La disputa comenzó en 1926, cuando los herederos reivindicaron por primera vez las miles de obras de arte que Georg Friedrich , príncipe de Prusia, había atesorado. Finalmente, los descendientes del último emperador alemán han llegado a un acuerdo con el sector público sobre la propiedad de los tesoros artísticos , que permanecerán en exhibición permanente en museos de Berlín y Brandeburgo. Así lo ha anunciado el nuevo ministro de Cultura , Wolfram Weimer. «Este acuerdo es un gran éxito para Alemania como lugar cultural y para el público interesado en el arte», ha dicho, «después de cien años de incertidumbre constante sobre objetos que son fundamentales para la historia del arte y las colecciones de Prusia y, por lo tanto, de la historia alemana en su conjunto, ha habido un gran avance».Noticia Relacionada estandar No Los Hohenzollern, la implacable casa prusiana que dominó Europa y casi reina en España César Cervera La dinastía hizo que Prusia pasara de ser uno de los territorios más vapuleados y empobrecidos a alzarse como una de las grandes potenciasSe trata de tesoros artísticos como el retrato del Elector Joaquín I de Brandeburgo realizado por Lucas Cranach el Viejo, los muebles barrocos de marfil del Gran Elector de la posesión de Johann Moritz von Nassau-Siegen o el servicio de vajilla para el Palacio de la Ciudad de Breslau, adquirido por Federico II en 1750. Los derechos de propiedad y los derechos de posesión habían sido objeto de disputa desde 1926 y finalmente se ha llegado a un trato aceptable para todos. Aunque ninguna de las partes ha dado detalles sobre el contrato, el diario berlinés ‘Tagesspiegel’ ha publicado que recoge la venta definitiva de un total de 27.000 piezas , sin las que habrían tenido que cerrar sus puertas más de una decena de museos, archivos y bibliotecas.Con la proclamación de la República de Weimar y la abdicación del káiser Guillermo II en 1918, la monarquía en Alemania llegó a su fin y los bienes de los Hohenzollern fueron confiscados . En 1926, sin embargo, se desarrolló una regulación de la propiedad por contrato entre el entonces estado de Prusia y los Hohenzollern sobre quién era dueño de qué, pero que no eliminó la inseguridad jurídica del conjunto, lo que siguió dando pie a la familia a las reclamaciones. La Casa de Hohenzollern , encabezada actualmente por Georg Friedrich, príncipe de Prusia, como tataranieto del último emperador alemán Guillermo II, seguía reclamando miles de obras de arte que ahora se encuentran en museos y forman parte fundamental de las colecciones estatales de Berlín . En 2014 se retomó el último proceso de negociación, en el que los Hohenzollern exigían además una compensación millonaria por los castillos expropiados y el inventario correspondiente. Tras un período de estancamiento, en 2023 se retiraron las demandas para volver a negociar nuevamente en el otoño de 2024.ColeccionesWeimer ha explicado que la solución consistirá finalmente en transferir todos los objetos, especialmente del antiguo Museo Hohenzollern, a una organización conjunta sin ánimo de lucro, que tendrá por nombre Hohenzollern Art Heritage Foundation . El sector público contará con seis representantes en el consejo de administración de la fundación y la Casa de Hohenzollern, tres. Las «reclamaciones de restitución» de los herederos se transfieren a la nueva fundación. Físicamente, las obras permanecerán en las colecciones de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandeburgo (SPSG), la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano (SPK) y el Museo Histórico Alemán (DHM) de Berlín. Por lo tanto, los visitantes pueden seguir viéndolos en las exposiciones, como hasta ahora.Hay acuerdos separados para algunas de las piezas, como siete de los llamados «animales de tabaco» . Se trata de cajas de tabaco magníficamente decoradas que un experto ha determinado que son propiedad de los Hohenzollern. Una vez aclarada la propiedad, los Hohenzollern han acordado dejar dos de ellos en préstamo permanente al sector público. «Con este acuerdo, hemos resuelto una disputa que ha costado a ambas partes tiempo, dinero y energía durante muchos años», ha respirado Weimer con alivio. El acuerdo sólo entrará por completo en vigor una vez que los órganos de supervisión de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano y el Museo Histórico Alemán hayan notificado su acuerdo. Se reunirán en las próximas semanas y no se espera sorpresa alguna. La Fundación Prusiana de Palacios y Jardines (SPSG) ya ha dado su aprobación en una reunión extraordinaria. «El gran ganador es el público , que puede seguir viendo los grandes fondos en los museos», ha celebrado el ministro, «finalmente se establecerá una paz legal duradera entre la Casa de Hohenzollern y el Estado». La