Para encontrarse con Cervantes en 1575, Alejandro Amenábar necesitó una «crisis seria», la de quien después de rodar ‘ Regresión ‘ (2015) con Ethan Hawke y Emma Watson se quedó sin financiación para la que debía ser su siguiente película, ‘ Mientras dure la guerra ‘. Por consejo de su productor, se puso a leer sobre Cervantes. Quería evadirse y dio con una historia de encierro, ese que padeció el autor del Quijote durante cinco años en una cárcel del temido bajá (el gobernador) de Argel. Amenábar lograría después el dinero para rodar por fin aquella película en 2018, pero Argel ya había cautivado también al cineasta, que tenía claro cuál sería su próximo largometraje. «De Cervantes yo conocía lo típico, eso de que fue recaudador de impuestos, la batalla de Lepanto… pero investigando la parte del cautiverio, encontré libros que tenían que ver con lo que era la realidad de Argel en ese momento y con las acusaciones de ‘cosas viciosas, feas y deshonestas’ contra Cervantes por parte del dominico Blanco de Paz . Y me pareció que podía haber un material interesante», cuenta a ABC antes de partir para el Festival de Toronto, donde hoy se proyecta el resultado de aquel viaje que comenzó con algunas lecturas hace ya casi una década. Se titula ‘El cautivo’ y narra los cinco años de encarcelamiento de Cervantes, sus cuatro intentos de fuga y el romance que, según la historia que escribe el propio Amenábar, vivió con el bajá de Argel y que le permitió, en cierta manera, sobrevivir en un lugar que dentro de sus muros era el infierno en la tierra y que, fuera de ellos, permitía una libertad que en la Península no era aceptable en la época. «Yo hice una labor concienzuda de investigación. Los historiadores y las historiadoras, como María Antonia Garcés , cuyo trabajo sobre el cautiverio de Cervantes me ha sido fundamental para entender la importancia del trauma en la expresión creativa, tienen sus teorías, sus hipótesis, y tienen que ser muy rigurosos; y yo, como creador, lo que tengo que hacer es, basándome en todo lo que he leído, reinventar la realidad e imaginarla», cuenta el cineasta y guionista.Noticia Relacionada estandar No Arturo Pérez-Reverte va al cine a ver ‘El cautivo’ y opina sin filtros de la nueva película de Amenábar sobre Cervantes María Albert El novelista ha hablado sobre la cinta histórica que aborda el cautiverio de Miguel de Cervantes en Argel y los rumores sobre su homosexualidadAsí encontramos a un Cervantes que, con 28 años, ya sabe lo que es huir de Madrid tras batirse en un duelo, que ha vivido en el exilio, que ha luchado y perdido un brazo en Lepanto, que durante su regreso a España sufre el secuestro de corsarios musulmanes y que ahora debe tratar de sobrevivir en una cárcel de Argel hasta que su familia pague el altísimo rescate que le piden. Y él sabe que es imposible que consigan tanto dinero. Encuentra entonces en imaginar historias su vía de escape mental y, en contarlas, su salvación. «La película en realidad es sobre el arte de la narración. Hablamos de uno de los mejores contadores de historias de todos los tiempos. En El Quijote, que me he leído y releído para poder acometer este proyecto, hay un par de capítulos con bastantes elementos autobiográficos que encajaban en su propia realidad en Argel , y eso me permitió jugar con una historia dentro de una historia, mezclando realidad y ficción», explica Amenábar. Y en esa mezcla late y explota el romance homosexual que Amenábar construye en torno a la figura de Cervantes. «Si el cine se examina desde el prisma del rigor académico, por supuesto que hay muchísimas licencias, pero en esta película y en ‘La lista de Schindler’… El cine está enmarcado dentro de la ficción y es absurdo intentar contrastar una película punto por punto diciendo esto fue así, esto no fue así… Para eso están los libros de historia. Yo estoy haciendo una película sobre un personaje histórico, pero lo que no quiero es que la historia con mayúsculas se coma a las historias con minúsculas », explica el cineasta, que continúa: «La opción que he elegido y que muestra la película me parece no solo una de las más probables, sino la más interesante desde el punto de vista dramático».Los otros cautivos Arriba, Miguel Rellán (que interpreta a Antonio de Sosa), rodeado de los compañeros presos en Argel. Abajo, un retrato de Rellán. En la última imagen, el actor Fernando Tejero, que interpreta al dominico Blanco de Paz Lucía FaraigSabe Alejandro Amenábar que llenar los vacíos sentimentales de un icono nacional dará que hablar. «Bueno, la respuesta es muy sencilla –asegura–. Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que le ayuda a escapar, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación». Y está tranquilo, porque Amenábar, quizá el autor español que mejor ha sabido conectar con el gran público abordando siempre los temas que le interesaban, trabaja como en Hollywood, probando la película ante una muestra de espectadores para saber qué gusta y qué no. «En esas pruebas no ha habido tal polémica. Tanto la gente mayor como gente muy joven han codificado perfectamente la película», defiende el cineasta, que continúa: «Es que el público completa la película, independientemente de la contundencia con la que yo he reinventado este pasado. Yo digo: ‘mira, esto es lo que pudo ocurrir entre el bajá y Cervantes’, y el público soberano es el que está decidiendo por qué lo hace Cervantes: unos piensan que tiene una relación recíproca con el bajá y otros piensan que esta es una relación de poder –eso lo he leído en varios de los libros de historia– en la que Cervantes aprovecha su relación con el bajá para poder escapar de la muerte y el castigo. Da igual lo que yo haya hecho, la gente completa el puzle en su cabeza». «Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que ayuda a escapar a Cervantes, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación» Alejandro Amenábar Director de ‘El cautivo’La polémica aún no ha llegado, y quizá no la haya, pero sabe Amenábar que entre los periodistas y compañeros que han visto la película el tema capitaliza la conversación. «Si hay algún tipo de reticencias ante lo que pueda mostrar, el problema no está en la película, sino en el prejuicio que tenga la persona que está viéndola», remata.Y esa historia, la de ‘ El cautivo’, que se estrena en España el viernes , es en realidad muchas películas: de aventuras, de fugas de cárcel, de amistad entre presos, de literatura, del poder de las historias, de la fuerza de la imaginación, de las ansias de libertad y de amor. Todo con una producción de máximo nivel, como en todas las de Alejandro Amenábar tras su sorprendente debut con ‘ Tesis ‘: la han tenido ‘ Abre los ojos’, ‘ Los otros’, ‘Mar adentro’, ‘Agora’, ‘Regresión’ y ‘Mientras dure la guerra’ . «Me ha llevado años darme cuenta, pero lo que expreso en mis películas apela a la libertad, y la reivindicación de la libertad de Cervantes está en El Quijote una y otra vez. En mi caso, todo lo que he rodado lo he hecho con una libertad creativa absoluta, y por eso reivindico la libertad, ya sea la física de Ramón Sampedro, que deseaba morir dignamente, o la individual que es la que adquiere Hipatia en Ágora o Grace en ‘Los otros’. Y la suma de todo eso está en ‘El cautivo’, que es una película sobre la cautividad de alguien que busca la libertad a todos los niveles ».«Los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y aquel Argel era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI» A. Amenábar Cineasta, director de ‘El cautivo’También apela Amenábar a cómo su cine ha hablado del presente muchas veces desde el pasado, un presente donde todo es frágil. «En la Argel del siglo XVI había esa permisividad en la que los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI. Y ahora hay desfiles del orgullo gay en España como el de Madrid, lo cual es absolutamente impensable en la Argel de ahora», explica. «Por eso hay que esperar a ver si surge una polémica en España, porque si surgiera sería un