« Ha sido un buen destrozo, gratuito y sin permiso legal de ningún tipo, una chapuza de principio a fin ». Al arqueólogo Eduardo Peralta Labrador aún le cuesta creer que se haya destruido uno de los campamentos romanos del asedio de las Guerras Cántabras a la ciudadela fortificada cántabra de La Loma , junto a la actual localidad de Santibáñez de la Peña , al norte de Palencia. Las fotos que le ha enviado un conocido que vive allí muestran « la salvajada que se ha perpetrado contra un Bien de Interés Cultural». El Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña paralizó las obras en cuanto tuvo conocimiento de que una excavadora estaba haciendo zanjas en el yacimiento. Según explica el alcalde Manuel Maza, el terreno es propiedad de la junta vecinal de Las Heras de la Peña, no municipal, y fue ésta quien autorizó a una empresa gallega a plantar árboles en el enclave arqueológico catalogado, a pesar de que «es una obra ilegal totalmente» por ser un «terreno rústico de protección cultural, que no un BIC ». Sin embargo, el yacimiento es Zona Arqueológica incluida en el catálogo online de bienes de la Junta de Castilla y León y al ser también arquitectura fortificada podría tener consideración de BIC genérico.Maza confirma que se ha abierto un expediente y la Guardia Civil, a través del Seprona, y la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León investigan lo sucedido para exigir responsabilidades a los responsables. «Espero que les caiga una buena multa», porque «desgraciadamente, el campamento romano ha dejado de existir después de haber permanecido intacto desde el 26 o 25 a.C. », denuncia el pionero en la investigación de las Guerras Cántabras en sus redes sociales. Noticia Relacionada reportaje No La guerra civil que devastó Hispania Mónica Arrizabalaga Romanos contra romanos, con ejércitos ibéricos y celtibéricos, se enfrentaron durante una década en el siglo I a.C. con un nivel de destrucción inéditoEn conversación telefónica con ABC explica que el suceso ocurrió el pasado viernes y «se han llevado por delante todas las estructuras defensivas» de un Castellum «muy interesante» , un recinto rectangular de algo menos de una hectárea que pudo albergar a unos 600 o 700 hombres. Los arqueólogos creen que «fue ocupado por una unidad con catapultas de torsión y arqueros auxiliares cuyo objetivo fue incendiar las estructuras de madera de la muralla del oppidum cántabro y las techumbres de paja de las viviendas situadas a su alcance», según explica Peralta. Varias puntas de flechas incendiarias halladas en su interior así lo indican. También un singular proyectil de catapulta incendiario que «es el más antiguo de este tipo encontrado en todo el Imperio Romano . Hay otros de épocas posteriores, pero ése está muy bien conservado y es de época del emperador Augusto», subraya el investigador.Localización del castellum destruido en Santibáñez Eduardo peraltaAl comienzo de su mandato, terminadas las guerras civiles con Marco Antonio y convertido en emperador, Octavio Augusto quiso someter las únicas tierras de la Península Ibérica que todavía estaban sin conquistar, concretamente los territorios de los cántabros y los astures, que por entonces eran más amplios que las actuales provincias de Cantabria y Asturias. El asedio de la ciudadela fortificada de El Castro, en La Loma, un importante asentamiento de los camáricos , un pueblo cántabro asentado a ambas vertientes de la sierra del Brezo, debió de ocurrir en alguna de las primeras campañas de las Guerras Cántabras (29-16 a.C.), a juzgar por las monedas que han encontrado. «Bien en el año 26 a.C., cuando Augusto vino personalmente a España a conquistar el norte y fracasó, o en las campañas encabezadas por los generales Cayo Antistio Veto (25 a.C.) o Lucio Emilio Lépido (24 a.C.)», señala Peralta, convencido de que se corresponde con la fase de conquista de las grandes fortalezas de los cántabros al sur de la cordillera. La Loma era un ‘oppidum’ de tamaño algo menor que el castro de Monte Bernorio, pero ocupaba unas 16,8 hectáreas y los camáricos, preparados para la guerra desde niños, se defendieron con uñas y dientes. Para su conquista, los romanos construyeron alrededor un clásico dispositivo con un campamento principal para entre 3.000 y 5.000 hombres y varios fortines y campamentos secundarios unidos entre sí por fortificaciones. La fortaleza indígena, ocupada