A veces pasa y está tan bien cuando esto sucede… Un libro que cae sobre nosotros como un meteorito inesperado y el redescubrimiento de una autora a la espera de ser por fin comprendida y celebrada. Así, entonces, la novela ‘Lord Jim en casa’ de Dinah Brooke (sin entrada propia en Wikipedia) y autora de varios títulos publicados en los años ’70s y caídos en el olvido cuando, a mediados de esa década, renació como Ma Prem Pankaja al ingresar a la comuna-utópica de Osho. NOVELA ‘Lord Jim en casa’ Autora Dinah Brooke Editorial Alpha Decay Año 2025 Páginas 256 Precio 22,90 euros 5Antes, huyendo de un padre terrible (obsesión recurrente en sus ficciones), en los ’60s, había hecho escala en el París bohemio y ‘expat’ (donde estudió los clásicos griegos en su lengua original) y en el contracultural Village neoyorquino. También tuvo un ‘affair’ con el transgresor Terry Southern. En 1981 Brooke regresó a su Londres natal y ahí sigue y hoy se muestra muy entusiasmada por haber sido finalmente avistada con honores y no como cuando apareció originalmente ‘Lord Jim en casa’, en 1973 con horrores no tan indignados como los recibidos por el ‘American Psycho’ de Bret Easton Ellis. Pero casi… Y sí: ya desde su título la cosa va de culpa tremenda en busca de redención; pero nada aquí de lo de Joseph Conrad . En lo de Brooke, en cambio, un inglés fracturado y casi alien (he aquí una de esas ‘novelas-idioma’ alterando estilos que van de lo mítico y gótico, pasan por el modernismo, la picaresca estudiantil, la historia de guerra, el romance, y la crónica fundiéndose en un retorcido ‘bildungsroman’) para contar algo en la que parecen comulgar Paul y Jane Bowles, Saki, Djuna Barnes, Mervyn Peake, Christina Stead, Henry Green, Jamie Quatro, David Lynch, el John Banville creador de Freddy Montgomery, y unos Evelyn Waugh y Anthony Powell que se hubiesen entregado al opio de altísima calidad. Para los amantes del ‘true crime’, esta novela está más o menos inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952Un artefacto que ahora se lee con maravillada extrañeza pero que, por los tiempos de su publicación, estaba perfectamente acompañado por filmes como ‘If’… de Lindsay Anderson o ‘La clase dirigente’ de Peter Medak. Sí: demenciales y revulsivas comedias de (malas) costumbres . Y, claro, la elección de Ottessa Moshfegh para el prefacio no podía ser más justa y útil y resulta más que regocijante la confesión del desconcierto de la autora de las muy desconcertantes ‘McGlue’ y ‘Lapvona’. Digámoslo así, así lo dice Moshfegh: ‘Lor Jim en casa’ es un magistral y exquisito y repugnante y bestial instrumento de tortura sólo para los más audaces. Aquí retrato de familia de vertiginosa clase alta inglesa (donde el padre y la madre son reconocidos como el Rey y la Reyna y El Príncipe (al que conocemos durante la segunda década del siglo pasado desde sus días como bebé despreciado y casi regalado a una ‘nanny’ obsesionada con el control de sus funciones corporales). Una familia más anormal que los Addams. Y un retoño envenenado quien, con los años y la guerra , crecerá a Giles Trenchard para protagonizar con su culpa esta embrujado cuento de hadas en un Hades aristocrático y decadente. Así, ‘Lord Jim en casa’ es el retrato ‘à la Dorian Gray’ de un monstruo que acaba llevando a cabo la más monstruosa de las venganzas con su estirpe y linaje. Y atención: para todos los cada vez más aficionados al ‘true crime’, esta novela está más o menos (in)directamente inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952, cuyo crimen no se mencionará aquí por eso de los espóileres. Medio siglo después de su estreno, Brooke —muy entusiasmada por su redescubrimiento — repite una y otra vez que jamás fue su intención la de escandalizar a nadie pero siempre estuvo muy interesada por la educación de futuros asesinos… Y que «hay algo acerca de los ingleses, en especial lo más acomodados, que ha producido la horrible y dolorosa manera en la que todos vivimos hoy». Y ojalá que Brooke siga volviendo. Los títulos de sus otras novelas —’Love Life of a Cheltenham Lady’, ‘The Miserable Child and Her Father in the Desert’ y ‘Games of Love and War’ cuyo título original era ‘The Woman Who Almost Succeeded in Killing Herself’, «pero nadie quiso publicar con ese título»— hacen esperar lo mejor-peor (lo peor-mejor). En casa, donde la esperamos. A