señalador muy claro de hasta qué punto está normalizada o no la homosexualidad en nuestra sociedad. Está claro que en el siglo XVI no lo estaba y por eso Miguel de Cervantes encarga ese informe de Argel para salvar, entre comillas, su reputación ante las acusaciones de sodomía de Blanco de Paz. Pero aquí estamos en el siglo XXI, en España, y esto debería vivirse desde la normalidad». Momentos de ‘El cautivo’ Arriba, Alejandro Amenábar da instrucciones a Alessandro Borghi, que interpreta al bajá de Argel en ‘El cautivo’; abajo, una escena de ‘El cautivo’ de clara inspiración quijotesca. En la última imagen, No es la primera vez que Alejandro Amenábar viaja a un episodio de la historia de España. Lo hizo con ‘Mientras dure la guerra’ y el discurso de Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al inicio de la Guerra Civil. Y hubo ruido, claro: «Pero finalmente conseguí lo que buscaba, que era una película de conciliación y de punto de encuentro; lo que pasa es que a veces, cuando los puntos están tan distantes unos de otros, es difícil que se encuentren. Buscaba una película para que todos nos sintiéramos reflejados y nos entendiéramos », dice. «Debo ser un ingenuo o un incauto como Cervantes, que intentó fugarse cuatro veces y las cuatro veces lo pillaron, pero siempre se salvó de la muerte. Igual soy un incauto por pensar que me voy a salvar esta vez también». Para encontrarse con Cervantes en 1575, Alejandro Amenábar necesitó una «crisis seria», la de quien después de rodar ‘ Regresión ‘ (2015) con Ethan Hawke y Emma Watson se quedó sin financiación para la que debía ser su siguiente película, ‘ Mientras dure la guerra ‘. Por consejo de su productor, se puso a leer sobre Cervantes. Quería evadirse y dio con una historia de encierro, ese que padeció el autor del Quijote durante cinco años en una cárcel del temido bajá (el gobernador) de Argel. Amenábar lograría después el dinero para rodar por fin aquella película en 2018, pero Argel ya había cautivado también al cineasta, que tenía claro cuál sería su próximo largometraje. «De Cervantes yo conocía lo típico, eso de que fue recaudador de impuestos, la batalla de Lepanto… pero investigando la parte del cautiverio, encontré libros que tenían que ver con lo que era la realidad de Argel en ese momento y con las acusaciones de ‘cosas viciosas, feas y deshonestas’ contra Cervantes por parte del dominico Blanco de Paz . Y me pareció que podía haber un material interesante», cuenta a ABC antes de partir para el Festival de Toronto, donde hoy se proyecta el resultado de aquel viaje que comenzó con algunas lecturas hace ya casi una década. Se titula ‘El cautivo’ y narra los cinco años de encarcelamiento de Cervantes, sus cuatro intentos de fuga y el romance que, según la historia que escribe el propio Amenábar, vivió con el bajá de Argel y que le permitió, en cierta manera, sobrevivir en un lugar que dentro de sus muros era el infierno en la tierra y que, fuera de ellos, permitía una libertad que en la Península no era aceptable en la época. «Yo hice una labor concienzuda de investigación. Los historiadores y las historiadoras, como María Antonia Garcés , cuyo trabajo sobre el cautiverio de Cervantes me ha sido fundamental para entender la importancia del trauma en la expresión creativa, tienen sus teorías, sus hipótesis, y tienen que ser muy rigurosos; y yo, como creador, lo que tengo que hacer es, basándome en todo lo que he leído, reinventar la realidad e imaginarla», cuenta el cineasta y guionista.Noticia Relacionada estandar No Arturo Pérez-Reverte va al cine a ver ‘El cautivo’ y opina sin filtros de la nueva película de Amenábar sobre Cervantes María Albert El novelista ha hablado sobre la cinta histórica que aborda el cautiverio de Miguel de Cervantes en Argel y los rumores sobre su homosexualidadAsí encontramos a un Cervantes que, con 28 años, ya sabe lo que es huir de Madrid tras batirse en un duelo, que ha vivido en el exilio, que ha luchado y perdido un brazo en Lepanto, que durante su