desde el siglo III a.C., quedó aislada y fue tomada al asalto por los romanos y arrasada, como han podido constatar arqueológicamente. Vista del Castellum A de La Loma antes de su destrucción. Mapa del lugar y una imagen tomada hace unos días Eduardo Peralta y Santiago DomínguezA pesar de que han sido lugares muy esquilmados por expoliadores, en las excavaciones de las murallas de El Castro y de sus puertas, fuera del alcance de los detectores de metales, encontraron unas 2.000 puntas de flecha y proyectiles de catapulta y en los campamentos romanos, numerosos materiales como clavijas de hierro de las tiendas de campaña, denarios de plata y ases de bronce y diverso armamento , como venablos arrojadizos legionarios (pila), puntas de flecha y de lanza, proyectiles de catapulta, fragmentos de espada y de daga, bocados de caballo…Importante a nivel internacionalHoy este conjunto « es uno de los yacimientos más importantes a nivel mundial sobre material militar y romano », aseguran los arqueólogos Jesús Francisco (Kechu) Torres Martínez y Santiago Domínguez Solera , codirectores de las investigaciones desarrolladas desde el Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico ( IMBEAC ), que tampoco se explican cómo ha podido ocurrir esta «barbaridad».Destrucción completa Imágenes del yacimiento arqueológico destruido Cedidas por Eduardo Peralta«Gracias al enorme acopio de materiales romanos que tenemos, podemos empezar a establecer que, probablemente , cada legión tenía su propio taller donde elaboraban determinados materiales, que variaban según la legión. Esto es importante a nivel internacional. Además son las campañas del emperador Augusto , el primer emperador de Roma. La única guerra que tuvo potente fue la de aquí, las guerras cántabras. Y el legado de Augusto es importante para Europa. Nuestro modelo social es heredero directo del Imperio Romano que creó Octavio Augusto», subraya Torres. «Nos han llamado para participar en congresos en Suiza, Francia, Edimburgo … Nuestros colegas del resto de Europa ven las fotos y se quedan asombrados. Ahí están las publicaciones. Es un sitio que se conoce desde 2003 , sobre el que hemos hecho documentales divulgativos en Youtube , libros, hasta un cómic, hemos atendido a la prensa, hemos tenido jornadas de puertas abiertas en las que cada año vienen cientos de personas… Este verano viene un equipo de filmación inglés para hacer un documental de más de una hora sobre las guerras cántabras en la montaña palentina… Es un sitio principal, un yacimiento estrella », recuerdan sin entender cómo ha podido ocurrir esta « torpeza monumental ». El lugar estaba, además, señalizado con carteles para recorrer los espacios y QR con información. «Es impensable que haya pasado esto en uno de los sitios más conocidos a nivel municipal; todo el mundo sabe que está ahí », insisten.Torres y Domínguez, que comenzaron a trabajar en La Loma con Peralta en 2003 y ahora dirigen con él las investigaciones, han conocido la «muy mala noticia» en Cuenca, donde están excavando otros castros prehistóricos. No han podido comprobar personalmente los daños, pero las fotos que les han enviado los vecinos son elocuentes. También la información que les proporcionó el Seprona cuando les telefoneó para comunicarles lo sucedido. « El yacimiento del Castellum A ha sido destruido por completo con maquinaria pesada, de profundidad, de plantar árboles».Ambos investigadores prefieren ser discretos y no especular con lo que ha podido haber pasado. Dejan las investigaciones en manos de la arqueóloga de la Junta de Castilla y León y de los agentes del Seprona de la Guardia Civil, que han reforzado la vigilancia en el lugar. Solo esperan que el o los culpables asuman las responsabilidades por este daño grave al patrimonio cultural . Y no vuelva a ocurrir. «Un campamento romano es un yacimiento que tiene una ocupación relativamente corta. Los legionarios montan las tiendas de campaña, levantan unas empalizadas, hacen un foso, cavan un terraplén y dejan mucho material militar, que es lo interesante, pero se van. Si el lugar se labra o pasas por encima un tractor para plantar árboles, desaparece por completo», explica Domínguez sin dar aún crédito a que esto haya ocurrido en un yacimiento que conservaba el cerco completo, con todas las estructuras. Y al que el pasado viernes le extirparon una parte para siempre y sin remedio. « Ha