veces pasa y está tan bien cuando esto sucede… Un libro que cae sobre nosotros como un meteorito inesperado y el redescubrimiento de una autora a la espera de ser por fin comprendida y celebrada. Así, entonces, la novela ‘Lord Jim en casa’ de Dinah Brooke (sin entrada propia en Wikipedia) y autora de varios títulos publicados en los años ’70s y caídos en el olvido cuando, a mediados de esa década, renació como Ma Prem Pankaja al ingresar a la comuna-utópica de Osho. NOVELA ‘Lord Jim en casa’ Autora Dinah Brooke Editorial Alpha Decay Año 2025 Páginas 256 Precio 22,90 euros 5Antes, huyendo de un padre terrible (obsesión recurrente en sus ficciones), en los ’60s, había hecho escala en el París bohemio y ‘expat’ (donde estudió los clásicos griegos en su lengua original) y en el contracultural Village neoyorquino. También tuvo un ‘affair’ con el transgresor Terry Southern. En 1981 Brooke regresó a su Londres natal y ahí sigue y hoy se muestra muy entusiasmada por haber sido finalmente avistada con honores y no como cuando apareció originalmente ‘Lord Jim en casa’, en 1973 con horrores no tan indignados como los recibidos por el ‘American Psycho’ de Bret Easton Ellis. Pero casi… Y sí: ya desde su título la cosa va de culpa tremenda en busca de redención; pero nada aquí de lo de Joseph Conrad . En lo de Brooke, en cambio, un inglés fracturado y casi alien (he aquí una de esas ‘novelas-idioma’ alterando estilos que van de lo mítico y gótico, pasan por el modernismo, la picaresca estudiantil, la historia de guerra, el romance, y la crónica fundiéndose en un retorcido ‘bildungsroman’) para contar algo en la que parecen comulgar Paul y Jane Bowles, Saki, Djuna Barnes, Mervyn Peake, Christina Stead, Henry Green, Jamie Quatro, David Lynch, el John Banville creador de Freddy Montgomery, y unos Evelyn Waugh y Anthony Powell que se hubiesen entregado al opio de altísima calidad. Para los amantes del ‘true crime’, esta novela está más o menos inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952Un artefacto que ahora se lee con maravillada extrañeza pero que, por los tiempos de su publicación, estaba perfectamente acompañado por filmes como ‘If’… de Lindsay Anderson o ‘La clase dirigente’ de Peter Medak. Sí: demenciales y revulsivas comedias de (malas) costumbres . Y, claro, la elección de Ottessa Moshfegh para el prefacio no podía ser más justa y útil y resulta más que regocijante la confesión del desconcierto de la autora de las muy desconcertantes ‘McGlue’ y ‘Lapvona’. Digámoslo así, así lo dice Moshfegh: ‘Lor Jim en casa’ es un magistral y exquisito y repugnante y bestial instrumento de tortura sólo para los más audaces. Aquí retrato de familia de vertiginosa clase alta inglesa (donde el padre y la madre son reconocidos como el Rey y la Reyna y El Príncipe (al que conocemos durante la segunda década del siglo pasado desde sus días como bebé despreciado y casi regalado a una ‘nanny’ obsesionada con el control de sus funciones corporales). Una familia más anormal que los Addams. Y un retoño envenenado quien, con los años y la guerra , crecerá a Giles Trenchard para protagonizar con su culpa esta embrujado cuento de hadas en un Hades aristocrático y decadente. Así, ‘Lord Jim en casa’ es el retrato ‘à la Dorian Gray’ de un monstruo que acaba llevando a cabo la más monstruosa de las venganzas con su estirpe y linaje. Y atención: para todos los cada vez más aficionados al ‘true crime’, esta novela está más o menos (in)directamente inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952, cuyo crimen no se mencionará aquí por eso de los espóileres. Medio siglo después de su estreno, Brooke —muy entusiasmada por su redescubrimiento — repite una y otra vez que jamás fue su intención la de escandalizar a nadie pero siempre estuvo muy interesada por la educación de futuros asesinos… Y que «hay algo acerca de los ingleses, en especial lo más acomodados, que ha producido la horrible y dolorosa manera en la que todos vivimos hoy». Y ojalá que Brooke siga volviendo. Los títulos de sus otras novelas —’Love Life of a Cheltenham Lady’, ‘The Miserable Child and Her Father in the Desert’ y ‘Games of Love and War’ cuyo título original era ‘The Woman Who Almost Succeeded in Killing Herself’, «pero nadie quiso publicar con ese título»— hacen esperar lo mejor-peor (lo peor-mejor). En casa, donde la esperamos.
