En esta meseta del páramo castellano, sacudida por el viento, dicen los historiadores que Sulpicio Galba se proclamó emperador tras la muerte de Nerón . Hoy, las ruinas de Clunia testimonian el esplendor de la que fue una de las mayores ciudades de la Hispania Citerior con una población de más de 30.000 habitantes. Cruce de vías romanas entre Tarraco y Asturica Augusta (Astorga), fue devastada en el siglo III después de Jesucristo por los bárbaros procedentes de la Galia.Enclavada en el sur de Burgos , junto a un afluente del Duero y a más de 1.000 metros de altura, hay que tomar una carretera regional para llegar a la antigua villa, cerca de Coruña del Conde, un pueblo de 100 habitantes. Muy pocos se adentran por estos parajes en los meses de otoño e invierno, en los que el frío invade el desolado cerro en el que los arévacos, vinculados a los celtíberos, levantaron un poblado sobre el que, siglos más tarde, se construyó Clunia.La ciudad fue saqueada y sus piedras fueron trasladadas a las localidades vecinas hasta que el Gobierno declaró el lugar monumento nacional en los años de la II República. Las excavaciones iniciadas en 1915 consiguieron rescatar los restos del Foro, varias casas, calles, estatuas y mosaicos. Pero hay una construcción que ha sobrevivido durante más de veinte siglos: el teatro . Fue erigido en la época de Tiberio, el sucesor de Octavio Augusto. Tenía una capacidad para 10.000 espectadores.Su diámetro total es de 102 metros y sus gradas, bien conservadas, fueron labradas sobre una ladera desde la que se domina el escenario. Tenía una fachada de dos alturas, enmarcada por columnas de estilo corintio. Se sabe que fue remodelado en el siglo II para adecuarlo a su uso como anfiteatro. Las excavaciones han permitido también recuperar las ruinas del Foro , que medía 160 metros de largo y albergaba un templo dedicado a Júpiter , unas termas, varias casas y vestigios de un avanzado sistema de distribución del agua. Una bella estatua de Isis fue trasladada al museo arqueológico de Burgos . Monedas, cerámicas y vidrios fueron hallados al remover el terreno en los años 20.Clunia vivió su momento de mayor auge económico y militar en el siglo I, con una población de más de 30.000 habitantesGalba se hallaba en Clunia tras haberse rebelado contra Nerón. Allí tuvo noticia de su muerte y se proclamó emperador en el año 68 después de Cristo. En la época de Vespasiano , la ciudad vivió sus momentos de mayor auge económico y militar. Disponía de dos termas con un sofisticado sistema de calefacción y unas canalizaciones que llevaban el agua a sus cientos de viviendas.Tras una decadencia de más de cuatro siglos, la ciudad fue conquistada en el 713 por el general bereber Tariq Ziyad . En 912, fue reconquistada por las tropas cristianas, que emplazaron su campamento en el lugar que hoy ocupa Coruña del Conde. Las piedras de Clunia fueron aprovechadas para levantar el majestuoso castillo de esa localidad, cuyos restos se elevan sobre un promontorio.Según los datos del centro de acogida de Clunia, hubo 22.000 personas que pasaron el año pasado por sus ruinas, de 120 hectáreas de extensión. Una parte de esta afluencia corresponde al festival de teatro que se organiza en verano, la estación en la que muchos turistas aprovechan su visita a Silos para acercarse a esta villa romana, situada en la España vacía, en las tierras de Fernán González , el fundador de Castilla . El contraste entre los páramos desiertos y desolados de la zona y el antiguo esplendor de Clunia invita a meditar sobre la decadencia de una cultura y un imperio que quedaron reducidos a cenizas tras dominar el mundo. En esta meseta del páramo castellano, sacudida por el viento, dicen los historiadores que Sulpicio Galba se proclamó emperador tras la muerte de Nerón . Hoy, las ruinas de Clunia testimonian el esplendor de la que fue una de las mayores ciudades de la Hispania Citerior con una población de más de 30.000 habitantes. Cruce de vías romanas entre Tarraco y Asturica Augusta (Astorga), fue devastada en el siglo III después de Jesucristo por los bárbaros procedentes de la Galia.Enclavada en el sur de Burgos , junto a un afluente del Duero y a más de 1.000 metros de altura, hay que tomar una carretera regional para llegar a la antigua villa, cerca de Coruña del Conde, un pueblo de 100 habitantes. Muy pocos se adentran por estos parajes en los meses de otoño e invierno, en los que el frío invade el desolado cerro en el que los arévacos, vinculados a los celtíberos, levantaron un poblado sobre el que, siglos más tarde, se construyó Clunia.La ciudad fue saqueada y sus piedras fueron trasladadas a las localidades vecinas hasta que el Gobierno declaró el lugar monumento nacional en los años de la II República. Las excavaciones iniciadas en 1915 consiguieron rescatar los restos del Foro, varias casas, calles, estatuas y mosaicos. Pero hay una construcción que ha sobrevivido durante más de veinte siglos: el teatro . Fue erigido en la época de Tiberio, el sucesor de Octavio Augusto. Tenía una capacidad para 10.000 espectadores.Su diámetro total es de 102 metros y sus gradas, bien conservadas, fueron labradas sobre una ladera desde la que se domina el escenario. Tenía una fachada de dos alturas, enmarcada por columnas de estilo corintio. Se sabe que fue remodelado en el siglo II para adecuarlo a su uso como anfiteatro. Las excavaciones han permitido también recuperar las ruinas del Foro , que medía 160 metros de largo y albergaba un