Ray Kurzweil (N.Y.,1948), es un optimista por naturaleza. No se si únicamente por sus conocimientos científicos, o porque la ‘singularidad’ en esencia todavía es ciencia ficción. El mismo comenta que el optimismo no es una vaga especulación, sino más bien una profecía autocumplida. La creencia en que podemos vivir en un mundo mejor. De nuevo este especialista en Ciencias de la Computación se apoya en un gran equipo de personas especializadas en los muchos asuntos a los que se refiere. De no ser así sería imposible haberlo escrito, como los anteriores, especialmente ‘La singularidad está cerca’, del que e ste volumen es la continuación y actualización. La mitad del libro son notas referenciales inmensas. Pero como en sus libros anteriores su discurso es diáfano a pesar de la jerga tecnológica-científica-médica y de ingeniería, que sirve para ensalzar la gran labor del traductor, Alexander Casanovas.ENSAYO ‘La singularidad está más cerca’ Autor Ray Karzweil Editorial Desusto Año 2025 Páginas 486 Precio 23,95 4 El ganador del premio Grammy insiste en que aún estamos en una época de transición en la que se está ya fusionando la IA con nuestra inteligencia biológica. Hoy la IA no solo acapara una extraordinaria información, sino que aprende conceptos y los aplica de forma creativa en problemas nuevos. La IA está a punto de recrear las capacidades del neocórtex. Ser capaz de encajar ideas en una charla: memoria contextual, sentido común, interacción social. Es decir, imaginar situaciones y anticipar sus consecuencias, así como ser capaz de enfrentarse al contraste de pareceres con otros que opinan diferente. Los problemas de la IA son emocionales, pero Kurzweil ve cercana su resolución. Y llevado por su odio al libro en papel, insiste en que hoy la IA está tan acelerada que ningún soporte de esta materia puede seguir el ritmo de los acontecimientos. Supongo que se refiere a los libros científico- técnicos, porque a los humanísticos no les afecta en absoluto. Y da también por finalizada las búsquedas en Internet basadas en enlaces, pues esta labor la hará la IA y asistentes como El Bard de Google.Se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano Los avances que se enumeran son de gran trascendencia. En la nanotecnología unir nuestros cerebros con los ordenadores. La ampliación de la potencia de cálculo superará en millones de posibilidades a nuestra capacidad, «este proceso expandirá la inteligencia y la conciencia humana aún hoy imposible de comprender», dice el autor de ‘La singularidad está más cerca’. Es decir, se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano. Se avanza también en la simulación de la biología en un entorno digital . Y la avanzada potencia de cálculo ahorrará dinero. Gran parte de las enfermedades serán curadas a través de biotecnología, la inmunoterapia, las células madres, las vacunas o trasplantes creados por la ingeniería. Pero mi pregunta siempre es la misma: ¿Quién pagará todo esto? ¿Quién lo manejará? ¿De todos estos beneficios se puede aprovechar toda la humanidad? ¿Quién gestionará los graves riesgos y peligros ético-morales-sociales-políticos-económicos o espirituales? Y qué provocará el sin trabajo robotizado o la no muerte. Uno de los proyectos más ambiciosos para llegar a una mayor cantidad de neuronas es el Neuralink de Elon Musk ( personaje que solo verlo da miedo), que implanta un gran número de electrodos filiformes al mismo tiempo, un avance importante de la ingeniería neuronal que puede ayudar a sanar enfermedades degenerativas. Hoy el GPT c onoce todas las formas de escritura, tiene la capacidad de imitar, incluso de ser ella misma un nuevo escritor. ¡Juzgue el lector!En la educación ha provocado un gran mal. La MDA de Google puede mantener conversaciones. La multimodalidad es un transformador para establecer relaciones entre palabras e imágenes. El DALL-E-2 reproduce imágenes con realismo fotográfico. Y así un montón más de programas que, reunidos todos ellos, ya tienen más funciones y posibilidades que los humanos. Pero la IA todavía no ha encajado con el sentido del humor y con el razonamiento inferencial. La PaLM es capaz de leer un chiste y explicarlo sin gracia. Y la PaLM-E de Google combina la capacidad de razonamiento de PaLM con la forma física de un robot que lleva a cabo tareas domésticas.Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica? A mitad del libro, nuestro profeta optimista, hace este comentario a propósito del Watson de IBM: «Si los procesos computacionales conducen a una futura IA que realiza descubrimientos científicos revolucionarios o que escribe desgarradoras novelas, ¿por qué debería importarnos cómo se ha creado? Y si una IA es capaz de proclamar su conciencia con elocuencia, ¿qué argumentos morales podríamos plantear para defender que solo nuestra propia biología puede crear una sensibilidad que valga la pena tener en cuenta?». ¡Juzgue el lector! La conciencia, el libre albedrío, el destino o el azar, o la libertad en general están en peligro si todas ellas son capaces de ser manejadas por la IA. Se comenta en este libro que se espera, cuando se pueda ampliar el neocórtex, se añada su potencial al cerebro para resolver problemas abstractos y profundizar en nuestra propia experiencia subjetiva. ¿Esto no es entrometerse en la existencia del ser humano? ¿Se puede vivir sin una identidad propia? ¿Se puede vivir en un futuro sin predeterminación? ¿Trasladar la conciencia y el libre albedrío del cerebro a un ordenador gobernado por otros? Habrá replicantes y avatares para engañar a la muerte. Y las impresoras 3D construyendo ciudades, en esto se va muy retrasado. Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica? Los oligarcas tecnológicos están ya en el poder. En el gobierno del país más poderoso del mundo. Veremos qué hacen en estos años y de ahí sacaremos consecuencias. Es muy importante y de gran interés leer este libro porque nos dice dónde estamos y a dónde se quiere llegar. Y según vamos viendo sin consenso alguno. Leyéndolo me pasa como a Biden escuchando el discurso ‘marxista’ de Trump. Me persigno y miro hacia arriba procurando mantener una sonrisa irónica. Ray Kurzweil (N.Y.,1948), es un optimista por naturaleza. No se si únicamente por sus conocimientos científicos, o porque la ‘singularidad’ en esencia todavía es ciencia ficción. El mismo comenta que el optimismo no es una vaga especulación, sino más bien una profecía autocumplida. La creencia en que podemos vivir en un mundo mejor. De nuevo este especialista en Ciencias de la Computación se apoya en un gran equipo de personas especializadas en los muchos asuntos a los que se refiere. De no ser así sería imposible haberlo escrito, como los anteriores, especialmente ‘La singularidad está cerca’, del que e ste volumen es la continuación y actualización. La mitad del libro son notas referenciales inmensas. Pero como en sus libros anteriores su discurso es diáfano a pesar de la jerga tecnológica-científica-médica y de ingeniería, que sirve para ensalzar la gran labor del traductor, Alexander Casanovas.ENSAYO ‘La singularidad está más cerca’ Autor Ray Karzweil Editorial Desusto Año 2025 Páginas 486 Precio 23,95 4 El ganador del premio Grammy insiste en que aún estamos en una época de transición en la que se está ya fusionando la IA con nuestra inteligencia biológica. Hoy la IA no solo acapara una extraordinaria información, sino que aprende conceptos y los aplica de forma creativa en problemas nuevos. La IA está a punto de recrear las capacidades del neocórtex. Ser capaz de encajar ideas en una charla: memoria contextual, sentido común, interacción social. Es decir, imaginar situaciones y anticipar sus consecuencias, así como ser capaz de enfrentarse al contraste de pareceres con otros que opinan diferente. Los problemas de la IA son emocionales, pero Kurzweil ve cercana su resolución. Y llevado por su odio al libro en papel, insiste en que hoy la IA está tan acelerada que ningún soporte de esta materia puede seguir el ritmo de los acontecimientos. Supongo que se refiere a los libros científico- técnicos, porque a los humanísticos no les afecta en absoluto. Y da también por finalizada las búsquedas en Internet basadas en enlaces, pues esta labor la hará la IA y asistentes como El Bard de Google.Se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano Los avances que se enumeran son de gran trascendencia. En la nanotecnología unir nuestros cerebros con los ordenadores. La ampliación de la potencia de cálculo superará en millones de posibilidades a nuestra capacidad, «este proceso expandirá la inteligencia y la conciencia humana aún hoy imposible de comprender», dice el autor de ‘La singularidad está más cerca’. Es decir, se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano. Se avanza también en la simulación de la biología en un entorno digital . Y la avanzada potencia de cálculo ahorrará dinero. Gran parte de las enfermedades serán curadas a través de biotecnología, la inmunoterapia, las células madres, las vacunas o trasplantes creados por la ingeniería. Pero mi pregunta siempre es la misma: ¿Quién pagará todo esto? ¿Quién lo manejará? ¿De todos estos beneficios se puede aprovechar toda la humanidad? ¿Quién gestionará los graves riesgos y peligros ético-morales-sociales-políticos-económicos o