disputa comenzó en 1926, cuando los herederos reivindicaron por primera vez las miles de obras de arte que Georg Friedrich , príncipe de Prusia, había atesorado. Finalmente, los descendientes del último emperador alemán han llegado a un acuerdo con el sector público sobre la propiedad de los tesoros artísticos , que permanecerán en exhibición permanente en museos de Berlín y Brandeburgo. Así lo ha anunciado el nuevo ministro de Cultura , Wolfram Weimer. «Este acuerdo es un gran éxito para Alemania como lugar cultural y para el público interesado en el arte», ha dicho, «después de cien años de incertidumbre constante sobre objetos que son fundamentales para la historia del arte y las colecciones de Prusia y, por lo tanto, de la historia alemana en su conjunto, ha habido un gran avance».Noticia Relacionada estandar No Los Hohenzollern, la implacable casa prusiana que dominó Europa y casi reina en España César Cervera La dinastía hizo que Prusia pasara de ser uno de los territorios más vapuleados y empobrecidos a alzarse como una de las grandes potenciasSe trata de tesoros artísticos como el retrato del Elector Joaquín I de Brandeburgo realizado por Lucas Cranach el Viejo, los muebles barrocos de marfil del Gran Elector de la posesión de Johann Moritz von Nassau-Siegen o el servicio de vajilla para el Palacio de la Ciudad de Breslau, adquirido por Federico II en 1750. Los derechos de propiedad y los derechos de posesión habían sido objeto de disputa desde 1926 y finalmente se ha llegado a un trato aceptable para todos. Aunque ninguna de las partes ha dado detalles sobre el contrato, el diario berlinés ‘Tagesspiegel’ ha publicado que recoge la venta definitiva de un total de 27.000 piezas , sin las que habrían tenido que cerrar sus puertas más de una decena de museos, archivos y bibliotecas.Con la proclamación de la República de Weimar y la abdicación del káiser Guillermo II en 1918, la monarquía en Alemania llegó a su fin y los bienes de los Hohenzollern fueron confiscados . En 1926, sin embargo, se desarrolló una regulación de la propiedad por contrato entre el entonces estado de Prusia y los Hohenzollern sobre quién era dueño de qué, pero que no eliminó la inseguridad jurídica del conjunto, lo que siguió dando pie a la familia a las reclamaciones. La Casa de Hohenzollern , encabezada actualmente por Georg Friedrich, príncipe de Prusia, como tataranieto del último emperador alemán Guillermo II, seguía reclamando miles de obras de arte que ahora se encuentran en museos y forman parte fundamental de las colecciones estatales de Berlín . En 2014 se retomó el último proceso de negociación, en el que los Hohenzollern exigían además una compensación millonaria por los castillos expropiados y el inventario correspondiente. Tras un período de estancamiento, en 2023 se retiraron las demandas para volver a negociar nuevamente en el otoño de 2024.ColeccionesWeimer ha explicado que la solución consistirá finalmente en transferir todos los objetos, especialmente del antiguo Museo Hohenzollern, a una organización conjunta sin ánimo de lucro, que tendrá por nombre Hohenzollern Art Heritage Foundation . El sector público contará con seis representantes en el consejo de administración de la fundación y la Casa de Hohenzollern, tres. Las «reclamaciones de restitución» de los herederos se transfieren a la nueva fundación. Físicamente, las obras permanecerán en las colecciones de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandeburgo (SPSG), la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano (SPK) y el Museo Histórico Alemán (DHM) de Berlín. Por lo tanto, los visitantes pueden seguir viéndolos en las exposiciones, como hasta ahora.Hay acuerdos separados para algunas de las piezas, como siete de los llamados «animales de tabaco» . Se trata de cajas de tabaco magníficamente decoradas que un experto ha determinado que son propiedad de los Hohenzollern. Una vez aclarada la propiedad, los Hohenzollern han acordado dejar dos de ellos en préstamo permanente al sector público. «Con este acuerdo, hemos resuelto una disputa que ha costado a ambas partes tiempo, dinero y energía durante muchos años», ha respirado Weimer con alivio. El acuerdo sólo entrará por completo en vigor una vez que los órganos de supervisión de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano y el Museo Histórico Alemán hayan notificado su acuerdo. Se reunirán en las próximas semanas y no se espera sorpresa alguna. La Fundación Prusiana de Palacios y Jardines (SPSG) ya ha dado su aprobación en una reunión extraordinaria. «El gran ganador es el público , que puede seguir viendo los grandes fondos en los museos», ha celebrado el ministro, «finalmente se establecerá una paz legal duradera entre la Casa de Hohenzollern y el Estado».
