Algunas citas de ‘First Dates’ están condenadas al fracaso desde el primer momento. Así ocurrió precisamente con el encuentro que mantuvieron Maribel (80) y Ramón (72): empezó mal y acabó peor. Ramón , un empresario valenciano jubilado, acudía al ‘dating show’ con el propósito de encontrar una compañera para compartir sus días. Al ser preguntado por su prototipo no puso demasiados requisitos, alegando que «me encantan todo tipo de mujeres». Eso sí, exceptuando las «malas», a esas «no quiero verlas en pintura». Sin embargo, él tampoco había sido un santo con sus parejas. «He sido infiel a mi ex mujer, me pilló con otro amigo en un festival del Mediterráneo. Se llevaba lo que se llamaba ‘de rodríguez’, las mujeres iban al campo o la playa con los hijos y los padres hacíamos nuestras fiestas», confesó. Noticia Relacionada Cuarto Milenio estandar No Iker Jiménez desvela las razones de su salida de la Cadena SER Mari Carmen Parra El periodista quiso acabar con cualquier tipo de rumor, dejando claro los motivos por los que se marchó de la emisoraDespués llegaba al restaurante del amor de Cuatro Maribe l, una empresaria jubilada de Santander «muy coqueta y orgullosa». «Me gusta verme bien. Si yo me veo bien, pienso que los demás también me verán bien», declaró al presentarse. Sabe que no aparenta en absoluto la edad que tiene, por eso dejó claro que el motivo de su eterna juventud le viene de serie. «Yo nunca me he hecho ningún retoque ni nada. Mi madre tenía 90 y pico años y no tenía ninguna arruga».Ramón cayó rendido a sus encantos al verla, dado que«me ha parecido una preciosidad, es muy guapa». Nada que ver con la primera impresión de ella hacia el soltero. «Me parecido un chico poco guapo. Vamos, más bien feo», expresó sin cortarse un pelo. Una vez en la mesa, comenzaron a explorar si tenían cosas en común. Pero enseguida quedó claro, sobre todo por parte de Maribel , que faltaba muchísima chispa entre los dos comensales. Ramón, toda una caja de sorpresasDe hecho, no podían ser más diferentes. En un momento dado, Ramón comentaba con su cita sus andanzas amorosas, entre ellas una aventura con una amante desde hace 35 años. «He conocido cinco maridos. Desde el primer día tuvimos claro que solo era sexo», revelaba el hombre, dejando a su cita un tanto anonadada. «No sé qué amante será esa, muy desesperada tiene que estar», apostillaba Maribel ante las cámaras. Aunque la auténtica sorpresa se la dio Ramón a Maribe l al desvelar su intención de tener hijos. «Me han propuesto dar mi semilla e incluso tengo un amigo que con 74 años ha dejado a una embarazada. Yo le digo, Tomás, ‘eres un fenómeno’». Ante semejante confesión, la soltera se llevaba las manos a la cabeza. «A mí me parece un escándalo. Es una cosa fuera de lo normal. Nunca he oído una cosa así». El restaurante de ‘First Dates durante la cena de Maribel y Ramón CuatroDe mal en peor, a Ramón se le ocurrió hablar explícitamente de sexo, un tema que Maribel no quería tocar con él. Con todo, su cita no solo insistió, sino que le preguntó a bocajarro si se masturbaba. «Eso es mejor no hablarlo», replicaba la mujer. No obstante, no se dio por vencido. «¿Sí o no? Si juegas tú sola en la intimidad quiere decir que estás viva», perseveró Ramón . Muy incómoda ante los derroteros que la velada había tomado, la santanderina tachó a su pretendiente como «maleducado y vulgar» cuando se desahogó con el equipo del programa. Luego llegaba la decisión final, aunque para Maribel estaba todo dicho. Por más que Ramón quiso seguir conociéndola, ella sentenció la noche dándole calabazas, manifestando que «no es el tipo de hombre que me gusta». Algunas citas de ‘First Dates’ están condenadas al fracaso desde el primer momento. Así ocurrió precisamente con el encuentro que mantuvieron Maribel (80) y Ramón (72): empezó mal y acabó peor. Ramón , un empresario valenciano jubilado, acudía al ‘dating show’ con el propósito de encontrar una compañera para compartir sus días. Al ser preguntado por su prototipo no puso demasiados requisitos, alegando que «me encantan todo tipo de mujeres». Eso sí, exceptuando las «malas», a esas «no quiero verlas en pintura». Sin embargo, él tampoco había sido un santo con sus parejas. «He sido infiel a mi ex mujer, me pilló con otro amigo en un festival del Mediterráneo. Se llevaba lo que se llamaba ‘de rodríguez’, las mujeres iban al campo o la playa con los hijos y los padres hacíamos nuestras fiestas», confesó. Noticia Relacionada Cuarto Milenio estandar No Iker Jiménez desvela las razones de su salida de la Cadena SER Mari Carmen Parra El periodista quiso acabar con cualquier tipo de rumor, dejando claro los motivos por los que se marchó de la emisoraDespués llegaba al restaurante del amor de Cuatro Maribe l, una empresaria jubilada de Santander «muy coqueta y orgullosa». «Me gusta verme bien. Si yo me veo bien, pienso que los demás también me verán bien», declaró al presentarse. Sabe que no aparenta en absoluto la edad que tiene, por eso dejó claro que el motivo de su eterna juventud le viene de serie. «Yo nunca me he hecho ningún retoque ni nada. Mi madre tenía 90 y pico años y no tenía ninguna arruga».Ramón cayó rendido a sus encantos al verla, dado que«me ha parecido una preciosidad, es muy guapa». Nada que ver con la primera impresión de ella hacia el soltero. «Me