regreso a España sufre el secuestro de corsarios musulmanes y que ahora debe tratar de sobrevivir en una cárcel de Argel hasta que su familia pague el altísimo rescate que le piden. Y él sabe que es imposible que consigan tanto dinero. Encuentra entonces en imaginar historias su vía de escape mental y, en contarlas, su salvación. «La película en realidad es sobre el arte de la narración. Hablamos de uno de los mejores contadores de historias de todos los tiempos. En El Quijote, que me he leído y releído para poder acometer este proyecto, hay un par de capítulos con bastantes elementos autobiográficos que encajaban en su propia realidad en Argel , y eso me permitió jugar con una historia dentro de una historia, mezclando realidad y ficción», explica Amenábar. Y en esa mezcla late y explota el romance homosexual que Amenábar construye en torno a la figura de Cervantes. «Si el cine se examina desde el prisma del rigor académico, por supuesto que hay muchísimas licencias, pero en esta película y en ‘La lista de Schindler’… El cine está enmarcado dentro de la ficción y es absurdo intentar contrastar una película punto por punto diciendo esto fue así, esto no fue así… Para eso están los libros de historia. Yo estoy haciendo una película sobre un personaje histórico, pero lo que no quiero es que la historia con mayúsculas se coma a las historias con minúsculas », explica el cineasta, que continúa: «La opción que he elegido y que muestra la película me parece no solo una de las más probables, sino la más interesante desde el punto de vista dramático».Los otros cautivos Arriba, Miguel Rellán (que interpreta a Antonio de Sosa), rodeado de los compañeros presos en Argel. Abajo, un retrato de Rellán. En la última imagen, el actor Fernando Tejero, que interpreta al dominico Blanco de Paz Lucía FaraigSabe Alejandro Amenábar que llenar los vacíos sentimentales de un icono nacional dará que hablar. «Bueno, la respuesta es muy sencilla –asegura–. Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que le ayuda a escapar, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación». Y está tranquilo, porque Amenábar, quizá el autor español que mejor ha sabido conectar con el gran público abordando siempre los temas que le interesaban, trabaja como en Hollywood, probando la película ante una muestra de espectadores para saber qué gusta y qué no. «En esas pruebas no ha habido tal polémica. Tanto la gente mayor como gente muy joven han codificado perfectamente la película», defiende el cineasta, que continúa: «Es que el público completa la película, independientemente de la contundencia con la que yo he reinventado este pasado. Yo digo: ‘mira, esto es lo que pudo ocurrir entre el bajá y Cervantes’, y el público soberano es el que está decidiendo por qué lo hace Cervantes: unos piensan que tiene una relación recíproca con el bajá y otros piensan que esta es una relación de poder –eso lo he leído en varios de los libros de historia– en la que Cervantes aprovecha su relación con el bajá para poder escapar de la muerte y el castigo. Da igual lo que yo haya hecho, la gente completa el puzle en su cabeza». «Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que ayuda a escapar a Cervantes, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación» Alejandro Amenábar Director de ‘El cautivo’La polémica aún no ha llegado, y quizá no la haya, pero sabe Amenábar que entre los periodistas y compañeros que han visto la película el tema capitaliza la conversación. «Si hay algún tipo de reticencias ante lo que pueda mostrar, el problema no está en la película, sino en el prejuicio que tenga la persona que está viéndola», remata.Y esa historia, la de ‘ El cautivo’, que se estrena en España el viernes , es en realidad muchas películas: de aventuras, de fugas de cárcel, de amistad entre presos, de literatura, del poder de las historias, de la fuerza de la imaginación, de las ansias de libertad y de amor. Todo con una producción de máximo nivel, como en todas las de Alejandro