La nueva entrega de este thriller español se basa e ‘Dies Irae’, segunda parte de la trilogía literaria ‘Versos, canciones y trocitos de carne’ de César Pérez Gellida. La historia arranca donde nos dejó en una primera temporada tan cargada de virtudes como de defectos. La oportunidad que se le presentaba a ‘Memento Mori’ era la de corregir muchos de los errores iniciales, pero por desgracia no ha sido así. Donde la producción sigue brillando las interpretaciones decepcionan. Donde la historia consigue apelar a nuestra curiosidad, la dirección y el ritmo de cada capítulo nos arrastran al tedio y el aburrimiento. El resultado final es una segunda temporada que no se puede calificar de ninguna otra cosa que totalmente olvidable. Incluso prescindible me atrevo a decir.Noticia Relacionada estandar Si ‘Separación’: que curre mi otro yo Máximo Sentencia Es una obra compleja, detallista y entretenida que sobresale en el panorama actual de producciones fácilmente digeribles para audiencias poco exigentesPrescindible porque, a pesar de los vaivenes por Trieste y la aparición de nuevos personajes, esta segunda temporada no ofrece nada nuevo y el efecto sorpresa ya lo gastaron todo en la primera. Yon González sigue tirando del carro con la única interpretación medianamente sólida, esta vez por partida doble. Mientras, Juan Echanove, Francisco Ortiz y, especialmente Olivia Baglivi vuelven a ofrecer un despliegue sin igual de sobreactuación, malas decisiones interpretativas y momentos que rozan la vergüenza ajena. Incluso el protagonismo de la banda sonora que tan bien funcionó en la primera temporada desaparece casi por completo en esta segunda. La única forma viable de ver ‘Memento Mori II’ es hacer una maratón y lo digo con conocimiento de causa. Cualquiera que decida ver un capítulo cada dos o tres días se va a encontrar con graves problemas a la hora de recordar qué había pasado en el anterior. Cada episodio es más plano y anodino que el anterior y hay una alarmante carencia de momentos memorables que sobresalgan en la trama. Recién terminada de ver incluso a un servidor le cuesta hacer un sumario organizado de acontecimientos en estos cinco capítulos de los que consta.Sin embargo y a pesar de todo esto, sigo teniendo esperanzas de que ‘Memento Mori’ remonte y haga justicia a su excelente nivel de producción. Es en este aspecto donde no se le puede reclamar nada. Localizaciones, calidad visual y edición están muy por encima del resto de la serie y, me atrevo a decir, de la gran mayoría de producciones españolas del momento. En definitiva, ‘Memento Mori II’ ahonda en los problemas de la primera temporada y mantiene sus virtudes. Algo es algo. Quienes disfrutaron su inicio, seguirán disfrutando la continuación, aunque sólo sea por la inercia de descubrir el destino de sus personajes. Eso sí, que se armen de paciencia porque el avance hacia ese destino es, siendo generosos, a ritmo de caracol. La nueva entrega de este thriller español se basa e ‘Dies Irae’, segunda parte de la trilogía literaria ‘Versos, canciones y trocitos de carne’ de César Pérez Gellida. La historia arranca donde nos dejó en una primera temporada tan cargada de virtudes como de defectos. La oportunidad que se le presentaba a ‘Memento Mori’ era la de corregir muchos de los errores iniciales, pero por desgracia no ha sido así. Donde la producción sigue brillando las interpretaciones decepcionan. Donde la historia consigue apelar a nuestra curiosidad, la dirección y el ritmo de cada capítulo nos arrastran al tedio y el aburrimiento. El resultado final es una segunda temporada que no se puede calificar de ninguna otra cosa que totalmente olvidable. Incluso prescindible me atrevo a decir.Noticia Relacionada estandar Si ‘Separación’: que curre mi otro yo Máximo Sentencia Es una obra compleja, detallista y entretenida que sobresale en el panorama actual de producciones fácilmente digeribles para audiencias poco exigentesPrescindible porque, a pesar de los vaivenes por Trieste y la aparición de nuevos personajes, esta segunda temporada no ofrece nada nuevo y el efecto sorpresa ya lo gastaron todo en la primera. Yon González sigue tirando del carro con la única interpretación medianamente sólida, esta vez por partida doble. Mientras, Juan Echanove, Francisco Ortiz y, especialmente Olivia Baglivi vuelven a ofrecer un despliegue