sido un buen destrozo, gratuito y sin permiso legal de ningún tipo, una chapuza de principio a fin ». Al arqueólogo Eduardo Peralta Labrador aún le cuesta creer que se haya destruido uno de los campamentos romanos del asedio de las Guerras Cántabras a la ciudadela fortificada cántabra de La Loma , junto a la actual localidad de Santibáñez de la Peña , al norte de Palencia. Las fotos que le ha enviado un conocido que vive allí muestran « la salvajada que se ha perpetrado contra un Bien de Interés Cultural». El Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña paralizó las obras en cuanto tuvo conocimiento de que una excavadora estaba haciendo zanjas en el yacimiento. Según explica el alcalde Manuel Maza, el terreno es propiedad de la junta vecinal de Las Heras de la Peña, no municipal, y fue ésta quien autorizó a una empresa gallega a plantar árboles en el enclave arqueológico catalogado, a pesar de que «es una obra ilegal totalmente» por ser un «terreno rústico de protección cultural, que no un BIC ». Sin embargo, el yacimiento es Zona Arqueológica incluida en el catálogo online de bienes de la Junta de Castilla y León y al ser también arquitectura fortificada podría tener consideración de BIC genérico.Maza confirma que se ha abierto un expediente y la Guardia Civil, a través del Seprona, y la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León investigan lo sucedido para exigir responsabilidades a los responsables. «Espero que les caiga una buena multa», porque «desgraciadamente, el campamento romano ha dejado de existir después de haber permanecido intacto desde el 26 o 25 a.C. », denuncia el pionero en la investigación de las Guerras Cántabras en sus redes sociales. Noticia Relacionada reportaje No La guerra civil que devastó Hispania Mónica Arrizabalaga Romanos contra romanos, con ejércitos ibéricos y celtibéricos, se enfrentaron durante una década en el siglo I a.C. con un nivel de destrucción inéditoEn conversación telefónica con ABC explica que el suceso ocurrió el pasado viernes y «se han llevado por delante todas las estructuras defensivas» de un Castellum «muy interesante» , un recinto rectangular de algo menos de una hectárea que pudo albergar a unos 600 o 700 hombres. Los arqueólogos creen que «fue ocupado por una unidad con catapultas de torsión y arqueros auxiliares cuyo objetivo fue incendiar las estructuras de madera de la muralla del oppidum cántabro y las techumbres de paja de las viviendas situadas a su alcance», según explica Peralta. Varias puntas de flechas incendiarias halladas en su interior así lo indican. También un singular proyectil de catapulta incendiario que «es el más antiguo de este tipo encontrado en todo el Imperio Romano . Hay otros de épocas posteriores, pero ése está muy bien conservado y es de época del emperador Augusto», subraya el investigador.Localización del castellum destruido en Santibáñez Eduardo peraltaAl comienzo de su mandato, terminadas las guerras civiles con Marco Antonio y convertido en emperador, Octavio Augusto quiso someter las únicas tierras de la Península Ibérica que todavía estaban sin conquistar, concretamente los territorios de los cántabros y los astures, que por entonces eran más amplios que las actuales provincias de Cantabria y Asturias. El asedio de la ciudadela fortificada de El Castro, en La Loma, un importante asentamiento de los camáricos , un pueblo cántabro asentado a ambas vertientes de la sierra del Brezo, debió de ocurrir en alguna de las primeras campañas de las Guerras Cántabras (29-16 a.C.), a juzgar por las monedas que han encontrado. «Bien en el año 26 a.C., cuando Augusto vino personalmente a España a conquistar el norte y fracasó, o en las campañas encabezadas por los generales Cayo Antistio Veto (25 a.C.) o Lucio Emilio Lépido (24 a.C.)», señala Peralta, convencido de que se corresponde con la fase de conquista de las grandes fortalezas de los cántabros al sur de la cordillera. La Loma era un ‘oppidum’ de tamaño algo menor que el castro de Monte Bernorio, pero ocupaba unas 16,8 hectáreas y los camáricos, preparados para la guerra desde niños, se defendieron con uñas y dientes. Para su conquista, los romanos construyeron alrededor un clásico dispositivo con un campamento principal para entre 3.000 y 5.000 hombres y varios fortines y campamentos secundarios unidos entre sí por fortificaciones. La fortaleza indígena, ocupada