Amenábar tras su sorprendente debut con ‘ Tesis ‘: la han tenido ‘ Abre los ojos’, ‘ Los otros’, ‘Mar adentro’, ‘Agora’, ‘Regresión’ y ‘Mientras dure la guerra’ . «Me ha llevado años darme cuenta, pero lo que expreso en mis películas apela a la libertad, y la reivindicación de la libertad de Cervantes está en El Quijote una y otra vez. En mi caso, todo lo que he rodado lo he hecho con una libertad creativa absoluta, y por eso reivindico la libertad, ya sea la física de Ramón Sampedro, que deseaba morir dignamente, o la individual que es la que adquiere Hipatia en Ágora o Grace en ‘Los otros’. Y la suma de todo eso está en ‘El cautivo’, que es una película sobre la cautividad de alguien que busca la libertad a todos los niveles ».«Los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y aquel Argel era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI» A. Amenábar Cineasta, director de ‘El cautivo’También apela Amenábar a cómo su cine ha hablado del presente muchas veces desde el pasado, un presente donde todo es frágil. «En la Argel del siglo XVI había esa permisividad en la que los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI. Y ahora hay desfiles del orgullo gay en España como el de Madrid, lo cual es absolutamente impensable en la Argel de ahora», explica. «Por eso hay que esperar a ver si surge una polémica en España, porque si surgiera sería un señalador muy claro de hasta qué punto está normalizada o no la homosexualidad en nuestra sociedad. Está claro que en el siglo XVI no lo estaba y por eso Miguel de Cervantes encarga ese informe de Argel para salvar, entre comillas, su reputación ante las acusaciones de sodomía de Blanco de Paz. Pero aquí estamos en el siglo XXI, en España, y esto debería vivirse desde la normalidad». Momentos de ‘El cautivo’ Arriba, Alejandro Amenábar da instrucciones a Alessandro Borghi, que interpreta al bajá de Argel en ‘El cautivo’; abajo, una escena de ‘El cautivo’ de clara inspiración quijotesca. En la última imagen, No es la primera vez que Alejandro Amenábar viaja a un episodio de la historia de España. Lo hizo con ‘Mientras dure la guerra’ y el discurso de Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al inicio de la Guerra Civil. Y hubo ruido, claro: «Pero finalmente conseguí lo que buscaba, que era una película de conciliación y de punto de encuentro; lo que pasa es que a veces, cuando los puntos están tan distantes unos de otros, es difícil que se encuentren. Buscaba una película para que todos nos sintiéramos reflejados y nos entendiéramos », dice. «Debo ser un ingenuo o un incauto como Cervantes, que intentó fugarse cuatro veces y las cuatro veces lo pillaron, pero siempre se salvó de la muerte. Igual soy un incauto por pensar que me voy a salvar esta vez también».
Para encontrarse con Cervantes en 1575, Alejandro Amenábar necesitó una «crisis seria», la de quien después de rodar ‘Regresión‘ (2015) con Ethan Hawke y Emma Watson se quedó sin financiación para la que debía ser su siguiente película, ‘Mientras dure la guerra‘. … Por consejo de su productor, se puso a leer sobre Cervantes. Quería evadirse y dio con una historia de encierro, ese que padeció el autor del Quijote durante cinco años en una cárcel del temido bajá (el gobernador) de Argel. Amenábar lograría después el dinero para rodar por fin aquella película en 2018, pero Argel ya había cautivado también al cineasta, que tenía claro cuál sería su próximo largometraje. «De Cervantes yo conocía lo típico, eso de que fue recaudador de impuestos, la batalla de Lepanto… pero investigando la parte del cautiverio, encontré libros que tenían que ver con lo que era la realidad de Argel en ese momento y con las acusaciones de ‘cosas viciosas, feas y deshonestas’ contra Cervantes por parte del dominico Blanco de Paz. Y me pareció que podía haber un material interesante», cuenta a ABC antes de partir para el Festival de Toronto, donde hoy se proyecta el resultado de aquel viaje que comenzó con algunas lecturas hace ya casi una década.
