A pesar de que la tan cacareada memoria histórica o democrática haya contribuido decisivamente a convertir a los comunistas de las décadas de 1930 a 1960 en demócratas de toda la vida, la realidad no solo fue bien distinta, sino contraria. El abuso de la memoria, que, a diferencia de la buena historia, lee el pasado en función de los intereses ideológicos y políticos del presente , permite blanquear o ensuciar a gusto del consumidor. Comoquiera que sea, los crímenes del comunismo en aquellos tiempos, de tipo moral o simple y llanamente existenciales, menudearon tanto en la URSS como en el resto del mundo. ENSAYO ‘Excomunistas. De la Revolución a la Guerra Fría cultural: Joaquín Maurín (1896-1973) Autor Alberto Sabio Alcutén Editorial Galaxia Gutenberg Año 2024 Páginas 544 Precio 24 euros 4Los comunistas se emplearon con especial saña con sus afines, supuestos disidentes o excamaradas, como bien atestiguan los famosos procesos de Moscú o el piolet de Mercader en la cabeza de Trotsky. España no fue una excepción. Releer ‘Autobiografía de Federico Sánchez’, de Jorge Semprún , puede resultar, en este sentido, muy ilustrador. O, asimismo, pensar en los líderes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM): asesinado por agentes soviéticos uno, Andreu Nin; harto vilipendiando otro, Joaquín Maurín. Mientras que Nin ha sido estudiado y recordado, Maurín sigue resultando algo desconocido y olvidado. Afortunadamente, Alberto Sabio acaba de dedicarle un interesante libro, a manera de biografía. Dejar atrás «las infamias no demostradas» constituye uno de sus objetivos. La reconstrucción de su vida se lleva a cabo en dos partes. Comprende la primera desde el nacimiento en la aragonesa Bonansa, en 1896, hasta la llegada a Estados Unidos en 1947. Instalado en Barcelona e impactado por la Revolución rusa, Maurín se implicó en el sindicalismo revolucionario, viajó a Moscú y ostentó cargos directivos en la CNT y el PCE. Incómodo en ambas experiencias, fundó, en 1930, el Bloque Obrero y Campesino (BOC) y, cinco años después, el POUM, una formación comunista heterodoxa, ni estalinista ni trotskista. Dejar atrás «las infamias no demostradas» es uno de los objetivos del autorSobresalió también como pensador marxista. La sublevación de 1936 le pilló en Galicia y tuvo que esconderse. Iba a permanecer una década en distintas prisiones. Salvó la vida gracias a un familiar cura castrense. Sin colaboracionismo, sostiene Sabio, a pesar de las acusaciones comunistas de espía de la Gestapo o agente franquista. Tras salir de prisión, decidió exiliarse. En octubre de 1947 llegó a Nueva York. La segunda parte se centra en los años americanos, que no fueron pocos —falleció en 1973— ni en nada ininteresantes. El autor aporta muchísimos datos desconocidos y notables evidencias . Conseguir la residencia y la ciudadanía no resultó fácil para Maurín debido a su pasado comunista. Comoquiera que sea, su evolución hacia el socialismo democrático había empezado ya en la cárcel. Creó una importante agencia literario-periodística, la American Literary Agency, que trabajó con numerosos periódicos latinoamericanos y estadounidenses. Entre sus principales colaboradores sobresalen Germán Arciniega, Alfonso Reyes, José Figueres y Miguel Ángel Asturias , así como los exiliados Madariaga, Araquistáin, Gómez de la Serna, Sender y Víctor Alba . Cooperó, desde su acendrado antiestalinismo y atlantismo , con el Congreso por la Libertad de la Cultura y la revista ‘Cuadernos’ de Julián Gorkin, aunque no existen pruebas de pagos de la CIA, asegura Sabio con demasiado empeño, a su agencia, que mantuvo la independencia. Sugestivo y de agradable lectura, ‘Excomunistas…’ consigue, como preconizara Kracauer , devolver a la vida a un muerto: Joaquín Maurín. A