«Soy aficionado a la fotografía. Mira que he estado veces en España, ¡pero todavía no he conseguido sacar una gran foto!», se lamenta Yan mientras da un sorbo a su bebida. «La culpa no es de España, es mía», añade de inmediato, sonriendo por encima del vaso. Aspira este pekinés a capturar una belleza tan evidente como exótica a sus ojos, la de una piel de toro que cada año acarician 700.000 turistas chinos.España, convertida en uno de los destinos más populares, está de moda en China. Pero la fascinación de Yan se remonta décadas atrás. En 2005, a los 19 años, acudió por primera vez junto a sus padres para sondear la posibilidad de cursar sus estudios universitarios aquí. «Estaba matriculado en una universidad de Pekín, pero no estaba contento. Mi familia sugirió que viajáramos al extranjero para explorar otras opciones, pues por entonces estudiar fuera todavía era visto como ventajoso».Noticia Relacionada estandar Si Japón y Corea del Sur llaman al diálogo mientras Trump redobla la presión arancelaria Jaime Santirso El primer ministro nipón califica el anuncio de nuevos aranceles de «verdaderamente lamentable» aunque muestra su disposición a negociar, como los nueve países asiáticos afectadosLo primero que le atrajo de España fue el español, «por ser uno de los idiomas más hablados del mundo tras el inglés y el chino». «Visité varios centros, pero al final no escogí ninguno porque mis padres pensaban que estaba demasiado lejos y preferían que me quedara un poco más cerca». Madrid no le impresionó demasiado, «me pareció como Pekín con arquitectura europea», pero Sevilla… Sevilla le embrujó. «Creo que es el auténtico corazón cultural de España, como Xi’an lo es para China».«En 2024, España recibió 647.801 turistas procedentes de China, lo que representa un aumento del 66,7% respecto al año anterior y una recuperación del 92,5% de las cifras prepandemia», celebra María Llinares, consejera de Turismo de la embajada española en Pekín . «En el primer trimestre de 2025, el turismo chino no solo se ha recuperado, sino que ha superado con fuerza los niveles de 2019, con 163.856 turistas, lo que supone un incremento del 26,12% respecto al mismo periodo de ese año». Una recuperación del tiempo perdido, en resumen, en la que España se ha adelantado a otros competidores europeos como Francia, Italia o Portugal.Una zona acondicionada del Hutong Lanman de Pekín JS«El crecimiento viene de un posicionamiento como destino amable, al que viajan aquellos que ya han hecho una primera gira europea, y del trabajo continuado de marketing turístico que ha posicionado a España como destino preferente en el mercado chino», añade Llinares. «La estrategia para la mejora de la conexión aérea ha sido determinante en esta recuperación. En el verano de 2025 se operarán 61 vuelos directos semanales entre España y China, casi el doble que en 2019». Por eso, pese a haber viajado por todo el mundo, Yan siempre acaba volviendo a España. En 2017 lo hizo dos veces. La primera en febrero, cuando pasó por Barcelona. «Solo estuve unos días a causa de las protestas por la independencia», rememora. «La gente estaba cantando por las calles, asegurando que querían liberarse del Gobierno de Madrid. Un amigo francés me ayudaba a entender lo que decían. Nos acercamos con la esperanza de llevarnos algún regalo como suvenir, pero no tenían nada», comenta entre risas, haciendo bueno el tópico sin saberlo.Esa Navidad regresó de nuevo, haciendo de guía para cinco amigos chinos que visitaban España por primera vez. «Hicimos una ruta en coche desde Lisboa hasta Madrid, pasando por Sevilla, Ronda , Mijas y Granada. Luego cogimos el AVE a Barcelona y volamos de vuelta».Turistas deseadosYan, de profesión empleado de banca, revive sus viajes sentado en la terraza de una sofisticada cafetería cerca de su casa, en el subdistrito pekinés de Niujie. El local se encuentra a la entrada del Hutong Lanman , un barrio tradicional renovado con primor para