desde el siglo III a.C., quedó aislada y fue tomada al asalto por los romanos y arrasada, como han podido constatar arqueológicamente. Vista del Castellum A de La Loma antes de su destrucción. Mapa del lugar y una imagen tomada hace unos días Eduardo Peralta y Santiago DomínguezA pesar de que han sido lugares muy esquilmados por expoliadores, en las excavaciones de las murallas de El Castro y de sus puertas, fuera del alcance de los detectores de metales, encontraron unas 2.000 puntas de flecha y proyectiles de catapulta y en los campamentos romanos, numerosos materiales como clavijas de hierro de las tiendas de campaña, denarios de plata y ases de bronce y diverso armamento , como venablos arrojadizos legionarios (pila), puntas de flecha y de lanza, proyectiles de catapulta, fragmentos de espada y de daga, bocados de caballo…Importante a nivel internacionalHoy este conjunto « es uno de los yacimientos más importantes a nivel mundial sobre material militar y romano », aseguran los arqueólogos Jesús Francisco (Kechu) Torres Martínez y Santiago Domínguez Solera , codirectores de las investigaciones desarrolladas desde el Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico ( IMBEAC ), que tampoco se explican cómo ha podido ocurrir esta «barbaridad».Destrucción completa Imágenes del yacimiento arqueológico destruido Cedidas por Eduardo Peralta«Gracias al enorme acopio de materiales romanos que tenemos, podemos empezar a establecer que, probablemente , cada legión tenía su propio taller donde elaboraban determinados materiales, que variaban según la legión. Esto es importante a nivel internacional. Además son las campañas del emperador Augusto , el primer emperador de Roma. La única guerra que tuvo potente fue la de aquí, las guerras cántabras. Y el legado de Augusto es importante para Europa. Nuestro modelo social es heredero directo del Imperio Romano que creó Octavio Augusto», subraya Torres. «Nos han llamado para participar en congresos en Suiza, Francia, Edimburgo … Nuestros colegas del resto de Europa ven las fotos y se quedan asombrados. Ahí están las publicaciones. Es un sitio que se conoce desde 2003 , sobre el que hemos hecho documentales divulgativos en Youtube , libros, hasta un cómic, hemos atendido a la prensa, hemos tenido jornadas de puertas abiertas en las que cada año vienen cientos de personas… Este verano viene un equipo de filmación inglés para hacer un documental de más de una hora sobre las guerras cántabras en la montaña palentina… Es un sitio principal, un yacimiento estrella », recuerdan sin entender cómo ha podido ocurrir esta « torpeza monumental ». El lugar estaba, además, señalizado con carteles para recorrer los espacios y QR con información. «Es impensable que haya pasado esto en uno de los sitios más conocidos a nivel municipal; todo el mundo sabe que está ahí », insisten.Torres y Domínguez, que comenzaron a trabajar en La Loma con Peralta en 2003 y ahora dirigen con él las investigaciones, han conocido la «muy mala noticia» en Cuenca, donde están excavando otros castros prehistóricos. No han podido comprobar personalmente los daños, pero las fotos que les han enviado los vecinos son elocuentes. También la información que les proporcionó el Seprona cuando les telefoneó para comunicarles lo sucedido. « El yacimiento del Castellum A ha sido destruido por completo con maquinaria pesada, de profundidad, de plantar árboles».Ambos investigadores prefieren ser discretos y no especular con lo que ha podido haber pasado. Dejan las investigaciones en manos de la arqueóloga de la Junta de Castilla y León y de los agentes del Seprona de la Guardia Civil, que han reforzado la vigilancia en el lugar. Solo esperan que el o los culpables asuman las responsabilidades por este daño grave al patrimonio cultural . Y no vuelva a ocurrir. «Un campamento romano es un yacimiento que tiene una ocupación relativamente corta. Los legionarios montan las tiendas de campaña, levantan unas empalizadas, hacen un foso, cavan un terraplén y dejan mucho material militar, que es lo interesante, pero se van. Si el lugar se labra o pasas por encima un tractor para plantar árboles, desaparece por completo», explica Domínguez sin dar aún crédito a que esto haya ocurrido en un yacimiento que conservaba el cerco completo, con todas las estructuras. Y al que el pasado viernes le extirparon una parte para siempre y sin remedio.