sin igual de sobreactuación, malas decisiones interpretativas y momentos que rozan la vergüenza ajena. Incluso el protagonismo de la banda sonora que tan bien funcionó en la primera temporada desaparece casi por completo en esta segunda. La única forma viable de ver ‘Memento Mori II’ es hacer una maratón y lo digo con conocimiento de causa. Cualquiera que decida ver un capítulo cada dos o tres días se va a encontrar con graves problemas a la hora de recordar qué había pasado en el anterior. Cada episodio es más plano y anodino que el anterior y hay una alarmante carencia de momentos memorables que sobresalgan en la trama. Recién terminada de ver incluso a un servidor le cuesta hacer un sumario organizado de acontecimientos en estos cinco capítulos de los que consta.Sin embargo y a pesar de todo esto, sigo teniendo esperanzas de que ‘Memento Mori’ remonte y haga justicia a su excelente nivel de producción. Es en este aspecto donde no se le puede reclamar nada. Localizaciones, calidad visual y edición están muy por encima del resto de la serie y, me atrevo a decir, de la gran mayoría de producciones españolas del momento. En definitiva, ‘Memento Mori II’ ahonda en los problemas de la primera temporada y mantiene sus virtudes. Algo es algo. Quienes disfrutaron su inicio, seguirán disfrutando la continuación, aunque sólo sea por la inercia de descubrir el destino de sus personajes. Eso sí, que se armen de paciencia porque el avance hacia ese destino es, siendo generosos, a ritmo de caracol.
La serie ahonda en los problemas de la primera temporada y mantiene sus virtudes
La nueva entrega de este thriller español se basa e ‘Dies Irae’, segunda parte de la trilogía literaria ‘Versos, canciones y trocitos de carne’ de César Pérez Gellida. La historia arranca donde nos dejó en una primera temporada tan cargada de virtudes como de … defectos.
La oportunidad que se le presentaba a ‘Memento Mori’ era la de corregir muchos de los errores iniciales, pero por desgracia no ha sido así. Donde la producción sigue brillando las interpretaciones decepcionan. Donde la historia consigue apelar a nuestra curiosidad, la dirección y el ritmo de cada capítulo nos arrastran al tedio y el aburrimiento. El resultado final es una segunda temporada que no se puede calificar de ninguna otra cosa que totalmente olvidable. Incluso prescindible me atrevo a decir.
Prescindible porque, a pesar de los vaivenes por Trieste y la aparición de nuevos personajes, esta segunda temporada no ofrece nada nuevo y el efecto sorpresa ya lo gastaron todo en la primera. Yon González sigue tirando del carro con la única interpretación medianamente sólida, esta vez por partida doble. Mientras, Juan Echanove, Francisco Ortiz y, especialmente Olivia Baglivi vuelven a ofrecer un despliegue sin igual de sobreactuación, malas decisiones interpretativas y momentos que rozan la vergüenza ajena. Incluso el protagonismo de la banda sonora que tan bien funcionó en la primera temporada desaparece casi por completo en esta segunda.
La única forma viable de ver ‘Memento Mori II’ es hacer una maratón y lo digo con conocimiento de causa. Cualquiera que decida ver un capítulo cada dos o tres días se va a encontrar con graves problemas a la hora de recordar qué había pasado en el anterior. Cada episodio es más plano y anodino que el anterior y hay una alarmante carencia de momentos memorables que sobresalgan en la trama. Recién terminada de ver incluso a un servidor le cuesta hacer un sumario organizado de acontecimientos en estos cinco capítulos de los que consta.
Sin embargo y a pesar de todo esto, sigo teniendo esperanzas de que ‘Memento Mori’ remonte y haga justicia a su excelente nivel de producción. Es en este aspecto donde no se le puede reclamar nada. Localizaciones, calidad visual y edición están muy por encima del resto de la serie y, me atrevo a decir, de la gran mayoría de producciones españolas del momento.
En definitiva, ‘Memento Mori II’ ahonda en los problemas de la primera temporada y mantiene sus virtudes. Algo es algo. Quienes disfrutaron su inicio, seguirán disfrutando la continuación, aunque sólo sea por la inercia de descubrir el destino de sus personajes. Eso sí, que se armen de paciencia porque el avance hacia ese destino es, siendo generosos, a ritmo de caracol.
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