equilibrar modernidad y tradición. En sus calles, pasteles italianos y bisutería francesa conviven con un palomar y los tendederos repletos de los vecinos; espléndidas casas con chabolas. La construcción no se detiene, expresión de la misma prosperidad económica –cada vez más atenuada– que lleva a los chinos a explorar el mundo, y el mundo a recibirlos con los brazos muy abiertos.Yam a la entrada del Hutong Lanman, cerca de su casa JS«En 2024, los turistas chinos gastaron en España un total de 1.828 millones de euros, con un gasto medio por persona superior a 2.900 euros, uno de los más altos entre todos los mercados internacionales», explica Llinares. «Sin embargo, su valor para el sector va más allá del gasto: destacan por su interés creciente en experiencias culturales, gastronómicas y de calidad, así como por su capacidad de desestacionalizar la demanda, pues viajan mucho en octubre y durante el Año Nuevo Chino ».El próximo viaje de Yan está siempre por venir. Entretanto, nostálgico, encuentra sus particulares suspiros de España en sus auriculares –le gusta ‘Despacito’– o en las clases de Latin Zumba de sus amigos. «Volveré a Sevilla», proclama con solemnidad cervantina. «Es mi lugar favorito, en especial la plaza de España. También a Barcelona cuando hayan acabado la construcción de la Sagrada Familia. Y a Granada, al amanecer o al atardecer, para tener la mejor luz». Quizá entonces pueda conseguir esa ansiada foto que haga justicia a tanta belleza; una instantánea aún más propia por ser extranjera. «Soy aficionado a la fotografía. Mira que he estado veces en España, ¡pero todavía no he conseguido sacar una gran foto!», se lamenta Yan mientras da un sorbo a su bebida. «La culpa no es de España, es mía», añade de inmediato, sonriendo por encima del vaso. Aspira este pekinés a capturar una belleza tan evidente como exótica a sus ojos, la de una piel de toro que cada año acarician 700.000 turistas chinos.España, convertida en uno de los destinos más populares, está de moda en China. Pero la fascinación de Yan se remonta décadas atrás. En 2005, a los 19 años, acudió por primera vez junto a sus padres para sondear la posibilidad de cursar sus estudios universitarios aquí. «Estaba matriculado en una universidad de Pekín, pero no estaba contento. Mi familia sugirió que viajáramos al extranjero para explorar otras opciones, pues por entonces estudiar fuera todavía era visto como ventajoso».Noticia Relacionada estandar Si Japón y Corea del Sur llaman al diálogo mientras Trump redobla la presión arancelaria Jaime Santirso El primer ministro nipón califica el anuncio de nuevos aranceles de «verdaderamente lamentable» aunque muestra su disposición a negociar, como los nueve países asiáticos afectadosLo primero que le atrajo de España fue el español, «por ser uno de los idiomas más hablados del mundo tras el inglés y el chino». «Visité varios centros, pero al final no escogí ninguno porque mis padres pensaban que estaba demasiado lejos y preferían que me quedara un poco más cerca». Madrid no le impresionó demasiado, «me pareció como Pekín con arquitectura europea», pero Sevilla… Sevilla le embrujó. «Creo que es el auténtico corazón cultural de España, como Xi’an lo es para China».«En 2024, España recibió 647.801 turistas procedentes de China, lo que representa un aumento del 66,7% respecto al año anterior y una recuperación del 92,5% de las cifras prepandemia», celebra María Llinares, consejera de Turismo de la embajada española en Pekín . «En el primer trimestre de 2025, el turismo chino no solo se ha recuperado, sino que ha superado con fuerza los niveles de 2019, con 163.856 turistas, lo que supone un incremento del 26,12% respecto al mismo periodo de ese año». Una recuperación del tiempo perdido, en resumen, en la que España se ha adelantado a otros competidores europeos como Francia, Italia o Portugal.Una zona acondicionada del Hutong Lanman de Pekín JS«El crecimiento viene de un posicionamiento