Se titula ‘El cautivo’ y narra los cinco años de encarcelamiento de Cervantes, sus cuatro intentos de fuga y el romance que, según la historia que escribe el propio Amenábar, vivió con el bajá de Argel y que le permitió, en cierta manera, sobrevivir en un lugar que dentro de sus muros era el infierno en la tierra y que, fuera de ellos, permitía una libertad que en la Península no era aceptable en la época. «Yo hice una labor concienzuda de investigación. Los historiadores y las historiadoras, como María Antonia Garcés, cuyo trabajo sobre el cautiverio de Cervantes me ha sido fundamental para entender la importancia del trauma en la expresión creativa, tienen sus teorías, sus hipótesis, y tienen que ser muy rigurosos; y yo, como creador, lo que tengo que hacer es, basándome en todo lo que he leído, reinventar la realidad e imaginarla», cuenta el cineasta y guionista.
Así encontramos a un Cervantes que, con 28 años, ya sabe lo que es huir de Madrid tras batirse en un duelo, que ha vivido en el exilio, que ha luchado y perdido un brazo en Lepanto, que durante su regreso a España sufre el secuestro de corsarios musulmanes y que ahora debe tratar de sobrevivir en una cárcel de Argel hasta que su familia pague el altísimo rescate que le piden. Y él sabe que es imposible que consigan tanto dinero. Encuentra entonces en imaginar historias su vía de escape mental y, en contarlas, su salvación. «La película en realidad es sobre el arte de la narración. Hablamos de uno de los mejores contadores de historias de todos los tiempos. En El Quijote, que me he leído y releído para poder acometer este proyecto, hay un par de capítulos con bastantes elementos autobiográficos que encajaban en su propia realidad en Argel, y eso me permitió jugar con una historia dentro de una historia, mezclando realidad y ficción», explica Amenábar.
Y en esa mezcla late y explota el romance homosexual que Amenábar construye en torno a la figura de Cervantes. «Si el cine se examina desde el prisma del rigor académico, por supuesto que hay muchísimas licencias, pero en esta película y en ‘La lista de Schindler’… El cine está enmarcado dentro de la ficción y es absurdo intentar contrastar una película punto por punto diciendo esto fue así, esto no fue así… Para eso están los libros de historia. Yo estoy haciendo una película sobre un personaje histórico, pero lo que no quiero es que la historia con mayúsculas se coma a las historias con minúsculas», explica el cineasta, que continúa: «La opción que he elegido y que muestra la película me parece no solo una de las más probables, sino la más interesante desde el punto de vista dramático».



Arriba, Miguel Rellán (que interpreta a Antonio de Sosa), rodeado de los compañeros presos en Argel. Abajo, un retrato de Rellán. En la última imagen, el actor Fernando Tejero, que interpreta al dominico Blanco de Paz
Lucía Faraig
Sabe Alejandro Amenábar que llenar los vacíos sentimentales de un icono nacional dará que hablar. «Bueno, la respuesta es muy sencilla –asegura–. Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que le ayuda a escapar, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación». Y está tranquilo, porque Amenábar, quizá el autor español que mejor ha sabido conectar con el gran público abordando siempre los temas que le interesaban, trabaja como en Hollywood, probando la película ante una muestra de espectadores para saber qué gusta y qué no. «En esas pruebas no ha habido tal polémica. Tanto la gente mayor como gente muy joven han codificado perfectamente la película», defiende el cineasta, que continúa: «Es que el público completa la película, independientemente de la contundencia con la que yo he reinventado este pasado. Yo digo: ‘mira, esto es lo que pudo ocurrir entre el bajá y Cervantes’, y el público soberano es el que está decidiendo por qué lo hace Cervantes: unos piensan que tiene una relación recíproca con el bajá y otros piensan que esta es una relación de poder –eso lo he leído en varios de los libros de historia– en la que Cervantes aprovecha su relación con el bajá para poder escapar de la muerte y el castigo. Da igual lo que yo haya hecho, la gente completa el puzle en su cabeza».
