Iris Murdoch brilló como filósofa de primera línea, fue una novelista celebrada y recibió honores como la Orden del Imperio Británico. Pero ningún homenaje fue tan bello como el que le dedicó su esposo, John Bayley , en ‘Elegía a Iris’ . Fue publicado en 1999, el año en que murió la escritora, enferma de alzhéimer, y la editorial Elba ha tenido el acierto de recuperarlo. Bayley traza un arco que va desde el instante en que se enamoró de ella -«fue casi sobrenatural, después de haberla visto pasar en bicicleta desde la ventana- hasta los días finales, envueltos en la «niebla insidiosa» de la enfermedad.’Elegía a Iris’ es un canto impregnado de ternura, un retrato de un matrimonio de soledades compartidas. «Estábamos juntos porque nos reconfortaba la soledad que cada uno percibía en el otro», escribe Bayley. Más que amantes, eran cómplices de una intimidad silenciosa. Bayley no se ahorra algunas aventuras de Murdoch y sus relaciones pasadas. En el matrimonio los dos se sentían a salvo. «Puedes vivir durante años con una persona sin tener la sensación de estar casado», escribe, citando al novelista Anthony Powell. Pero cuando das el paso definitivo sientes «en seguida que has entrado en una nueva esfera de sensaciones y comportamientos».’Elegía a Iris’ Autor John Bayley Traducción Fernando Borrajo Editorial Elba, 2024 Número de páginas 264 Precio 23 euros 4Bayley enlaza sus recuerdos con Murdoch con el presente desde el que escribe, un ejercicio que equilibra nostalgia y dolor. No se detiene en exceso en los estragos del alzhéimer, y cuando lo hace hay una sensibilidad casi poética, como cuando se maravilla ante sus sonrisas inesperadas. «La cara del enfermo de alzhéimer solo sugiere ausencia», escribe, «por eso resulta tan extraordinaria la aparición repentina de una sonrisa». Bayley construye una atmósfera frágil, cargada de intimidad. «A pesar de sus continuas y ansiosas preguntas, Iris parece no saber quejarse. Nunca supo».’Elegía a Iris’ va más allá del homenaje: Bayley se esfuerza en descifrar a una mujer compleja. Intenta acercarse a estadios de su interior, a los que ya no tendrá acceso, y explora el enigma de su proceso creativo. «Siempre me intrigó el funcionamiento de la mente creadora de Iris», confiesa Bayley, que compaginó la escritura con la enseñanza de literatura. Murdoch no se preocupaba demasiado por la literatura ‘culta’; prefería aferrarse a «sencillas historias de sabor popular». Toda narración, decía ella, debía tener algo para todo el mundo. Por eso la seguimos leyendo. Iris Murdoch brilló como filósofa de primera línea, fue una novelista celebrada y recibió honores como la Orden del Imperio Británico. Pero ningún homenaje fue tan bello como el que le dedicó su esposo, John Bayley , en ‘Elegía a Iris’ . Fue publicado en 1999, el año en que murió la escritora, enferma de alzhéimer, y la editorial Elba ha tenido el acierto de recuperarlo. Bayley traza un arco que va desde el instante en que se enamoró de ella -«fue casi sobrenatural, después de haberla visto pasar en bicicleta desde la ventana- hasta los días finales, envueltos en la «niebla insidiosa» de la enfermedad.’Elegía a Iris’ es un canto impregnado de ternura, un retrato de un matrimonio de soledades compartidas. «Estábamos juntos porque nos reconfortaba la soledad que cada uno percibía en el otro», escribe Bayley. Más que amantes, eran cómplices de una intimidad silenciosa. Bayley no se ahorra algunas aventuras de Murdoch y sus relaciones pasadas. En el matrimonio los dos se sentían a salvo. «Puedes vivir durante años con una persona sin tener la sensación de estar casado», escribe, citando al novelista Anthony Powell. Pero cuando das el paso definitivo sientes «en seguida que has entrado en una nueva esfera de sensaciones y comportamientos».’Elegía a Iris’ Autor John Bayley Traducción Fernando Borrajo Editorial Elba, 2024 Número de páginas 264 Precio 23 euros 4Bayley enlaza sus recuerdos con Murdoch con el presente desde el que escribe, un ejercicio que equilibra nostalgia y dolor. No se detiene en exceso en los estragos del alzhéimer, y cuando lo hace hay una sensibilidad casi poética, como cuando se maravilla ante sus sonrisas inesperadas. «La cara del enfermo de alzhéimer solo sugiere ausencia», escribe, «por eso resulta tan extraordinaria la aparición repentina de una sonrisa». Bayley construye una atmósfera frágil, cargada de intimidad. «A pesar de sus continuas y ansiosas preguntas, Iris parece no saber quejarse. Nunca supo».’Elegía a Iris’ va más allá del homenaje: Bayley se esfuerza en descifrar a una mujer compleja. Intenta acercarse a estadios de su interior, a los que ya no tendrá acceso, y explora el enigma de su proceso creativo. «Siempre me intrigó el funcionamiento de la mente creadora de Iris», confiesa Bayley, que compaginó la escritura con la enseñanza de literatura. Murdoch no se preocupaba demasiado por la literatura ‘culta’; prefería aferrarse a «sencillas historias de sabor popular». Toda narración, decía ella, debía tener algo para todo el mundo. Por eso la seguimos leyendo.