«Ha sido un buen destrozo, gratuito y sin permiso legal de ningún tipo, una chapuza de principio a fin». Al arqueólogo Eduardo Peralta Labrador aún le cuesta creer que se haya destruido uno de los campamentos romanos del asedio de las … Guerras Cántabras a la ciudadela fortificada cántabra de La Loma, junto a la actual localidad de Santibáñez de la Peña, al norte de Palencia. Las fotos que le ha enviado un conocido que vive allí muestran «la salvajada que se ha perpetrado contra un Bien de Interés Cultural».
El Ayuntamiento de Santibáñez de la Peña paralizó las obras en cuanto tuvo conocimiento de que una excavadora estaba haciendo zanjas en el yacimiento. Según explica el alcalde Manuel Maza, el terreno es propiedad de la junta vecinal de Las Heras de la Peña, no municipal, y fue ésta quien autorizó a una empresa gallega a plantar árboles en el enclave arqueológico catalogado, a pesar de que «es una obra ilegal totalmente» por ser un «terreno rústico de protección cultural, que no un BIC».
Sin embargo, el yacimiento es Zona Arqueológica incluida en el catálogo online de bienes de la Junta de Castilla y León y al ser también arquitectura fortificada podría tener consideración de BIC genérico.
Maza confirma que se ha abierto un expediente y la Guardia Civil, a través del Seprona, y la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León investigan lo sucedido para exigir responsabilidades a los responsables. «Espero que les caiga una buena multa», porque «desgraciadamente, el campamento romano ha dejado de existir después de haber permanecido intacto desde el 26 o 25 a.C.», denuncia el pionero en la investigación de las Guerras Cántabras en sus redes sociales.
En conversación telefónica con ABC explica que el suceso ocurrió el pasado viernes y «se han llevado por delante todas las estructuras defensivas» de un Castellum «muy interesante», un recinto rectangular de algo menos de una hectárea que pudo albergar a unos 600 o 700 hombres. Los arqueólogos creen que «fue ocupado por una unidad con catapultas de torsión y arqueros auxiliares cuyo objetivo fue incendiar las estructuras de madera de la muralla del oppidum cántabro y las techumbres de paja de las viviendas situadas a su alcance», según explica Peralta.
Varias puntas de flechas incendiarias halladas en su interior así lo indican. También un singular proyectil de catapulta incendiario que «es el más antiguo de este tipo encontrado en todo el Imperio Romano. Hay otros de épocas posteriores, pero ése está muy bien conservado y es de época del emperador Augusto», subraya el investigador.
Eduardo peralta
Al comienzo de su mandato, terminadas las guerras civiles con Marco Antonio y convertido en emperador, Octavio Augusto quiso someter las únicas tierras de la Península Ibérica que todavía estaban sin conquistar, concretamente los territorios de los cántabros y los astures, que por entonces eran más amplios que las actuales provincias de Cantabria y Asturias.
El asedio de la ciudadela fortificada de El Castro, en La Loma, un importante asentamiento de los camáricos, un pueblo cántabro asentado a ambas vertientes de la sierra del Brezo, debió de ocurrir en alguna de las primeras campañas de las Guerras Cántabras (29-16 a.C.), a juzgar por las monedas que han encontrado. «Bien en el año 26 a.C., cuando Augusto vino personalmente a España a conquistar el norte y fracasó, o en las campañas encabezadas por los generales Cayo Antistio Veto (25 a.C.) o Lucio Emilio Lépido (24 a.C.)», señala Peralta, convencido de que se corresponde con la fase de conquista de las grandes fortalezas de los cántabros al sur de la cordillera. La Loma era un ‘oppidum’ de tamaño algo menor que el castro de Monte Bernorio, pero ocupaba unas 16,8 hectáreas y los camáricos, preparados para la guerra desde niños, se defendieron con uñas y dientes.
Para su conquista, los romanos construyeron alrededor un clásico dispositivo con un campamento principal para entre 3.000 y 5.000 hombres y varios fortines y campamentos secundarios unidos entre sí por fortificaciones. La fortaleza indígena, ocupada desde el siglo III a.C., quedó aislada y fue tomada al asalto por los romanos y arrasada, como han podido constatar arqueológicamente.