pesar de que la tan cacareada memoria histórica o democrática haya contribuido decisivamente a convertir a los comunistas de las décadas de 1930 a 1960 en demócratas de toda la vida, la realidad no solo fue bien distinta, sino contraria. El abuso de la memoria, que, a diferencia de la buena historia, lee el pasado en función de los intereses ideológicos y políticos del presente , permite blanquear o ensuciar a gusto del consumidor. Comoquiera que sea, los crímenes del comunismo en aquellos tiempos, de tipo moral o simple y llanamente existenciales, menudearon tanto en la URSS como en el resto del mundo. ENSAYO ‘Excomunistas. De la Revolución a la Guerra Fría cultural: Joaquín Maurín (1896-1973) Autor Alberto Sabio Alcutén Editorial Galaxia Gutenberg Año 2024 Páginas 544 Precio 24 euros 4Los comunistas se emplearon con especial saña con sus afines, supuestos disidentes o excamaradas, como bien atestiguan los famosos procesos de Moscú o el piolet de Mercader en la cabeza de Trotsky. España no fue una excepción. Releer ‘Autobiografía de Federico Sánchez’, de Jorge Semprún , puede resultar, en este sentido, muy ilustrador. O, asimismo, pensar en los líderes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM): asesinado por agentes soviéticos uno, Andreu Nin; harto vilipendiando otro, Joaquín Maurín. Mientras que Nin ha sido estudiado y recordado, Maurín sigue resultando algo desconocido y olvidado. Afortunadamente, Alberto Sabio acaba de dedicarle un interesante libro, a manera de biografía. Dejar atrás «las infamias no demostradas» constituye uno de sus objetivos. La reconstrucción de su vida se lleva a cabo en dos partes. Comprende la primera desde el nacimiento en la aragonesa Bonansa, en 1896, hasta la llegada a Estados Unidos en 1947. Instalado en Barcelona e impactado por la Revolución rusa, Maurín se implicó en el sindicalismo revolucionario, viajó a Moscú y ostentó cargos directivos en la CNT y el PCE. Incómodo en ambas experiencias, fundó, en 1930, el Bloque Obrero y Campesino (BOC) y, cinco años después, el POUM, una formación comunista heterodoxa, ni estalinista ni trotskista. Dejar atrás «las infamias no demostradas» es uno de los objetivos del autorSobresalió también como pensador marxista. La sublevación de 1936 le pilló en Galicia y tuvo que esconderse. Iba a permanecer una década en distintas prisiones. Salvó la vida gracias a un familiar cura castrense. Sin colaboracionismo, sostiene Sabio, a pesar de las acusaciones comunistas de espía de la Gestapo o agente franquista. Tras salir de prisión, decidió exiliarse. En octubre de 1947 llegó a Nueva York. La segunda parte se centra en los años americanos, que no fueron pocos —falleció en 1973— ni en nada ininteresantes. El autor aporta muchísimos datos desconocidos y notables evidencias . Conseguir la residencia y la ciudadanía no resultó fácil para Maurín debido a su pasado comunista. Comoquiera que sea, su evolución hacia el socialismo democrático había empezado ya en la cárcel. Creó una importante agencia literario-periodística, la American Literary Agency, que trabajó con numerosos periódicos latinoamericanos y estadounidenses. Entre sus principales colaboradores sobresalen Germán Arciniega, Alfonso Reyes, José Figueres y Miguel Ángel Asturias , así como los exiliados Madariaga, Araquistáin, Gómez de la Serna, Sender y Víctor Alba . Cooperó, desde su acendrado antiestalinismo y atlantismo , con el Congreso por la Libertad de la Cultura y la revista ‘Cuadernos’ de Julián Gorkin, aunque no existen pruebas de pagos de la CIA, asegura Sabio con demasiado empeño, a su agencia, que mantuvo la independencia. Sugestivo y de agradable lectura, ‘Excomunistas…’ consigue, como preconizara Kracauer , devolver a la vida a un muerto: Joaquín Maurín.