como destino amable, al que viajan aquellos que ya han hecho una primera gira europea, y del trabajo continuado de marketing turístico que ha posicionado a España como destino preferente en el mercado chino», añade Llinares. «La estrategia para la mejora de la conexión aérea ha sido determinante en esta recuperación. En el verano de 2025 se operarán 61 vuelos directos semanales entre España y China, casi el doble que en 2019». Por eso, pese a haber viajado por todo el mundo, Yan siempre acaba volviendo a España. En 2017 lo hizo dos veces. La primera en febrero, cuando pasó por Barcelona. «Solo estuve unos días a causa de las protestas por la independencia», rememora. «La gente estaba cantando por las calles, asegurando que querían liberarse del Gobierno de Madrid. Un amigo francés me ayudaba a entender lo que decían. Nos acercamos con la esperanza de llevarnos algún regalo como suvenir, pero no tenían nada», comenta entre risas, haciendo bueno el tópico sin saberlo.Esa Navidad regresó de nuevo, haciendo de guía para cinco amigos chinos que visitaban España por primera vez. «Hicimos una ruta en coche desde Lisboa hasta Madrid, pasando por Sevilla, Ronda , Mijas y Granada. Luego cogimos el AVE a Barcelona y volamos de vuelta».Turistas deseadosYan, de profesión empleado de banca, revive sus viajes sentado en la terraza de una sofisticada cafetería cerca de su casa, en el subdistrito pekinés de Niujie. El local se encuentra a la entrada del Hutong Lanman , un barrio tradicional renovado con primor para equilibrar modernidad y tradición. En sus calles, pasteles italianos y bisutería francesa conviven con un palomar y los tendederos repletos de los vecinos; espléndidas casas con chabolas. La construcción no se detiene, expresión de la misma prosperidad económica –cada vez más atenuada– que lleva a los chinos a explorar el mundo, y el mundo a recibirlos con los brazos muy abiertos.Yam a la entrada del Hutong Lanman, cerca de su casa JS«En 2024, los turistas chinos gastaron en España un total de 1.828 millones de euros, con un gasto medio por persona superior a 2.900 euros, uno de los más altos entre todos los mercados internacionales», explica Llinares. «Sin embargo, su valor para el sector va más allá del gasto: destacan por su interés creciente en experiencias culturales, gastronómicas y de calidad, así como por su capacidad de desestacionalizar la demanda, pues viajan mucho en octubre y durante el Año Nuevo Chino ».El próximo viaje de Yan está siempre por venir. Entretanto, nostálgico, encuentra sus particulares suspiros de España en sus auriculares –le gusta ‘Despacito’– o en las clases de Latin Zumba de sus amigos. «Volveré a Sevilla», proclama con solemnidad cervantina. «Es mi lugar favorito, en especial la plaza de España. También a Barcelona cuando hayan acabado la construcción de la Sagrada Familia. Y a Granada, al amanecer o al atardecer, para tener la mejor luz». Quizá entonces pueda conseguir esa ansiada foto que haga justicia a tanta belleza; una instantánea aún más propia por ser extranjera.
«Soy aficionado a la fotografía. Mira que he estado veces en España, ¡pero todavía no he conseguido sacar una gran foto!», se lamenta Yan mientras da un sorbo a su bebida. «La culpa no es de España, es mía», añade de inmediato, sonriendo por … encima del vaso. Aspira este pekinés a capturar una belleza tan evidente como exótica a sus ojos, la de una piel de toro que cada año acarician 700.000 turistas chinos.
España, convertida en uno de los destinos más populares, está de moda en China. Pero la fascinación de Yan se remonta décadas atrás. En 2005, a los 19 años, acudió por primera vez junto a sus padres para sondear la posibilidad de cursar sus estudios universitarios aquí. «Estaba matriculado en una universidad de Pekín, pero no estaba contento. Mi familia sugirió que viajáramos al extranjero para explorar otras opciones, pues por entonces estudiar fuera todavía era visto como ventajoso».