Eduardo Peralta y Santiago Domínguez
A pesar de que han sido lugares muy esquilmados por expoliadores, en las excavaciones de las murallas de El Castro y de sus puertas, fuera del alcance de los detectores de metales, encontraron unas 2.000 puntas de flecha y proyectiles de catapulta y en los campamentos romanos, numerosos materiales como clavijas de hierro de las tiendas de campaña, denarios de plata y ases de bronce y diverso armamento, como venablos arrojadizos legionarios (pila), puntas de flecha y de lanza, proyectiles de catapulta, fragmentos de espada y de daga, bocados de caballo…
Importante a nivel internacional
Hoy este conjunto «es uno de los yacimientos más importantes a nivel mundial sobre material militar y romano», aseguran los arqueólogos Jesús Francisco (Kechu) Torres Martínez y Santiago Domínguez Solera, codirectores de las investigaciones desarrolladas desde el Instituto Monte Bernorio de la Antigüedad del Cantábrico (IMBEAC), que tampoco se explican cómo ha podido ocurrir esta «barbaridad».



Imágenes del yacimiento arqueológico destruido
Cedidas por Eduardo Peralta
«Gracias al enorme acopio de materiales romanos que tenemos, podemos empezar a establecer que, probablemente, cada legión tenía su propio taller donde elaboraban determinados materiales, que variaban según la legión. Esto es importante a nivel internacional. Además son las campañas del emperador Augusto, el primer emperador de Roma. La única guerra que tuvo potente fue la de aquí, las guerras cántabras. Y el legado de Augusto es importante para Europa. Nuestro modelo social es heredero directo del Imperio Romano que creó Octavio Augusto», subraya Torres.
«Nos han llamado para participar en congresos en Suiza, Francia, Edimburgo… Nuestros colegas del resto de Europa ven las fotos y se quedan asombrados. Ahí están las publicaciones. Es un sitio que se conoce desde 2003, sobre el que hemos hecho documentales divulgativos en Youtube, libros, hasta un cómic, hemos atendido a la prensa, hemos tenido jornadas de puertas abiertas en las que cada año vienen cientos de personas… Este verano viene un equipo de filmación inglés para hacer un documental de más de una hora sobre las guerras cántabras en la montaña palentina… Es un sitio principal, un yacimiento estrella», recuerdan sin entender cómo ha podido ocurrir esta «torpeza monumental». El lugar estaba, además, señalizado con carteles para recorrer los espacios y QR con información. «Es impensable que haya pasado esto en uno de los sitios más conocidos a nivel municipal; todo el mundo sabe que está ahí», insisten.
Torres y Domínguez, que comenzaron a trabajar en La Loma con Peralta en 2003 y ahora dirigen con él las investigaciones, han conocido la «muy mala noticia» en Cuenca, donde están excavando otros castros prehistóricos. No han podido comprobar personalmente los daños, pero las fotos que les han enviado los vecinos son elocuentes. También la información que les proporcionó el Seprona cuando les telefoneó para comunicarles lo sucedido. «El yacimiento del Castellum A ha sido destruido por completo con maquinaria pesada, de profundidad, de plantar árboles».
Ambos investigadores prefieren ser discretos y no especular con lo que ha podido haber pasado. Dejan las investigaciones en manos de la arqueóloga de la Junta de Castilla y León y de los agentes del Seprona de la Guardia Civil, que han reforzado la vigilancia en el lugar. Solo esperan que el o los culpables asuman las responsabilidades por este daño grave al patrimonio cultural. Y no vuelva a ocurrir.
«Un campamento romano es un yacimiento que tiene una ocupación relativamente corta. Los legionarios montan las tiendas de campaña, levantan unas empalizadas, hacen un foso, cavan un terraplén y dejan mucho material militar, que es lo interesante, pero se van. Si el lugar se labra o pasas por encima un tractor para plantar árboles, desaparece por completo», explica Domínguez sin dar aún crédito a que esto haya ocurrido en un yacimiento que conservaba el cerco completo, con todas las estructuras. Y al que el pasado viernes le extirparon una parte para siempre y sin remedio.
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