espirituales? Y qué provocará el sin trabajo robotizado o la no muerte. Uno de los proyectos más ambiciosos para llegar a una mayor cantidad de neuronas es el Neuralink de Elon Musk ( personaje que solo verlo da miedo), que implanta un gran número de electrodos filiformes al mismo tiempo, un avance importante de la ingeniería neuronal que puede ayudar a sanar enfermedades degenerativas. Hoy el GPT c onoce todas las formas de escritura, tiene la capacidad de imitar, incluso de ser ella misma un nuevo escritor. ¡Juzgue el lector!En la educación ha provocado un gran mal. La MDA de Google puede mantener conversaciones. La multimodalidad es un transformador para establecer relaciones entre palabras e imágenes. El DALL-E-2 reproduce imágenes con realismo fotográfico. Y así un montón más de programas que, reunidos todos ellos, ya tienen más funciones y posibilidades que los humanos. Pero la IA todavía no ha encajado con el sentido del humor y con el razonamiento inferencial. La PaLM es capaz de leer un chiste y explicarlo sin gracia. Y la PaLM-E de Google combina la capacidad de razonamiento de PaLM con la forma física de un robot que lleva a cabo tareas domésticas.Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica? A mitad del libro, nuestro profeta optimista, hace este comentario a propósito del Watson de IBM: «Si los procesos computacionales conducen a una futura IA que realiza descubrimientos científicos revolucionarios o que escribe desgarradoras novelas, ¿por qué debería importarnos cómo se ha creado? Y si una IA es capaz de proclamar su conciencia con elocuencia, ¿qué argumentos morales podríamos plantear para defender que solo nuestra propia biología puede crear una sensibilidad que valga la pena tener en cuenta?». ¡Juzgue el lector! La conciencia, el libre albedrío, el destino o el azar, o la libertad en general están en peligro si todas ellas son capaces de ser manejadas por la IA. Se comenta en este libro que se espera, cuando se pueda ampliar el neocórtex, se añada su potencial al cerebro para resolver problemas abstractos y profundizar en nuestra propia experiencia subjetiva. ¿Esto no es entrometerse en la existencia del ser humano? ¿Se puede vivir sin una identidad propia? ¿Se puede vivir en un futuro sin predeterminación? ¿Trasladar la conciencia y el libre albedrío del cerebro a un ordenador gobernado por otros? Habrá replicantes y avatares para engañar a la muerte. Y las impresoras 3D construyendo ciudades, en esto se va muy retrasado. Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica? Los oligarcas tecnológicos están ya en el poder. En el gobierno del país más poderoso del mundo. Veremos qué hacen en estos años y de ahí sacaremos consecuencias. Es muy importante y de gran interés leer este libro porque nos dice dónde estamos y a dónde se quiere llegar. Y según vamos viendo sin consenso alguno. Leyéndolo me pasa como a Biden escuchando el discurso ‘marxista’ de Trump. Me persigno y miro hacia arriba procurando mantener una sonrisa irónica.
Ray Kurzweil (N.Y.,1948), es un optimista por naturaleza. No se si únicamente por sus conocimientos científicos, o porque la ‘singularidad’ en esencia todavía es ciencia ficción. El mismo comenta que el optimismo no es una vaga especulación, sino más bien una profecía … autocumplida. La creencia en que podemos vivir en un mundo mejor. De nuevo este especialista en Ciencias de la Computación se apoya en un gran equipo de personas especializadas en los muchos asuntos a los que se refiere.
De no ser así sería imposible haberlo escrito, como los anteriores, especialmente ‘La singularidad está cerca’, del que este volumen es la continuación y actualización. La mitad del libro son notas referenciales inmensas. Pero como en sus libros anteriores su discurso es diáfano a pesar de la jerga tecnológica-científica-médica y de ingeniería, que sirve para ensalzar la gran labor del traductor, Alexander Casanovas.

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Autor
Ray Karzweil -
Editorial
Desusto -
Año
2025 -
Páginas
486 -
Precio
23,95
El ganador del premio Grammy insiste en que aún estamos en una época de transición en la que se está ya fusionando la IA con nuestra inteligencia biológica. Hoy la IA no solo acapara una extraordinaria información, sino que aprende conceptos y los aplica de forma creativa en problemas nuevos. La IA está a punto de recrear las capacidades del neocórtex. Ser capaz de encajar ideas en una charla: memoria contextual, sentido común, interacción social. Es decir, imaginar situaciones y anticipar sus consecuencias, así como ser capaz de enfrentarse al contraste de pareceres con otros que opinan diferente.