Lo primero que le atrajo de España fue el español, «por ser uno de los idiomas más hablados del mundo tras el inglés y el chino». «Visité varios centros, pero al final no escogí ninguno porque mis padres pensaban que estaba demasiado lejos y preferían que me quedara un poco más cerca». Madrid no le impresionó demasiado, «me pareció como Pekín con arquitectura europea», pero Sevilla… Sevilla le embrujó. «Creo que es el auténtico corazón cultural de España, como Xi’an lo es para China».
«En 2024, España recibió 647.801 turistas procedentes de China, lo que representa un aumento del 66,7% respecto al año anterior y una recuperación del 92,5% de las cifras prepandemia», celebra María Llinares, consejera de Turismo de la embajada española en Pekín. «En el primer trimestre de 2025, el turismo chino no solo se ha recuperado, sino que ha superado con fuerza los niveles de 2019, con 163.856 turistas, lo que supone un incremento del 26,12% respecto al mismo periodo de ese año». Una recuperación del tiempo perdido, en resumen, en la que España se ha adelantado a otros competidores europeos como Francia, Italia o Portugal.
JS
«El crecimiento viene de un posicionamiento como destino amable, al que viajan aquellos que ya han hecho una primera gira europea, y del trabajo continuado de marketing turístico que ha posicionado a España como destino preferente en el mercado chino», añade Llinares. «La estrategia para la mejora de la conexión aérea ha sido determinante en esta recuperación. En el verano de 2025 se operarán 61 vuelos directos semanales entre España y China, casi el doble que en 2019».
Por eso, pese a haber viajado por todo el mundo, Yan siempre acaba volviendo a España. En 2017 lo hizo dos veces. La primera en febrero, cuando pasó por Barcelona. «Solo estuve unos días a causa de las protestas por la independencia», rememora. «La gente estaba cantando por las calles, asegurando que querían liberarse del Gobierno de Madrid. Un amigo francés me ayudaba a entender lo que decían. Nos acercamos con la esperanza de llevarnos algún regalo como suvenir, pero no tenían nada», comenta entre risas, haciendo bueno el tópico sin saberlo.
Esa Navidad regresó de nuevo, haciendo de guía para cinco amigos chinos que visitaban España por primera vez. «Hicimos una ruta en coche desde Lisboa hasta Madrid, pasando por Sevilla, Ronda, Mijas y Granada. Luego cogimos el AVE a Barcelona y volamos de vuelta».
Turistas deseados
Yan, de profesión empleado de banca, revive sus viajes sentado en la terraza de una sofisticada cafetería cerca de su casa, en el subdistrito pekinés de Niujie. El local se encuentra a la entrada del Hutong Lanman, un barrio tradicional renovado con primor para equilibrar modernidad y tradición. En sus calles, pasteles italianos y bisutería francesa conviven con un palomar y los tendederos repletos de los vecinos; espléndidas casas con chabolas.
La construcción no se detiene, expresión de la misma prosperidad económica –cada vez más atenuada– que lleva a los chinos a explorar el mundo, y el mundo a recibirlos con los brazos muy abiertos.
JS
«En 2024, los turistas chinos gastaron en España un total de 1.828 millones de euros, con un gasto medio por persona superior a 2.900 euros, uno de los más altos entre todos los mercados internacionales», explica Llinares. «Sin embargo, su valor para el sector va más allá del gasto: destacan por su interés creciente en experiencias culturales, gastronómicas y de calidad, así como por su capacidad de desestacionalizar la demanda, pues viajan mucho en octubre y durante el Año Nuevo Chino».
El próximo viaje de Yan está siempre por venir. Entretanto, nostálgico, encuentra sus particulares suspiros de España en sus auriculares –le gusta ‘Despacito’– o en las clases de Latin Zumba de sus amigos. «Volveré a Sevilla», proclama con solemnidad cervantina. «Es mi lugar favorito, en especial la plaza de España. También a Barcelona cuando hayan acabado la construcción de la Sagrada Familia. Y a Granada, al amanecer o al atardecer, para tener la mejor luz».
Quizá entonces pueda conseguir esa ansiada foto que haga justicia a tanta belleza; una instantánea aún más propia por ser extranjera.
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