«Si yo me hubiera inventado una princesa que fuera la hija del bajá, una princesa maravillosa y guapísima que ayuda a escapar a Cervantes, probablemente no estaríamos teniendo esta conversación»
Alejandro Amenábar
Director de ‘El cautivo’
La polémica aún no ha llegado, y quizá no la haya, pero sabe Amenábar que entre los periodistas y compañeros que han visto la película el tema capitaliza la conversación. «Si hay algún tipo de reticencias ante lo que pueda mostrar, el problema no está en la película, sino en el prejuicio que tenga la persona que está viéndola», remata.
Y esa historia, la de ‘El cautivo’, que se estrena en España el viernes, es en realidad muchas películas: de aventuras, de fugas de cárcel, de amistad entre presos, de literatura, del poder de las historias, de la fuerza de la imaginación, de las ansias de libertad y de amor. Todo con una producción de máximo nivel, como en todas las de Alejandro Amenábar tras su sorprendente debut con ‘Tesis‘: la han tenido ‘Abre los ojos’, ‘ Los otros’, ‘Mar adentro’, ‘Agora’, ‘Regresión’ y ‘Mientras dure la guerra’. «Me ha llevado años darme cuenta, pero lo que expreso en mis películas apela a la libertad, y la reivindicación de la libertad de Cervantes está en El Quijote una y otra vez. En mi caso, todo lo que he rodado lo he hecho con una libertad creativa absoluta, y por eso reivindico la libertad, ya sea la física de Ramón Sampedro, que deseaba morir dignamente, o la individual que es la que adquiere Hipatia en Ágora o Grace en ‘Los otros’. Y la suma de todo eso está en ‘El cautivo’, que es una película sobre la cautividad de alguien que busca la libertad a todos los niveles».
«Los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y aquel Argel era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI»
A. Amenábar
Cineasta, director de ‘El cautivo’
También apela Amenábar a cómo su cine ha hablado del presente muchas veces desde el pasado, un presente donde todo es frágil. «En la Argel del siglo XVI había esa permisividad en la que los corsarios podían pasearse con sus amantes varones por las calles, incluso presumían de ellos, y era un gran contraste con la realidad de la España del siglo XVI. Y ahora hay desfiles del orgullo gay en España como el de Madrid, lo cual es absolutamente impensable en la Argel de ahora», explica. «Por eso hay que esperar a ver si surge una polémica en España, porque si surgiera sería un señalador muy claro de hasta qué punto está normalizada o no la homosexualidad en nuestra sociedad. Está claro que en el siglo XVI no lo estaba y por eso Miguel de Cervantes encarga ese informe de Argel para salvar, entre comillas, su reputación ante las acusaciones de sodomía de Blanco de Paz. Pero aquí estamos en el siglo XXI, en España, y esto debería vivirse desde la normalidad».



Arriba, Alejandro Amenábar da instrucciones a Alessandro Borghi, que interpreta al bajá de Argel en ‘El cautivo’; abajo, una escena de ‘El cautivo’ de clara inspiración quijotesca. En la última imagen,
No es la primera vez que Alejandro Amenábar viaja a un episodio de la historia de España. Lo hizo con ‘Mientras dure la guerra’ y el discurso de Miguel de Unamuno en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca al inicio de la Guerra Civil. Y hubo ruido, claro: «Pero finalmente conseguí lo que buscaba, que era una película de conciliación y de punto de encuentro; lo que pasa es que a veces, cuando los puntos están tan distantes unos de otros, es difícil que se encuentren. Buscaba una película para que todos nos sintiéramos reflejados y nos entendiéramos», dice. «Debo ser un ingenuo o un incauto como Cervantes, que intentó fugarse cuatro veces y las cuatro veces lo pillaron, pero siempre se salvó de la muerte. Igual soy un incauto por pensar que me voy a salvar esta vez también».
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