Los problemas de la IA son emocionales, pero Kurzweil ve cercana su resolución. Y llevado por su odio al libro en papel, insiste en que hoy la IA está tan acelerada que ningún soporte de esta materia puede seguir el ritmo de los acontecimientos. Supongo que se refiere a los libros científico- técnicos, porque a los humanísticos no les afecta en absoluto. Y da también por finalizada las búsquedas en Internet basadas en enlaces, pues esta labor la hará la IA y asistentes como El Bard de Google.
Se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano
Los avances que se enumeran son de gran trascendencia. En la nanotecnología unir nuestros cerebros con los ordenadores. La ampliación de la potencia de cálculo superará en millones de posibilidades a nuestra capacidad, «este proceso expandirá la inteligencia y la conciencia humana aún hoy imposible de comprender», dice el autor de ‘La singularidad está más cerca’. Es decir, se confirma una intromisión exterior en el interior inviolable del ser humano. Se avanza también en la simulación de la biología en un entorno digital. Y la avanzada potencia de cálculo ahorrará dinero.
Gran parte de las enfermedades serán curadas a través de biotecnología, la inmunoterapia, las células madres, las vacunas o trasplantes creados por la ingeniería. Pero mi pregunta siempre es la misma: ¿Quién pagará todo esto? ¿Quién lo manejará? ¿De todos estos beneficios se puede aprovechar toda la humanidad? ¿Quién gestionará los graves riesgos y peligros ético-morales-sociales-políticos-económicos o espirituales? Y qué provocará el sin trabajo robotizado o la no muerte.
Uno de los proyectos más ambiciosos para llegar a una mayor cantidad de neuronas es el Neuralink de Elon Musk (personaje que solo verlo da miedo), que implanta un gran número de electrodos filiformes al mismo tiempo, un avance importante de la ingeniería neuronal que puede ayudar a sanar enfermedades degenerativas. Hoy el GPT conoce todas las formas de escritura, tiene la capacidad de imitar, incluso de ser ella misma un nuevo escritor.
¡Juzgue el lector!
En la educación ha provocado un gran mal. La MDA de Google puede mantener conversaciones. La multimodalidad es un transformador para establecer relaciones entre palabras e imágenes. El DALL-E-2 reproduce imágenes con realismo fotográfico. Y así un montón más de programas que, reunidos todos ellos, ya tienen más funciones y posibilidades que los humanos.
Pero la IA todavía no ha encajado con el sentido del humor y con el razonamiento inferencial. La PaLM es capaz de leer un chiste y explicarlo sin gracia. Y la PaLM-E de Google combina la capacidad de razonamiento de PaLM con la forma física de un robot que lleva a cabo tareas domésticas.
Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica?
A mitad del libro, nuestro profeta optimista, hace este comentario a propósito del Watson de IBM: «Si los procesos computacionales conducen a una futura IA que realiza descubrimientos científicos revolucionarios o que escribe desgarradoras novelas, ¿por qué debería importarnos cómo se ha creado? Y si una IA es capaz de proclamar su conciencia con elocuencia, ¿qué argumentos morales podríamos plantear para defender que solo nuestra propia biología puede crear una sensibilidad que valga la pena tener en cuenta?». ¡Juzgue el lector! La conciencia, el libre albedrío, el destino o el azar, o la libertad en general están en peligro si todas ellas son capaces de ser manejadas por la IA.
Se comenta en este libro que se espera, cuando se pueda ampliar el neocórtex, se añada su potencial al cerebro para resolver problemas abstractos y profundizar en nuestra propia experiencia subjetiva. ¿Esto no es entrometerse en la existencia del ser humano? ¿Se puede vivir sin una identidad propia?¿Se puede vivir en un futuro sin predeterminación? ¿Trasladar la conciencia y el libre albedrío del cerebro a un ordenador gobernado por otros?
Habrá replicantes y avatares para engañar a la muerte. Y las impresoras 3D construyendo ciudades, en esto se va muy retrasado. Muerta la democracia, ¿dictadura tecnológica o autocracia científica? Los oligarcas tecnológicos están ya en el poder. En el gobierno del país más poderoso del mundo. Veremos qué hacen en estos años y de ahí sacaremos consecuencias.
Es muy importante y de gran interés leer este libro porque nos dice dónde estamos y a dónde se quiere llegar. Y según vamos viendo sin consenso alguno. Leyéndolo me pasa como a Biden escuchando el discurso ‘marxista’ de Trump. Me persigno y miro hacia arriba procurando mantener una sonrisa irónica.
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