La disputa comenzó en 1926, cuando los herederos reivindicaron por primera vez las miles de obras de arte que Georg Friedrich, príncipe de Prusia, había atesorado. Finalmente, los descendientes del último emperador alemán han llegado a un acuerdo con el sector público sobre la … propiedad de los tesoros artísticos, que permanecerán en exhibición permanente en museos de Berlín y Brandeburgo.
Así lo ha anunciado el nuevo ministro de Cultura, Wolfram Weimer. «Este acuerdo es un gran éxito para Alemania como lugar cultural y para el público interesado en el arte», ha dicho, «después de cien años de incertidumbre constante sobre objetos que son fundamentales para la historia del arte y las colecciones de Prusia y, por lo tanto, de la historia alemana en su conjunto, ha habido un gran avance».
Se trata de tesoros artísticos como el retrato del Elector Joaquín I de Brandeburgo realizado por Lucas Cranach el Viejo, los muebles barrocos de marfil del Gran Elector de la posesión de Johann Moritz von Nassau-Siegen o el servicio de vajilla para el Palacio de la Ciudad de Breslau, adquirido por Federico II en 1750.
Los derechos de propiedad y los derechos de posesión habían sido objeto de disputa desde 1926 y finalmente se ha llegado a un trato aceptable para todos. Aunque ninguna de las partes ha dado detalles sobre el contrato, el diario berlinés ‘Tagesspiegel’ ha publicado que recoge la venta definitiva de un total de 27.000 piezas, sin las que habrían tenido que cerrar sus puertas más de una decena de museos, archivos y bibliotecas.
Con la proclamación de la República de Weimar y la abdicación del káiser Guillermo II en 1918, la monarquía en Alemania llegó a su fin y los bienes de los Hohenzollern fueron confiscados. En 1926, sin embargo, se desarrolló una regulación de la propiedad por contrato entre el entonces estado de Prusia y los Hohenzollern sobre quién era dueño de qué, pero que no eliminó la inseguridad jurídica del conjunto, lo que siguió dando pie a la familia a las reclamaciones.
La Casa de Hohenzollern, encabezada actualmente por Georg Friedrich, príncipe de Prusia, como tataranieto del último emperador alemán Guillermo II, seguía reclamando miles de obras de arte que ahora se encuentran en museos y forman parte fundamental de las colecciones estatales de Berlín. En 2014 se retomó el último proceso de negociación, en el que los Hohenzollern exigían además una compensación millonaria por los castillos expropiados y el inventario correspondiente. Tras un período de estancamiento, en 2023 se retiraron las demandas para volver a negociar nuevamente en el otoño de 2024.
Colecciones
Weimer ha explicado que la solución consistirá finalmente en transferir todos los objetos, especialmente del antiguo Museo Hohenzollern, a una organización conjunta sin ánimo de lucro, que tendrá por nombre Hohenzollern Art Heritage Foundation. El sector público contará con seis representantes en el consejo de administración de la fundación y la Casa de Hohenzollern, tres. Las «reclamaciones de restitución» de los herederos se transfieren a la nueva fundación.
Físicamente, las obras permanecerán en las colecciones de la Fundación de Palacios y Jardines Prusianos de Berlín-Brandeburgo (SPSG), la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano (SPK) y el Museo Histórico Alemán (DHM) de Berlín. Por lo tanto, los visitantes pueden seguir viéndolos en las exposiciones, como hasta ahora.
Hay acuerdos separados para algunas de las piezas, como siete de los llamados «animales de tabaco». Se trata de cajas de tabaco magníficamente decoradas que un experto ha determinado que son propiedad de los Hohenzollern. Una vez aclarada la propiedad, los Hohenzollern han acordado dejar dos de ellos en préstamo permanente al sector público. «Con este acuerdo, hemos resuelto una disputa que ha costado a ambas partes tiempo, dinero y energía durante muchos años», ha respirado Weimer con alivio.
El acuerdo sólo entrará por completo en vigor una vez que los órganos de supervisión de la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano y el Museo Histórico Alemán hayan notificado su acuerdo. Se reunirán en las próximas semanas y no se espera sorpresa alguna. La Fundación Prusiana de Palacios y Jardines (SPSG) ya ha dado su aprobación en una reunión extraordinaria. «El gran ganador es el público, que puede seguir viendo los grandes fondos en los museos», ha celebrado el ministro, «finalmente se establecerá una paz legal duradera entre la Casa de Hohenzollern y el Estado».
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