parecido un chico poco guapo. Vamos, más bien feo», expresó sin cortarse un pelo. Una vez en la mesa, comenzaron a explorar si tenían cosas en común. Pero enseguida quedó claro, sobre todo por parte de Maribel , que faltaba muchísima chispa entre los dos comensales. Ramón, toda una caja de sorpresasDe hecho, no podían ser más diferentes. En un momento dado, Ramón comentaba con su cita sus andanzas amorosas, entre ellas una aventura con una amante desde hace 35 años. «He conocido cinco maridos. Desde el primer día tuvimos claro que solo era sexo», revelaba el hombre, dejando a su cita un tanto anonadada. «No sé qué amante será esa, muy desesperada tiene que estar», apostillaba Maribel ante las cámaras. Aunque la auténtica sorpresa se la dio Ramón a Maribe l al desvelar su intención de tener hijos. «Me han propuesto dar mi semilla e incluso tengo un amigo que con 74 años ha dejado a una embarazada. Yo le digo, Tomás, ‘eres un fenómeno’». Ante semejante confesión, la soltera se llevaba las manos a la cabeza. «A mí me parece un escándalo. Es una cosa fuera de lo normal. Nunca he oído una cosa así». El restaurante de ‘First Dates durante la cena de Maribel y Ramón CuatroDe mal en peor, a Ramón se le ocurrió hablar explícitamente de sexo, un tema que Maribel no quería tocar con él. Con todo, su cita no solo insistió, sino que le preguntó a bocajarro si se masturbaba. «Eso es mejor no hablarlo», replicaba la mujer. No obstante, no se dio por vencido. «¿Sí o no? Si juegas tú sola en la intimidad quiere decir que estás viva», perseveró Ramón . Muy incómoda ante los derroteros que la velada había tomado, la santanderina tachó a su pretendiente como «maleducado y vulgar» cuando se desahogó con el equipo del programa. Luego llegaba la decisión final, aunque para Maribel estaba todo dicho. Por más que Ramón quiso seguir conociéndola, ella sentenció la noche dándole calabazas, manifestando que «no es el tipo de hombre que me gusta».
Algunas citas de ‘First Dates’ están condenadas al fracaso desde el primer momento. Así ocurrió precisamente con el encuentro que mantuvieron Maribel (80) y Ramón (72): empezó mal y acabó peor.
Ramón, un empresario valenciano jubilado, acudía al ‘dating show’ con el propósito de encontrar una compañera para compartir sus días. Al ser preguntado por su prototipo no puso demasiados requisitos, alegando que «me encantan todo tipo de mujeres». Eso sí, exceptuando las «malas», a esas «no quiero verlas en pintura». Sin embargo, él tampoco había sido un santo con sus parejas. «He sido infiel a mi ex mujer, me pilló con otro amigo en un festival del Mediterráneo. Se llevaba lo que se llamaba ‘de rodríguez’, las mujeres iban al campo o la playa con los hijos y los padres hacíamos nuestras fiestas», confesó.
Después llegaba al restaurante del amor de CuatroMaribel, una empresaria jubilada de Santander «muy coqueta y orgullosa». «Me gusta verme bien. Si yo me veo bien, pienso que los demás también me verán bien», declaró al presentarse. Sabe que no aparenta en absoluto la edad que tiene, por eso dejó claro que el motivo de su eterna juventud le viene de serie. «Yo nunca me he hecho ningún retoque ni nada. Mi madre tenía 90 y pico años y no tenía ninguna arruga».
Ramón cayó rendido a sus encantos al verla, dado que«me ha parecido una preciosidad, es muy guapa». Nada que ver con la primera impresión de ella hacia el soltero. «Me parecido un chico poco guapo. Vamos, más bien feo», expresó sin cortarse un pelo.
Una vez en la mesa, comenzaron a explorar si tenían cosas en común. Pero enseguida quedó claro, sobre todo por parte de Maribel, que faltaba muchísima chispa entre los dos comensales.
Ramón, toda una caja de sorpresas
De hecho, no podían ser más diferentes. En un momento dado, Ramón comentaba con su cita sus andanzas amorosas, entre ellas una aventura con una amante desde hace 35 años. «He conocido cinco maridos. Desde el primer día tuvimos claro que solo era sexo», revelaba el hombre, dejando a su cita un tanto anonadada. «No sé qué amante será esa, muy desesperada tiene que estar», apostillaba Maribel ante las cámaras.
Aunque la auténtica sorpresa se la dio Ramón a Maribel al desvelar su intención de tener hijos. «Me han propuesto dar mi semilla e incluso tengo un amigo que con 74 años ha dejado a una embarazada. Yo le digo, Tomás, ‘eres un fenómeno’». Ante semejante confesión, la soltera se llevaba las manos a la cabeza. «A mí me parece un escándalo. Es una cosa fuera de lo normal. Nunca he oído una cosa así».
De mal en peor, a Ramón se le ocurrió hablar explícitamente de sexo, un tema que Maribel no quería tocar con él. Con todo, su cita no solo insistió, sino que le preguntó a bocajarro si se masturbaba. «Eso es mejor no hablarlo», replicaba la mujer. No obstante, no se dio por vencido. «¿Sí o no? Si juegas tú sola en la intimidad quiere decir que estás viva», perseveró Ramón. Muy incómoda ante los derroteros que la velada había tomado, la santanderina tachó a su pretendiente como «maleducado y vulgar» cuando se desahogó con el equipo del programa.
Luego llegaba la decisión final, aunque para Maribel estaba todo dicho. Por más que Ramón quiso seguir conociéndola, ella sentenció la noche dándole calabazas, manifestando que «no es el tipo de hombre que me gusta».
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