A veces pasa y está tan bien cuando esto sucede… Un libro que cae sobre nosotros como un meteorito inesperado y el redescubrimiento de una autora a la espera de ser por fin comprendida y celebrada.
Así, entonces, la novela ‘Lord Jim en casa’ de … Dinah Brooke (sin entrada propia en Wikipedia) y autora de varios títulos publicados en los años ’70s y caídos en el olvido cuando, a mediados de esa década, renació como Ma Prem Pankaja al ingresar a la comuna-utópica de Osho.

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Autora
Dinah Brooke -
Editorial
Alpha Decay -
Año
2025 -
Páginas
256 -
Precio
22,90 euros
Antes, huyendo de un padre terrible (obsesión recurrente en sus ficciones), en los ’60s, había hecho escala en el París bohemio y ‘expat’ (donde estudió los clásicos griegos en su lengua original) y en el contracultural Village neoyorquino. También tuvo un ‘affair’ con el transgresor Terry Southern. En 1981 Brooke regresó a su Londres natal y ahí sigue y hoy se muestra muy entusiasmada por haber sido finalmente avistada con honores y no como cuando apareció originalmente ‘Lord Jim en casa’, en 1973 con horrores no tan indignados como los recibidos por el ‘American Psycho’ de Bret Easton Ellis. Pero casi…
Y sí: ya desde su título la cosa va de culpa tremenda en busca de redención; pero nada aquí de lo de Joseph Conrad. En lo de Brooke, en cambio, un inglés fracturado y casi alien (he aquí una de esas ‘novelas-idioma’ alterando estilos que van de lo mítico y gótico, pasan por el modernismo, la picaresca estudiantil, la historia de guerra, el romance, y la crónica fundiéndose en un retorcido ‘bildungsroman’) para contar algo en la que parecen comulgar Paul y Jane Bowles, Saki, Djuna Barnes, Mervyn Peake, Christina Stead, Henry Green, Jamie Quatro, David Lynch, el John Banville creador de Freddy Montgomery, y unos Evelyn Waugh y Anthony Powell que se hubiesen entregado al opio de altísima calidad.
Para los amantes del ‘true crime’, esta novela está más o menos inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952
Un artefacto que ahora se lee con maravillada extrañeza pero que, por los tiempos de su publicación, estaba perfectamente acompañado por filmes como ‘If’… de Lindsay Anderson o ‘La clase dirigente’ de Peter Medak. Sí: demenciales y revulsivas comedias de (malas) costumbres. Y, claro, la elección de Ottessa Moshfegh para el prefacio no podía ser más justa y útil y resulta más que regocijante la confesión del desconcierto de la autora de las muy desconcertantes ‘McGlue’ y ‘Lapvona’. Digámoslo así, así lo dice Moshfegh: ‘Lor Jim en casa’ es un magistral y exquisito y repugnante y bestial instrumento de tortura sólo para los más audaces.
Aquí retrato de familia de vertiginosa clase alta inglesa (donde el padre y la madre son reconocidos como el Rey y la Reyna y El Príncipe (al que conocemos durante la segunda década del siglo pasado desde sus días como bebé despreciado y casi regalado a una ‘nanny’ obsesionada con el control de sus funciones corporales).
Una familia más anormal que los Addams. Y un retoño envenenado quien, con los años y la guerra, crecerá a Giles Trenchard para protagonizar con su culpa esta embrujado cuento de hadas en un Hades aristocrático y decadente. Así, ‘Lord Jim en casa’ es el retrato ‘à la Dorian Gray’ de un monstruo que acaba llevando a cabo la más monstruosa de las venganzas con su estirpe y linaje.
Y atención: para todos los cada vez más aficionados al ‘true crime’, esta novela está más o menos (in)directamente inspirada en el caso de Miles Giffard: jugador de cricket ejecutado en 1952, cuyo crimen no se mencionará aquí por eso de los espóileres.
Medio siglo después de su estreno, Brooke —muy entusiasmada por su redescubrimiento— repite una y otra vez que jamás fue su intención la de escandalizar a nadie pero siempre estuvo muy interesada por la educación de futuros asesinos… Y que «hay algo acerca de los ingleses, en especial lo más acomodados, que ha producido la horrible y dolorosa manera en la que todos vivimos hoy».
Y ojalá que Brooke siga volviendo. Los títulos de sus otras novelas —’Love Life of a Cheltenham Lady’, ‘The Miserable Child and Her Father in the Desert’ y ‘Games of Love and War’ cuyo título original era ‘The Woman Who Almost Succeeded in Killing Herself’, «pero nadie quiso publicar con ese título»— hacen esperar lo mejor-peor (lo peor-mejor).
En casa, donde la esperamos.
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