A pesar de que la tan cacareada memoria histórica o democrática haya contribuido decisivamente a convertir a los comunistas de las décadas de 1930 a 1960 en demócratas de toda la vida, la realidad no solo fue bien distinta, sino contraria.
El abuso de … la memoria, que, a diferencia de la buena historia, lee el pasado en función de los intereses ideológicos y políticos del presente, permite blanquear o ensuciar a gusto del consumidor. Comoquiera que sea, los crímenes del comunismo en aquellos tiempos, de tipo moral o simple y llanamente existenciales, menudearon tanto en la URSS como en el resto del mundo.

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Autor
Alberto Sabio Alcutén -
Editorial
Galaxia Gutenberg -
Año
2024 -
Páginas
544 -
Precio
24 euros
Los comunistas se emplearon con especial saña con sus afines, supuestos disidentes o excamaradas, como bien atestiguan los famosos procesos de Moscú o el piolet de Mercader en la cabeza de Trotsky. España no fue una excepción. Releer ‘Autobiografía de Federico Sánchez’, de Jorge Semprún, puede resultar, en este sentido, muy ilustrador. O, asimismo, pensar en los líderes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM): asesinado por agentes soviéticos uno, Andreu Nin; harto vilipendiando otro, Joaquín Maurín.
Mientras que Nin ha sido estudiado y recordado, Maurín sigue resultando algo desconocido y olvidado. Afortunadamente, Alberto Sabio acaba de dedicarle un interesante libro, a manera de biografía. Dejar atrás «las infamias no demostradas» constituye uno de sus objetivos. La reconstrucción de su vida se lleva a cabo en dos partes. Comprende la primera desde el nacimiento en la aragonesa Bonansa, en 1896, hasta la llegada a Estados Unidos en 1947.
Instalado en Barcelona e impactado por la Revolución rusa, Maurín se implicó en el sindicalismo revolucionario, viajó a Moscú y ostentó cargos directivos en la CNT y el PCE. Incómodo en ambas experiencias, fundó, en 1930, el Bloque Obrero y Campesino (BOC) y, cinco años después, el POUM, una formación comunista heterodoxa, ni estalinista ni trotskista.
Dejar atrás «las infamias no demostradas» es uno de los objetivos del autor
Sobresalió también como pensador marxista. La sublevación de 1936 le pilló en Galicia y tuvo que esconderse. Iba a permanecer una década en distintas prisiones. Salvó la vida gracias a un familiar cura castrense. Sin colaboracionismo, sostiene Sabio, a pesar de las acusaciones comunistas de espía de la Gestapo o agente franquista.
Tras salir de prisión, decidió exiliarse. En octubre de 1947 llegó a Nueva York. La segunda parte se centra en los años americanos, que no fueron pocos —falleció en 1973— ni en nada ininteresantes. El autor aporta muchísimos datos desconocidos y notables evidencias. Conseguir la residencia y la ciudadanía no resultó fácil para Maurín debido a su pasado comunista. Comoquiera que sea, su evolución hacia el socialismo democrático había empezado ya en la cárcel. Creó una importante agencia literario-periodística, la American Literary Agency, que trabajó con numerosos periódicos latinoamericanos y estadounidenses.
Entre sus principales colaboradores sobresalen Germán Arciniega, Alfonso Reyes, José Figueres y Miguel Ángel Asturias, así como los exiliados Madariaga, Araquistáin, Gómez de la Serna, Sender y Víctor Alba. Cooperó, desde su acendrado antiestalinismo y atlantismo, con el Congreso por la Libertad de la Cultura y la revista ‘Cuadernos’ de Julián Gorkin, aunque no existen pruebas de pagos de la CIA, asegura Sabio con demasiado empeño, a su agencia, que mantuvo la independencia. Sugestivo y de agradable lectura, ‘Excomunistas…’ consigue, como preconizara Kracauer, devolver a la vida a un muerto: Joaquín Maurín.
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