El imperativo categórico es un concepto de la ética de Immanuel Kant . El filósofo alemán lo formuló así: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de una legislación universal». ‘El imperativo categórico’ es una obra de Victoria Szpunberg , una dramaturga nacida en Argentina pero establecida en España desde su infancia. El texto original en catalán recibió el mes pasado el premio Nacional de Literatura Dramática , y la función, estrenada en el Teatre Lliure en febrero de 2024 con dirección de la propia autora, ha obtenido también un sinfín de galardones. La producción llega ahora al Teatro de La Abadía (del 30 de octubre al 9 de noviembre), en lo que supondrá su estreno en castellano y la vuelta a este escenario del Teatre Lliure. Los intérpretes son los mismos que la representaron en Barcelona: Ágata Roca y Xavi Sáe z . «Las entradas están agotadas -dice Juan Mayorga, director del teatro-, y estamos trabajando para que la función regrese lo antes posible a La Abadía».’El imperativo categórico’ presenta a Clara, una profesora cincuentona que enseña Ética en la Universidad -es una experta en Kant- y que atraviesa una profunda crisis tras haberse separado recientemente. «Ha sido expulsada del sistema a pesar de no haber sido nunca crítica con él», dice Victoria Szpunberg. El eje en torno al que gira la obra, cuenta la autora y directora, es la precariedad , «pero no la precariedad en los jóvenes, sin en una edad más madura, que es algo más vergonzoso y que cuesta más asumir».«Podría serlo más», dice Victoria Szpunberg cuando se le pregunta si ‘El imperativo categórico’ es una obra pesimista. Es una obra, añade, con grandes dosis de humor negro e ironía. «Es una comedia ‘casi’ pesimista». Una filosófica respuesta que celebra Juan Mayorga -doctor en Filosofía-, y a quién le interesa saber por qué la autora se fijó en Kant. «El imperativo categórico era un concepto que me costaba entender. Soy dramaturga, la experta en filosofía es mi personaje. Mi intuición era hacer dialogar a Kant con Kafka porque me parece que son, en cierto modo, contrarios. Si Kant es un filósofo sistémico, relacionado con la filosofía hegemónica y patriarcal, Kafka es un escritor y creador ‘avisador del fuego’, como dice Walter Benjamin, que anuncia desde un lugar no tan racional. Esta dicotomía la vive Clara en la obra, ya que empieza siendo ‘kantiana’ y, poco a poco, se inclina más hacia lo ‘kafkiano’».La vivienda es, dice la autora, el tema central de la obra; Partió de su propia experiencia en un momento en que estaba buscando piso y se dio cuenta de la situación de la vivienda, no solo en Barcelona, donde reside, sino en todas las grandes ciudades. «Vas a ver pisos que son una absoluta vergüenza en su relación calidad-precio. Para entretenerme, empecé a grabar algunas de estas visitas a los pisos Me llamaban la atención los comerciales que enseñan los pisos y todo lo que hay en torno al negocio de la inmobiliaria».Noticia Relacionada Seis aldabonazos y una decepción estandar Si La escena española en estos doce meses Julio Bravo El público parece dar la razón a los defensores del repertorio y llena los teatros en los que se programan los grandes textosLa obra terminó de tomar forma cuando conoció la experiencia de un conocido suyo, profesor asociado universitario. Su situación, dice la autora, «me golpeó y me impresionó conocer la situación de ese colectivo, que está en una situación de precariedad muy fuerte». Así que combinó ambas cuestiones, precariedad y vivienda, y nació ‘El imperativo categórico’, una comedia ‘casi’ pesimista. El imperativo categórico es un concepto de la ética de Immanuel Kant . El filósofo alemán lo formuló así: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de una legislación universal». ‘El imperativo categórico’ es una obra de Victoria Szpunberg , una dramaturga nacida en Argentina pero establecida en España desde su infancia. El texto original en catalán recibió el mes pasado el premio Nacional de Literatura Dramática , y la función, estrenada en el Teatre Lliure en febrero de 2024 con dirección de la propia autora, ha obtenido también un sinfín de galardones. La producción llega ahora al Teatro de La Abadía (del 30 de octubre al 9 de noviembre), en lo que supondrá su estreno en castellano y la vuelta a este escenario del Teatre Lliure. Los intérpretes son los mismos que la representaron en Barcelona: Ágata Roca y Xavi Sáe z . «Las entradas están agotadas -dice Juan Mayorga, director del teatro-, y estamos trabajando para que la función regrese lo antes posible a La Abadía».’El imperativo categórico’ presenta a Clara, una profesora cincuentona que enseña Ética en la Universidad -es una experta en Kant- y que atraviesa una profunda crisis tras haberse separado recientemente. «Ha sido expulsada del sistema a pesar de no haber sido nunca crítica con él», dice Victoria Szpunberg. El eje en torno al que gira la obra, cuenta la autora y directora, es la precariedad , «pero no la precariedad en los jóvenes, sin en una edad más madura, que es algo más vergonzoso y que cuesta más asumir».«Podría serlo más», dice Victoria Szpunberg cuando se le pregunta si ‘El imperativo categórico’ es una obra pesimista. Es una obra, añade, con grandes dosis de humor negro e ironía. «Es una comedia ‘casi’ pesimista». Una filosófica respuesta que celebra Juan Mayorga -doctor en Filosofía-, y a quién le interesa saber por qué la autora se fijó en Kant. «El imperativo categórico era un concepto que me costaba entender. Soy dramaturga, la experta en filosofía es mi personaje. Mi intuición era hacer dialogar a Kant con Kafka porque me parece que son, en cierto modo, contrarios. Si Kant es un filósofo sistémico, relacionado con la filosofía hegemónica y patriarcal, Kafka es un escritor y creador ‘avisador del fuego’, como dice Walter Benjamin, que anuncia desde un lugar no tan racional. Esta dicotomía la vive Clara en la obra, ya que empieza siendo ‘kantiana’ y, poco a poco, se inclina más hacia lo ‘kafkiano’».La vivienda es, dice la autora, el tema central de la obra; Partió de su propia experiencia en un momento en que estaba buscando piso y se dio cuenta de la situación de la vivienda, no solo en Barcelona, donde reside, sino en todas las grandes ciudades. «Vas a ver pisos que son una absoluta vergüenza en su relación calidad-precio. Para entretenerme, empecé a grabar algunas de estas visitas a los pisos Me llamaban la atención los comerciales que enseñan los pisos y todo lo que hay en torno al negocio de la inmobiliaria».Noticia Relacionada Seis aldabonazos y una decepción estandar Si La escena española en estos doce meses Julio Bravo El público parece dar la razón a los defensores del repertorio y llena los teatros en los que se programan los grandes textosLa obra terminó de tomar forma cuando conoció la experiencia de un conocido suyo, profesor asociado universitario. Su situación, dice la autora, «me golpeó y me impresionó conocer la situación de ese colectivo, que está en una situación de precariedad muy fuerte». Así que combinó ambas cuestiones, precariedad y vivienda, y nació ‘El imperativo categórico’, una comedia ‘casi’ pesimista.
El Teatro de La Abadía estrena en castellano la premiada obra de Victoria Szpunberg
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