Crítica
John Bayley traza un arco que va desde el instante en que se enamoró de la escritora hasta los días finales, envueltos en la «niebla insidiosa» de la enfermedad
Iris Murdoch brilló como filósofa de primera línea, fue una novelista celebrada y recibió honores como la Orden del Imperio Británico. Pero ningún homenaje fue tan bello como el que le dedicó su esposo, John Bayley, en ‘Elegía a Iris’. Fue publicado … en 1999, el año en que murió la escritora, enferma de alzhéimer, y la editorial Elba ha tenido el acierto de recuperarlo. Bayley traza un arco que va desde el instante en que se enamoró de ella -«fue casi sobrenatural, después de haberla visto pasar en bicicleta desde la ventana- hasta los días finales, envueltos en la «niebla insidiosa» de la enfermedad.
‘Elegía a Iris’ es un canto impregnado de ternura, un retrato de un matrimonio de soledades compartidas. «Estábamos juntos porque nos reconfortaba la soledad que cada uno percibía en el otro», escribe Bayley. Más que amantes, eran cómplices de una intimidad silenciosa. Bayley no se ahorra algunas aventuras de Murdoch y sus relaciones pasadas. En el matrimonio los dos se sentían a salvo. «Puedes vivir durante años con una persona sin tener la sensación de estar casado», escribe, citando al novelista Anthony Powell. Pero cuando das el paso definitivo sientes «en seguida que has entrado en una nueva esfera de sensaciones y comportamientos».
‘Elegía a Iris’

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Autor
John Bayley -
Traducción
Fernando Borrajo -
Editorial
Elba, 2024 -
Número de páginas
264 -
Precio
23 euros
Bayley enlaza sus recuerdos con Murdoch con el presente desde el que escribe, un ejercicio que equilibra nostalgia y dolor. No se detiene en exceso en los estragos del alzhéimer, y cuando lo hace hay una sensibilidad casi poética, como cuando se maravilla ante sus sonrisas inesperadas. «La cara del enfermo de alzhéimer solo sugiere ausencia», escribe, «por eso resulta tan extraordinaria la aparición repentina de una sonrisa». Bayley construye una atmósfera frágil, cargada de intimidad. «A pesar de sus continuas y ansiosas preguntas, Iris parece no saber quejarse. Nunca supo».
‘Elegía a Iris’ va más allá del homenaje: Bayley se esfuerza en descifrar a una mujer compleja. Intenta acercarse a estadios de su interior, a los que ya no tendrá acceso, y explora el enigma de su proceso creativo. «Siempre me intrigó el funcionamiento de la mente creadora de Iris», confiesa Bayley, que compaginó la escritura con la enseñanza de literatura. Murdoch no se preocupaba demasiado por la literatura ‘culta’; prefería aferrarse a «sencillas historias de sabor popular». Toda narración, decía ella, debía tener algo para todo el mundo. Por eso la seguimos leyendo.
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