MuñozEn televisión ha sido ‘La Regenta’, con dirección de Fernando Méndez Leite, o Dorotea en ‘El Quijote’ de Gutiérrez Aragón, y en teatro lo ha sido todo, incluso ‘La gata sobre el tejado de zinc’ con dirección de Mario Gas, o todas las grandes Juanas, desde la Papisa, a ‘la loca’, la de Arco o Sor Juana Inés de la Cruz, en dramaturgia de Juan Carlos Rubio, y junto a Vargas Llosa en ‘Los cuentos de la peste’ o ese gran dúo de la Pícara Elena que hacía con Marta Poveda en ‘Malvivir’.Nada más que un pequeño paseo por la carrera profesional de Aitana Sánchez-Gijón que, por ahorrar papel, lo dejamos en este punto para centrarnos en el motivo que la trae a esta página, el estreno de ‘Tierra baja’, dirigida por Miguel Santesmases, y donde interpreta a un personaje, Carmen, al cual ennoblece por completo y que le permite a la película respirar al mismo compás que cualquier persona entera que haya comprendido eso de que hay que ir encolando los pedazos de uno mismo según se astillan.Carmen es guionista en retroceso y se ha ido a vivir a una casona solitaria y heredada a las afueras de un pueblo de Teruel; lleva una vida sencilla, buenas relaciones de vecindad y ha cortado el hilo con su agitada vida anterior; pero, aparece un nudo para atar ese hilo, Eduardo Llanos, un productor de cine y un hombre al que amó y de quien recibe una nota turbadora: ‘nunca te he olvidado’…, en fin, material dramático para que el rocoso actor Pere Arquillué entre en acción y le dé trabajo extra a la guionista, Ángeles González-Sinde.La puesta en escena es sencilla, como toda la película salvo la ‘x’ del argumento que hay que despejar, y consiste en que a la cámara de Alberto Pareja no se le escape ni un gramo del encanto de esta actriz que mira siempre a la pantalla desde el interior de su personaje, desabrochándose sus estados de ánimo, desde la tal vez felicidad a la evidente amargura, y dejando en ella, la pantalla, que un leve rastro, un señuelo de lo ficticio (literario) se complique y trastorne a la mera realidad. Hay gracia y truco en esa ‘x’ argumental, y también intención evocadora, vida no vivida y encolado de viejos pedazos de uno mismo. En realidad, y aunque lo parezca, nada del otro mundo, pero sí una recolocación de esos sentimientos astillados que Aitana Sánchez-Gijón recompone y escayola mediante una interpretación profunda y llena de exquisito atractivo.Aunque Aitana sea un nombre sin un origen etimológico claro (latín, árabe, íbero, incluso hebreo…) y entre sus muchos posibles significados no esté el de ‘aliciente’, ella, Aitana Sánchez-Gijón , lo es. Un aliciente, un estímulo, y tanto para esta película, ‘Tierra baja’, como para esa ceremonia de los premios Goya que tantas veces se espera con una punta de desgana. No este año.
Este fin de semana se estrena ‘Tierra baja’, en la que Aitana Sánchez-Gijón está en casi todos sus planos; es la protagonista absoluta y ese detalle convierte a echarle un ojo a la película en un deber ineludible para todos aquellos a los que … les guste el cine y les guste Aitana Sánchez-Gijón, es decir, a todo el mundo. Y unos días después, el 8 de febrero, esta gran actriz con hechuras de estrella recibirá el Goya de Honor que, aunque algo prematuro dada su edad (la más joven en recibirlo), no puede ser más merecido para alguien que lleva hecho tanto cine, teatro y televisión.
Aitana Sánchez Gijón, nacida en Roma como Cayo Julio César Augusto y ahijada de Aitana Alberti, hija de Rafael, comenzó muy joven a trabajar con grandes directores, con Gonzalo Suárez (‘Remando al viento’), con Fernando Fernán Gómez (‘El mar y el tiempo’), Fernando Colomo (‘Bajarse al moro’), Pilar Miró, Giménez Rico, Gómez Pereira…, y dio enseguida su saltito a Hollywood, con Alfonso Aráu, ‘Un paseo por las nubes’, junto a Keanu Reeves, y muchos en Argentina, con Adolfo Aristaráin, Juan José Campanella, Luis Puenzo. Por buscarle un punto clave a su filmografía, puede señalarse la película ‘La camarera del Titanic’, que dirigió Bigas Luna en 1997, aunque podrían valer otros, como su ‘Yerma’ dirigida por Pilar Távora.
En televisión ha sido ‘La Regenta’, con dirección de Fernando Méndez Leite, o Dorotea en ‘El Quijote’ de Gutiérrez Aragón, y en teatro lo ha sido todo, incluso ‘La gata sobre el tejado de zinc’ con dirección de Mario Gas, o todas las grandes Juanas, desde la Papisa, a ‘la loca’, la de Arco o Sor Juana Inés de la Cruz, en dramaturgia de Juan Carlos Rubio, y junto a Vargas Llosa en ‘Los cuentos de la peste’ o ese gran dúo de la Pícara Elena que hacía con Marta Poveda en ‘Malvivir’.
Nada más que un pequeño paseo por la carrera profesional de Aitana Sánchez-Gijón que, por ahorrar papel, lo dejamos en este punto para centrarnos en el motivo que la trae a esta página, el estreno de ‘Tierra baja’, dirigida por Miguel Santesmases, y donde interpreta a un personaje, Carmen, al cual ennoblece por completo y que le permite a la película respirar al mismo compás que cualquier persona entera que haya comprendido eso de que hay que ir encolando los pedazos de uno mismo según se astillan.
Carmen es guionista en retroceso y se ha ido a vivir a una casona solitaria y heredada a las afueras de un pueblo de Teruel; lleva una vida sencilla, buenas relaciones de vecindad y ha cortado el hilo con su agitada vida anterior; pero, aparece un nudo para atar ese hilo, Eduardo Llanos, un productor de cine y un hombre al que amó y de quien recibe una nota turbadora: ‘nunca te he olvidado’…, en fin, material dramático para que el rocoso actor Pere Arquillué entre en acción y le dé trabajo extra a la guionista, Ángeles González-Sinde.
La puesta en escena es sencilla, como toda la película salvo la ‘x’ del argumento que hay que despejar, y consiste en que a la cámara de Alberto Pareja no se le escape ni un gramo del encanto de esta actriz que mira siempre a la pantalla desde el interior de su personaje, desabrochándose sus estados de ánimo, desde la tal vez felicidad a la evidente amargura, y dejando en ella, la pantalla, que un leve rastro, un señuelo de lo ficticio (literario) se complique y trastorne a la mera realidad. Hay gracia y truco en esa ‘x’ argumental, y también intención evocadora, vida no vivida y encolado de viejos pedazos de uno mismo. En realidad, y aunque lo parezca, nada del otro mundo, pero sí una recolocación de esos sentimientos astillados que Aitana Sánchez-Gijón recompone y escayola mediante una interpretación profunda y llena de exquisito atractivo.
Aunque Aitana sea un nombre sin un origen etimológico claro (latín, árabe, íbero, incluso hebreo…) y entre sus muchos posibles significados no esté el de ‘aliciente’, ella, Aitana Sánchez-Gijón, lo es. Un aliciente, un estímulo, y tanto para esta película, ‘Tierra baja’, como para esa ceremonia de los premios Goya que tantas veces se espera con una punta de desgana. No este año.
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