templo dedicado a Júpiter , unas termas, varias casas y vestigios de un avanzado sistema de distribución del agua. Una bella estatua de Isis fue trasladada al museo arqueológico de Burgos . Monedas, cerámicas y vidrios fueron hallados al remover el terreno en los años 20.Clunia vivió su momento de mayor auge económico y militar en el siglo I, con una población de más de 30.000 habitantesGalba se hallaba en Clunia tras haberse rebelado contra Nerón. Allí tuvo noticia de su muerte y se proclamó emperador en el año 68 después de Cristo. En la época de Vespasiano , la ciudad vivió sus momentos de mayor auge económico y militar. Disponía de dos termas con un sofisticado sistema de calefacción y unas canalizaciones que llevaban el agua a sus cientos de viviendas.Tras una decadencia de más de cuatro siglos, la ciudad fue conquistada en el 713 por el general bereber Tariq Ziyad . En 912, fue reconquistada por las tropas cristianas, que emplazaron su campamento en el lugar que hoy ocupa Coruña del Conde. Las piedras de Clunia fueron aprovechadas para levantar el majestuoso castillo de esa localidad, cuyos restos se elevan sobre un promontorio.Según los datos del centro de acogida de Clunia, hubo 22.000 personas que pasaron el año pasado por sus ruinas, de 120 hectáreas de extensión. Una parte de esta afluencia corresponde al festival de teatro que se organiza en verano, la estación en la que muchos turistas aprovechan su visita a Silos para acercarse a esta villa romana, situada en la España vacía, en las tierras de Fernán González , el fundador de Castilla . El contraste entre los páramos desiertos y desolados de la zona y el antiguo esplendor de Clunia invita a meditar sobre la decadencia de una cultura y un imperio que quedaron reducidos a cenizas tras dominar el mundo.
En esta meseta del páramo castellano, sacudida por el viento, dicen los historiadores que Sulpicio Galba se proclamó emperador tras la muerte de Nerón. Hoy, las ruinas de Clunia testimonian el esplendor de la que fue una de las mayores ciudades de la … Hispania Citerior con una población de más de 30.000 habitantes. Cruce de vías romanas entre Tarraco y Asturica Augusta (Astorga), fue devastada en el siglo III después de Jesucristo por los bárbaros procedentes de la Galia.
Enclavada en el sur de Burgos, junto a un afluente del Duero y a más de 1.000 metros de altura, hay que tomar una carretera regional para llegar a la antigua villa, cerca de Coruña del Conde, un pueblo de 100 habitantes. Muy pocos se adentran por estos parajes en los meses de otoño e invierno, en los que el frío invade el desolado cerro en el que los arévacos, vinculados a los celtíberos, levantaron un poblado sobre el que, siglos más tarde, se construyó Clunia.
La ciudad fue saqueada y sus piedras fueron trasladadas a las localidades vecinas hasta que el Gobierno declaró el lugar monumento nacional en los años de la II República. Las excavaciones iniciadas en 1915 consiguieron rescatar los restos del Foro, varias casas, calles, estatuas y mosaicos. Pero hay una construcción que ha sobrevivido durante más de veinte siglos: el teatro. Fue erigido en la época de Tiberio, el sucesor de Octavio Augusto. Tenía una capacidad para 10.000 espectadores.
Su diámetro total es de 102 metros y sus gradas, bien conservadas, fueron labradas sobre una ladera desde la que se domina el escenario. Tenía una fachada de dos alturas, enmarcada por columnas de estilo corintio. Se sabe que fue remodelado en el siglo II para adecuarlo a su uso como anfiteatro.
Las excavaciones han permitido también recuperar las ruinas del Foro, que medía 160 metros de largo y albergaba un templo dedicado a Júpiter, unas termas, varias casas y vestigios de un avanzado sistema de distribución del agua. Una bella estatua de Isis fue trasladada al museo arqueológico de Burgos. Monedas, cerámicas y vidrios fueron hallados al remover el terreno en los años 20.
Clunia vivió su momento de mayor auge económico y militar en el siglo I, con una población de más de 30.000 habitantes
Galba se hallaba en Clunia tras haberse rebelado contra Nerón. Allí tuvo noticia de su muerte y se proclamó emperador en el año 68 después de Cristo. En la época de Vespasiano, la ciudad vivió sus momentos de mayor auge económico y militar. Disponía de dos termas con un sofisticado sistema de calefacción y unas canalizaciones que llevaban el agua a sus cientos de viviendas.
Tras una decadencia de más de cuatro siglos, la ciudad fue conquistada en el 713 por el general bereber Tariq Ziyad. En 912, fue reconquistada por las tropas cristianas, que emplazaron su campamento en el lugar que hoy ocupa Coruña del Conde. Las piedras de Clunia fueron aprovechadas para levantar el majestuoso castillo de esa localidad, cuyos restos se elevan sobre un promontorio.
Según los datos del centro de acogida de Clunia, hubo 22.000 personas que pasaron el año pasado por sus ruinas, de 120 hectáreas de extensión. Una parte de esta afluencia corresponde al festival de teatro que se organiza en verano, la estación en la que muchos turistas aprovechan su visita a Silos para acercarse a esta villa romana, situada en la España vacía, en las tierras de Fernán González, el fundador de Castilla.
El contraste entre los páramos desiertos y desolados de la zona y el antiguo esplendor de Clunia invita a meditar sobre la decadencia de una cultura y un imperio que quedaron reducidos a cenizas tras dominar el mundo.
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